1. Introducción: ¿Qué es el Autocontrol?
El autocontrol es la habilidad de actuar voluntariamente de acuerdo con nuestros deseos, evitando consecuencias negativas a corto o largo plazo. Esta habilidad, susceptible de aprendizaje, nos permite ser menos dependientes del entorno y de nuestras emociones. Contribuye al mecanismo de autorregulación, la revalorización de situaciones y la supresión de impulsos. Aunque la regulación emocional se puede lograr mediante el autocontrol, existen otras estrategias. En psicología, se trabaja con sujetos activos que se responsabilizan e implican en su propio cambio.
El autocontrol no es sinónimo de autogestión, autodisciplina ni autorregulación; va más allá. Requiere una disonancia, circunstancias que generan un conflicto de intereses. Se centra en pautas de comportamiento que fortalecen dos aspectos:
- Persistencia: relacionada con la ejecución de una conducta.
- Resistencia: relacionada con la inhibición de una conducta.
2. ¿Por Qué Hay Problemas de Autocontrol?
Los cortocircuitos conductuales o procesos de disonancia cognitiva nos enfrentan a un conflicto entre lo que deberíamos hacer y lo que queremos o hacemos. Estos tienen que ver con las consecuencias a corto y largo plazo de las contingencias competitivas. Las técnicas de autocontrol buscan terminar con estos cortocircuitos.
Tipos de cortocircuitos:
2.1. Problemas de Excesos:
- Refuerzo inmediato frente a estímulos punitivos diferidos (ej. mentir para salir con amigos).
- Refuerzo inmediato frente a estímulos punitivos significativos por acumulación (ej. fumar en exceso).
- Refuerzo inmediato por conductas problemáticas frente a un refuerzo diferido por conductas alternativas deseables (ej. ir al cine en lugar de estudiar).
2.2. Problemas de Déficits/Por Defecto:
- Pequeños estímulos punitivos inmediatos por una conducta frente a un refuerzo significativo por acumulación (ej. conductas saludables).
- Pequeños estímulos punitivos inmediatos por una conducta frente a mayores estímulos punitivos inmediatos, pero improbables en caso de no realizar la conducta (ej. usar el cinturón de seguridad).
- Pequeños estímulos punitivos inmediatos por una conducta frente a mayores estímulos punitivos diferidos si no se realiza la conducta (ej. ir al dentista).
3. Antecedentes y Bases Teóricas
3.1. Análisis Experimental de la Conducta (Skinner)
Skinner afirmaba: “Conocerte a ti mismo es conocer las variables que controlan tu conducta”. Fue pionero en el estudio del autocontrol, utilizando técnicas operantes para modificar la conducta. Diferenciaba entre dos tipos de conductas:
- Controladora (VI): Implica variaciones en la probabilidad de la conducta controlada.
- Controlada (VD): La conducta que se busca modificar.
Skinner definía el autocontrol como aquellas conductas dirigidas a modificar factores ambientales que controlan la conducta que se quiere inhibir. Se centraba en las consecuencias inmediatas.
3.2. Aportaciones de la Psicología Social y Clínica
- Julian B. Rotter (1954): El comportamiento depende de la percepción subjetiva. Introdujo el concepto de locus de control. Postuló que la conducta no es resultado de la probabilidad de un refuerzo externo, sino de las expectativas de resultado.
- Walter Mischel (1965): Introdujo el concepto de demora de la gratificación. No debemos depender de la gratificación inmediata, sino que podemos demorarla para obtener consecuencias más positivas a largo plazo. Su experimento con niños y golosinas ilustró la capacidad de resistir impulsos para alcanzar metas. Definió el autocontrol como la capacidad de posponer la gratificación, eligiendo una consecuencia demorada más provechosa que otras más inmediatas pero menores.
- Albert Bandura (1977): Introdujo el concepto de expectativas de autoeficacia: la creencia de que somos capaces de realizar una conducta y obtener resultados. El sujeto modera la interacción entre ambiente y conducta. El autocontrol juega un papel clave en las expectativas de autoeficacia, influyendo en nuestras elecciones y conductas. Bandura propuso que las creencias sobre las propias capacidades se construyen a partir de cuatro tipos de experiencias: aprendizajes directos, experiencias vicarias, persuasión verbal y estados fisiológicos y afectivos.