Evolución Política y Social de Al-Ándalus y la Reconquista

Evolución Política de Al-Ándalus

Desde el año 711, los musulmanes, comandados por Tariq ibn Ziyad, llegaron a la Península Ibérica. En apenas 7 años, derrotaron al rey Rodrigo y llevaron a cabo un rápido proceso expansivo que les condujo hasta Francia, donde fueron frenados por Carlos Martel en Poitiers. Se estableció así un emirato dependiente del califato de Damasco, capital del Estado Islámico en ese momento. Abderramán I, huyendo de la persecución a los Omeyas y refugiándose en Al-Ándalus, declaró la independencia del emirato andalusí. No sería hasta el reinado de Abderramán III, en el año 929, cuando se proclamó un nuevo califato con capital en Córdoba.

Periodo de Esplendor y Declive

Con Abderramán III, Al-Ándalus alcanzó su máximo esplendor, extendido hasta el periodo amirí con Almanzor al mando. Almanzor, aprovechando la debilidad de los reinos cristianos, se adentró en ellos con multitud de razias, llegando incluso hasta Santiago de Compostela. Tras la desaparición de Almanzor, Al-Ándalus se dividió en repúblicas oligárquicas conocidas como Reinos de Taifas hasta en tres ocasiones, interrumpidas por las invasiones almorávide y almohade. Los almohades fueron derrotados en la batalla de Navas de Tolosa en 1212, lo que marcó el inicio de una etapa reconquistadora que culminó con la reducción del territorio musulmán al Reino de Granada gracias a la labor de Fernando III.

El Reino de Granada

El Reino de Granada se mantuvo dos siglos gracias a su política de oscilación, aliándose con los reinos cristianos o con los del norte de África según sus necesidades.

Desarrollo de los Pueblos Prerromanos

Tartessos

En el sur peninsular, se desarrolló la civilización de Tartessos, rica en agricultura y recursos mineros gracias a su ubicación geográfica (valle del Guadalquivir y zonas mineras de Riotinto). Esto les permitió mantener relaciones comerciales con fenicios y griegos. El enriquecimiento de ciertas personalidades llevó a la formación de oligarquías económicas que competían por el control político, momento de debilidad que, al parecer, aprovecharon los fenicios para conquistar las ricas tierras de Tartessos y controlar sus recursos.

Íberos

Los Íberos eran tribus autóctonas organizadas en torno a tribus y ciudades, dirigidas por una aristocracia militar o una asamblea de sabios. Recibieron una clara influencia griega. Acuñaron monedas propias y adaptaron el alfabeto griego a su idioma, que aún hoy permanece sin descifrar.

Celtas

Los pueblos celtas, con influencias europeas, se asentaron principalmente en la zona norte de la Península. Se caracterizaban por sus castros, con chozas de planta circular y fortificados con murallas, fosos o empalizadas. Destacaron en el trabajo del metal, eran grandes orfebres, con una economía eminentemente ganadera.

Cambios Introducidos por los Musulmanes

Organización Política y Social

El califa, a la cabeza de la organización política, asumía poderes políticos, militares y religiosos. Su mano derecha era el visir real (Hachib), encargado de tareas hacendísticas. Territorialmente, Al-Ándalus se organizaba en provincias (coras) dirigidas por un gobernador (wali). Los asuntos judiciales estaban en manos de un juez (cadí).

La sociedad andalusí era diversa, con musulmanes de origen árabe, sirio y bereber, incluyendo a los muladíes (cristianos conversos al islam). Entre los no creyentes, estaban los mozárabes (cristianos en territorio islámico) y los judíos. Estos pagaban dos impuestos: uno territorial (jaray) y otro personal (chizya), lo que llevó a muchos a convertirse al islam.

Sistemas de Repoblación

Los sistemas de repoblación se utilizaron para asentar poblaciones en las tierras conquistadas a los musulmanes. Se distribuyeron de tres formas:

Presura

Se llevó a cabo en la franja norte peninsular (Cataluña, Asturias y León). Se otorgaba la propiedad de la tierra a quienes la cultivaran. Posteriormente, el rey otorgaba las escrituras mediante sanción real.

Repoblación Concejil

Impulsada por el rey, se creaban pequeñas aldeas o concejos con fueros (derechos y privilegios) para atraer población a zonas fronterizas peligrosas o a musulmanes. El concejo, protegido por los villanos, acabó generando pequeñas y medianas propiedades feudales.

Repartimientos

Grandes porciones de tierra concentradas en pocas manos, sobre todo en las Órdenes Militares, que las trabajaban con mano de obra campesina (braceros) sin acceso a la propiedad, dando lugar a los futuros señoríos.