La Segunda República Española y la Guerra Civil

La Revolución de Asturias de 1934

La Revolución de Asturias, que tuvo lugar entre el 5 y el 18 de octubre de 1934, fue el punto culminante de la agitación social y política que vivía España. Las fuerzas obreras, en respuesta a la entrada de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) en el gobierno, lograron tomar el control de varios puntos estratégicos en la región, estableciendo comités revolucionarios y abolieron la propiedad privada de los medios de producción. Sin embargo, el gobierno respondió con fuerza, enviando tropas para sofocar la rebelión, lo que resultó en la rendición de los revolucionarios.

Consecuencias de la Revolución de Asturias

Estos eventos contribuyeron a radicalizar tanto a la izquierda como a la derecha política en España. La represión de la revolución de octubre unió a las fuerzas de izquierda, y a partir de entonces, la solicitud de amnistía para los represaliados y la resistencia al ascenso del fascismo se convirtieron en sus principales objetivos. Al mismo tiempo, el gobierno adoptó políticas más reaccionarias, se acercó a la Alemania nazi y nombró militares antirrepublicanos en posiciones de responsabilidad en el ejército.

Finalmente, los escándalos de corrupción, como el caso del estraperlo, provocaron la dimisión del gobierno de Lerroux y la convocatoria de nuevas elecciones a finales de 1935 por parte del presidente Alcalá Zamora.

Formación del Frente Popular y sus Actuaciones

Causas de la Formación del Frente Popular

Después de la revolución de Asturias, la vida política en España se polarizó considerablemente. La campaña electoral previa a las elecciones de febrero de 1936 fue marcada por una dureza extrema y una violencia verbal sin precedentes entre los líderes de derecha e izquierda. El centro político, antes representado por figuras como Lerroux o la derecha moderada republicana, prácticamente desapareció, dejando espacio para la formación de dos bloques electorales opuestos y con escasas posibilidades de entendimiento.

El Pacto del Frente Popular

El 15 de enero se firmó el pacto del Frente Popular, una coalición que incluía a partidos como:

  • Izquierda Republicana
  • Unión Republicana
  • PSOE
  • PCE
  • POUM
  • Partido Sindicalista

Su programa se basaba en retomar las medidas del primer bienio, decretar una amnistía y restablecer todas las garantías constitucionales. Por otro lado, el Bloque Nacional, integrado por la CEDA y los monárquicos, se alió en contra de la revolución y la amenaza percibida por la victoria del Frente Popular.

Triunfo Electoral y Actuaciones del Frente Popular

En las elecciones, la izquierda triunfó en las grandes ciudades y en las provincias del Sur y la periferia, mientras que la derecha obtuvo victorias en el Norte y el interior. El gobierno del Frente Popular, liderado por Manuel Azaña y compuesto exclusivamente por republicanos, inició la aplicación de su programa electoral, que incluía medidas como:

  • La amnistía política
  • La restitución de los cargos públicos suspendidos tras la revolución de octubre del 34
  • La restauración de la Generalitat de Cataluña
  • La tramitación de los Estatutos del País Vasco y Galicia

Creciente Tensión y Confrontación

Sin embargo, la primavera de 1936 estuvo marcada por enfrentamientos callejeros y atentados contra líderes tanto de derechas como de izquierdas, mientras un grupo de militares conspiraba contra la República desde la noche electoral de febrero. Aunque el gobierno republicano tomó medidas para alejar a generales sospechosos, la sublevación militar se siguió organizando.

El Golpe de Estado de 1936

En este clima de confrontación, el asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo el 12 de julio, seguido del asesinato de José Calvo Sotelo, líder de la oposición conservadora, unas horas después, desencadenó el golpe militar del 17 de julio de 1936 en Melilla, Ceuta y el protectorado de Marruecos, que se extendió al día siguiente a la Península, dando inicio a la Guerra Civil Española. Aunque estos eventos fueron decisivos, no fueron la única causa del conflicto, que había sido gestándose durante meses debido a la profunda división política y social en España.

Evolución Política y Económica Durante la Guerra Civil

La España Republicana

Debilitamiento del Gobierno y Revolución Social

Después del pronunciamiento militar, el gobierno republicano encabezado por Santiago Casares Quiroga dimitió, dejando a José Giral al frente de un gobierno debilitado. Giral enfrentó la insurrección ordenando la entrega de armas a las organizaciones obreras, que formaron milicias de defensa. Aunque lograron contener el golpe militar, la falta de coordinación llevó a una quiebra del poder estatal y a un proceso de revolución social en muchas zonas.

Los sindicatos promovieron la colectivización de los medios de producción y la gestión de servicios públicos, mientras el poder central fue sustituido por el poder local y colectivo. La represión, inicialmente espontánea y dirigida hacia la Iglesia y la oligarquía, se intensificó en los primeros meses hasta que el poder central recuperó el control.

Gobiernos de Largo Caballero y Negrín

En septiembre de 1936, republicanos, socialistas, comunistas y algunos anarquistas formaron un gobierno de concentración presidido por Largo Caballero, que intentó recuperar el poder estatal y disolver los comités y milicias populares. Sin embargo, la rivalidad entre anarquistas y comunistas provocó enfrentamientos en Barcelona, llevando a la caída del gobierno.

Juan Negrín asumió el gobierno hasta el final de la guerra, defendiendo una política de resistencia a la espera de la internacionalización del conflicto. Tras la caída de Cataluña en 1939, republicanos y parte de los socialistas buscaron una paz negociada con Franco, lo que desencadenó una rebelión contra Negrín liderada por el coronel Casado. Cuando los franquistas entraron en Madrid a finales de marzo, no quedó ningún gobierno republicano que pudiera resistir.

La España Nacional

Concentración del Poder en Franco

En la España “nacional”, el poder se concentró rápidamente en Franco después del golpe de Estado. Aunque inicialmente se asignó al general Sanjurjo la dirección del golpe, su muerte en un accidente aéreo dejó a los insurrectos sin un mando único. En su lugar, se creó una Junta de Defensa Nacional compuesta por los generales golpistas.

Militarización y Represión

La militarización de la vida política fue inmediata, con las autoridades militares reemplazando a las civiles y el ejército convirtiéndose en el pilar fundamental del nuevo Estado. Las milicias carlistas y falangistas se integraron en el ejército, y se inició una brutal represión contra todas las fuerzas republicanas, sindicalistas y aquellos que se opusieron al golpe. El terror se utilizó como herramienta para imponer el nuevo régimen, con miles de ejecuciones y encarcelamientos.

Consolidación del Régimen Franquista

Franco emergió como líder supremo del bando rebelde, respaldado por la ayuda de Hitler y Mussolini, así como por los éxitos militares y el apoyo de los monárquicos. El nuevo Estado se basó en una contrarrevolución que restauró la propiedad privada, prohibió los partidos y sindicatos, y eliminó las libertades individuales. Se depuró a los funcionarios y se promovió una ideología fascista, con la creación del partido único FET y de las JONS en 1937, bajo el control directo de Franco.

La Iglesia Católica se convirtió en un pilar del Estado, promoviendo un nacional-catolicismo que combinaba el fascismo con la fe católica. Esta estructura de poder, apoyada por la represión y la propaganda, estableció un régimen autoritario que perduraría durante décadas en España.