Análisis de la poesía comprometida de Miguel Hernández

El compromiso político y social en Miguel Hernández

La raíz del compromiso social de Miguel Hernández está en su condición de hombre del pueblo y su aspiración a ingresar en el mundo de la cultura. Para él, ambas opciones fueron incompatibles. En todos los momentos de su vida, esa tensión la ha vivido con intensidad. En sus primeros viajes a Madrid, centra sus esfuerzos en sustituir su condición de pastor pueblerino por la de un hombre de cultura.

La situación social y política de la época de Miguel Hernández era una territorial que impedía cualquier reforma agraria. Los cambios que quisieron realizar algunos gobiernos de la República española provocaron la Guerra Civil.

Cuando los poetas del 27 escriben, casi no acometen los problemas del pueblo contemporáneo. Los únicos poetas que se ocupan de presentar la poesía del pueblo son García Lorca y Alberti. Pero será Miguel Hernández el poeta que se considera verdaderamente pueblo.

Miguel Hernández se decanta hacia el lado más débil del desvalido obrero. Su poesía es sincera y en ella importa más lo que dice que cómo lo dice. Viento del pueblo es un libro comprometido que ha superado la circunstancia de la guerra sin perder su valor. Fue publicado en Valencia. Viento significa fuerza positiva vivificadora y del pueblo delimita el origen de esta fuerza. Lo épico sustituye a lo lírico y la voz del poeta está para proclamar el amor hacia la patria amenazada.

En el hombre acecha

Son los hombres concretos los que sufren y mueren, no las ideologías. Se imprimió en la tipografía moderna de Valencia, su edición fue destruida por las tropas franquistas. Se advierte a un Hernández cansado ante el desalentador balance de muertes sin sentido.

En sus temas conviene destacar la tensión generada entre dos fuerzas: la positiva y la negativa.

Con Cancionero y romancero de ausencias, los poemas los comenzó a escribir tras recibir la noticia de la muerte de su hijo. El tiempo en que lo escribió fue un momento de desgracias y todo le conducirá a un proceso de intimidación. Estamos ante un diario poético o quizás ante una autobiografía lírica desde la desolación.

Entre esos signos de infortunio está en primer término las fuerzas del odio, el tema de la guerra esencializado a pura vivencia unida a esa doble negativa y de su esposa se observa un ansia de arraigo. Otro foco va a ser el segundo hijo que con su presencia hace alusión de un futuro diferente, llena de inquietud y gozosa alegría la vida del poeta.

Imágenes y símbolos en la poesía de Miguel Hernández

Primera etapa: oraliana

En la primera etapa oraliana, el poeta se fija en la naturaleza y la describe como objeto real, por ello las metáforas crean un mundo poético y prevalece la luna. En Perito en lunas, el poeta se declara experto en lunas en dos acepciones: la natural y la artística. Otro símbolo es el toro, con el significado de sacrificio o muerte.

Segunda etapa: amoroso-existencial

En la segunda etapa amoroso-existencial, los objetos se convierten en metáforas de la pena amorosa y en fatalidad: el rayo y el toro. En El rayo que no cesa el tema es el amor. La simbología de lo lunar desaparece. El rayo representa el deseo no satisfecho por la obsesión y el miedo de no ser correspondido. Otros símbolos que corresponden a fenómenos atmosféricos también son el huracán y la tormenta.

En el contexto amoroso, el símbolo del toro se puede interpretar como fuerza e impulso y simboliza la virilidad, o como valor trágico que simboliza el destino fatal que va abocado al dolor y a la muerte.

Etapa bélica

En la etapa bélica se magnifica el valor de los republicanos y el valor de la poesía en tiempos de guerra. El viento representa el valor del pueblo. En Viento del pueblo, el viento es en esta época el símbolo por excelencia de la fuerza del pueblo, del compromiso social y político con los más desfavorecidos. Al pueblo cobarde y resignado se le identifica con el buey. El león es la imagen de la rebeldía y del inconformismo. Poemas: El niño yuntero y Aceituneros.

La contraposición entre ricos y pobres se da en “Las manos” que eran las dos Españas: las manos puras de los trabajadores y las manos de huesolivido. Ya no se canta a la amada, ahora se pone el acento en su maternidad. El símbolo va a ser el vientre. El hijo futuro será la prolongación de los esposos y la esperanza de una España mejor.

En El hombre acecha, encontramos el tema del hombre como fiera y colmillos y garras. Poemas: El hambre, donde el poeta lucha contra la burguesía y el capitalismo. La sangre es ahora lisa y dolor. En “El tren de los heridos” la muerte viene simbolizada por un tren.

Última etapa

En la última etapa acude a símbolos como luz y sombra. En Cancionero y romancero de ausencias, la esperanza con la venida de un nuevo hijo a quien dedica “Nanas de la cebolla”. Aparece el simbolismo del ave, del vuelo, de lo ascensional. La risa es la fuerza de arraigo que libera al poeta de su encarcelamiento. Aparecen imágenes florales. En “Besarse, mujer” reaparece el rayo que significa fuerza. El viento se torna en odio, rencor. Es un viento que intenta destruir el amor y la vida. Se impone una dialéctica entre la luz y la sombra, que vale tanto como decir de la vida y la muerte.