La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Introducción

La Guerra Civil española (1936-1939) fue un anticipo de la lucha entre fascismo, comunismo y democracia que estaba teniendo lugar en Europa y que estallaría en la II Guerra Mundial. Sus causas profundas hay que buscarlas en el enfrentamiento de “las dos Españas”, es decir, entre los viejos grupos dominantes que recurrieron a la rebelión armada para mantener sus privilegios históricos, con el apoyo del ejército y la Iglesia, y las nuevas clases emergentes que querían un estado democrático y mayor justicia social. Este enfrentamiento se dio en un contexto de recesión económica mundial y de ascenso del fascismo en Europa, así como de creciente conflictividad social.

1. La Sublevación Militar y la Internacionalización del Conflicto

El asesinato del diputado José Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto, como respuesta al asesinato del teniente José del Castillo por un grupo de extrema derecha, fue el detonante para llevar a cabo el alzamiento militar. La sublevación comenzó en la madrugada del 17 de julio en Melilla con la sublevación del ejército de África, extendiéndose el 18 de julio por el resto del país. El general Mola, el “Director” de la conspiración, daría el mando al general Sanjurjo una vez triunfara la sublevación, pero este murió en un accidente al inicio de la guerra. El general Franco se unió tardíamente, pero se puso al mando del ejército de África desde el comienzo, mientras Mola se sublevaba desde Navarra, Queipo de Llano desde Andalucía, Goded en Mallorca y Cabanellas en Aragón.

El fracaso del golpe en gran parte del país dio comienzo a la Guerra Civil. La sublevación triunfó en el protectorado de Marruecos, Canarias, Sevilla, Andalucía occidental, Mallorca, Galicia, Oviedo, Castilla-León, Zaragoza y Navarra, mientras que la República logró resistir en Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias, Cantabria, País Vasco y el litoral Mediterráneo. El bando republicano controlaba la industria, las zonas agrícolas más productivas y las reservas de oro del Banco de España, mientras que el bando sublevado dominaba la España agraria.

Apoyos Internacionales

En cuanto a los apoyos internacionales, la República se vio aislada por las potencias democráticas, que impulsaron la política de no intervención y crearon un Comité para vigilar que no se enviaran soldados ni armamento. Sin embargo, sí que hubo una activa participación internacional:

  • El bando nacional obtuvo tropas y material bélico de Alemania e Italia, contó con 100.000 marroquíes y tuvo el apoyo de Portugal y el Papado.
  • El bando republicano consiguió armamento y técnicos de la URSS, así como la participación de las Brigadas Internacionales, un cuerpo de 60.000 voluntarios antifascistas de todo el mundo.

Composición Social de los Bandos

En cuanto a la composición social de los bandos:

  • El bando republicano estaba formado por las clases populares (obreros y campesinos) y la pequeña burguesía, así como afiliados a organizaciones republicanas, socialistas, comunistas y anarquistas.
  • El bando nacional estaba compuesto por propietarios agrarios, monárquicos, partidos de derechas, grupos católicos, carlistas y falangistas, que temían una revolución social y las reformas del Frente Popular.

2. El Desarrollo de la Guerra

1) Avance rebelde hacia Madrid (julio-noviembre 1936)

Las tropas del ejército de África cruzaron el Estrecho con la ayuda alemana e italiana, lo que permitió la unión de las zonas sublevadas. Se avanzó sobre Badajoz y Toledo, tomando los sublevados o “nacionales” el Alcázar de Toledo, tras lo cual se nombró a Franco Generalísimo del ejército y jefe del gobierno de la zona sublevada. Su objetivo principal era la toma de Madrid, pero fracasaron por la resistencia de las milicias madrileñas bajo el lema “no pasarán” y la ayuda de las Brigadas Internacionales. Ante el fracaso en la batalla de Madrid, Franco cambió de estrategia e intentó aislar la capital en la fase siguiente.

2) Las batallas en torno a Madrid y la ocupación del Norte (diciembre 1936-octubre 1937)

El aislamiento de Madrid se intentó en tres operaciones sucesivas, desde Galicia, Valencia (batalla del Jarama) y Zaragoza (batalla de Guadalajara), pero ante el éxito republicano en la defensa de la capital, Franco cambió de estrategia y se dirigió a la cornisa cantábrica. Los republicanos emprendieron varias ofensivas para distraer la campaña del norte (batallas de Brunete y Belchite), pero fracasaron y los sublevados tomaron el País Vasco, Cantabria y Asturias, perdiendo la República la zona industrial y decantándose la guerra desde ese momento al bando nacional. Tuvo especial repercusión en la campaña del norte el bombardeo de la ciudad vasca de Guernica por la aviación nazi “Cóndor”.

3) La ofensiva del Mediterráneo (noviembre 1937-junio 1938)

El ejército republicano inició con éxito la batalla de Teruel, que pasó a manos republicanas durante un tiempo, pero los nacionales emprendieron una ofensiva hacia el Mediterráneo tomando Castellón y partiendo la zona republicana en dos, quedando Cataluña aislada. La estrategia republicana consistió en resistir con la esperanza de que estallara una guerra europea entre las potencias democráticas y fascistas, en la que quedara englobada la contienda española.

4) La batalla del Ebro y el fin de la guerra (julio 1938-abril 1939)

La batalla del Ebro fue la última iniciativa republicana, la batalla más larga (4 meses) y la que contó con más bajas por ambas partes. Fue iniciada por sorpresa por el Ejército Popular republicano, pero el envío de refuerzos por parte de los nacionales decantó la victoria hacia este bando. El resultado de esta batalla fue decisivo para el desenlace de la guerra, pues Franco consiguió avanzar hacia Tarragona y entró en Barcelona sin lucha en enero del 39. En Madrid, que seguía resistiendo, se produjo en marzo una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Segismundo Casado, que intentó negociar una “paz honrosa” con Franco, pero este se negó y sus tropas entraron en Madrid sin resistencia. Los días posteriores se ocupó toda la zona Mediterránea y el 1 de abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra.

3. Las Consecuencias del Conflicto

La Guerra Civil tuvo un gran impacto a nivel internacional, considerándose un ensayo de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), tanto por el enfrentamiento entre fascismo y democracia, como por convertirse España en un campo de entrenamiento para nuevas armas y tácticas.

Consecuencias Económicas

Desde el punto de vista económico, la guerra fue un desastre del que el país tardaría décadas en salir. Tuvo un alto coste material, tanto por la destrucción de infraestructuras (carreteras, puentes, ferrocarriles) y otro tipo de bienes, como por la reducción de la producción industrial (30%) y agrícola (20%). La crisis económica se prolongó durante los años de la posguerra, marcada por el hambre y la miseria. También se perdió un importante patrimonio cultural.

Víctimas y Represión

El número de víctimas fue muy cuantioso (unos 500.000 fallecidos), muchos de ellos población civil que sufrió los bombardeos de pueblos y ciudades, así como la represión a causa de sus ideas políticas. Unos 13.000 niños fueron evacuados hacia Europa y el número de exiliados fue muy elevado (casi 500.000), entre los que se encontraban muchos intelectuales, artistas y científicos.

Consecuencias Políticas

Por último, se instaló un régimen dictatorial ultraconservador que nunca buscó la reconciliación ni la integración de los vencidos, creándose una profunda división en la sociedad española.

Conclusiones

El fracaso de la sublevación militar en gran parte del país derivó en una larga guerra civil, que fue el acontecimiento más traumático del siglo XX en España. Esta puso fin a la labor reformadora y democrática de la II República y dio paso a un sistema dictatorial que se prolongó en España durante casi cuarenta años, en los que no se produjo una reconciliación nacional, sino la dura represión del vencido. Además, se dio una lucha entre fascismo y democracia que se repetiría en el escenario europeo tras acabar la Guerra Civil con el inicio de la II Guerra Mundial en septiembre de 1939, aunque en el caso europeo triunfará la democracia, separándose así España de la evolución de las democracias occidentales hasta la muerte de Franco en 1975.