La Francia de la III República (1870-1914)
La derrota francesa ante Prusia en la batalla de Sedán (2 de septiembre de 1870) precipitó la proclamación de la República dos días después. En marzo de 1871 estalló la revuelta de la Comuna de París. El gobierno provisional ordenó la intervención del ejército, la cual produjo casi 5.000 muertos durante la Semana Sangrienta. En la historia de la III República podemos establecer dos periodos:
La República Conservadora (1871-1879)
Tras un periodo transitorio, el moderado Adolphe Thiers trató de afianzar el nuevo régimen, aunque hubo varios intentos de restaurar la monarquía. Ese afianzamiento se logró a través de una serie de medidas legislativas que dieron lugar a la Constitución de la III República: se implantó el sufragio universal, el poder legislativo se repartió entre el Senado y la Asamblea, y se fortaleció el poder ejecutivo en manos del presidente de la República.
La República de los Republicanos (1880-1914)
El triunfo republicano en las elecciones de 1880 abrió la puerta a nuevas reformas de carácter republicano y democrático. Destacaron las medidas llevadas a cabo en la enseñanza, al declarar la enseñanza estatal laica en 1882 y considerarla instrumento de formación del espíritu republicano. En estas medidas tuvo un papel destacado Jules Ferry. Pero en las elecciones de 1885 salieron fortalecidos los conservadores y Ferry dejó el gobierno. Desde 1889 a 1898 la República se consolidó, triunfó la expansión imperialista y se elaboró una avanzada legislación social. La vida política del país se vio enturbiada desde el año 1894 por el llamado Affaire Dreyfus. Alfred Dreyfus era un oficial judío que fue acusado de traición con pruebas falsas y condenado. El Affaire Dreyfus se convirtió en el asunto público más importante de Francia y adquirió carácter mundial. A finales del siglo XIX hubo una oleada anticlerical. En 1905 el Estado francés derogó el Concordato e incautó los bienes de la Iglesia. Los siguientes gobiernos acentuaron las reformas sociales. Se instaló un ambiente prebélico que llevó al llamamiento del presidente Poincaré a la Unión Sagrada de todos los partidos contra la amenaza alemana.
El Reich Alemán: Expansión Económica y Organización Política
La unión aduanera y el desarrollo industrial y ferroviario anterior a 1870 contribuyeron a la unificación política alemana. Pero faltaba la unificación monetaria, que se logró con la creación del marco y del Banco Imperial. La política ferroviaria fue fundamental en el crecimiento económico alemán. La economía experimentó un gran crecimiento en las industrias textil y siderúrgica, la minería y los transportes, y el proceso de concentración financiera y empresarial. Como resultado, Alemania se convirtió en la mayor potencia industrial de Europa a fines del siglo XIX. El sistema político alemán concedía amplios poderes al emperador. El panorama de los partidos alemanes se basaba en cuatro grandes grupos: los liberales, que se dividían entre nacionales e izquierdistas; los conservadores; los socialdemócratas; y el Zentrum.
Bismarck, Canciller del Reich (1871-1890)
Otto von Bismarck fue canciller del Reich desde 1871 hasta su dimisión en 1890. El eje de su política interior y exterior era dar seguridad al Imperio y se plasmó en la estrategia preventiva contra las posibles desidencias en el interior de Alemania y, en el plano exterior, contra la revancha de Francia, humillada tras la derrota de 1871. La primera batalla interna fue la que le enfrentó a la Iglesia católica en la llamada Kulturkampf (lucha por la cultura). Otro punto de acción lo ejerció contra los socialdemócratas, a quienes consideraba el germen de la revolución. El canciller aprobó tres leyes sociales sobre el seguro de enfermedad, vejez y accidentes laborales, que fueron pioneras. Bismarck tuvo dificultades al no apoyar la política colonial. En 1888 murió el káiser Guillermo I. El nuevo emperador, Guillermo II, no sintonizó con el canciller. Por todo esto, Bismarck presentó su dimisión en marzo de 1890.
La Alemania de Guillermo II (1890-1914)
Con la marcha de Bismarck, la política alemana sufrió cambios notables. En política exterior, Guillermo II mostraba gran interés por la expansión imperialista, el desarrollo de la marina y el ejército. Los sucesores de Bismarck convirtieron la política naval y armamentista en eje de su acción de gobierno. Von Bülow alentó aún más esa línea y surgieron numerosas organizaciones en apoyo de esta política expansionista, como la Liga Naval o la Liga Imperial.