Novecentismo, Vanguardias y Generación del 27 en la Literatura Española

Novecentismo (Generación del 14)

El Novecentismo, también conocido como la Generación del 14, se caracterizó por autores con sólida formación intelectual europea y actitudes reformistas de orientación elitista. Buscaban la reforma de la sociedad desde el poder, no desde las masas. Su literatura, poco sentimental, se orientaba hacia el poder estético, resaltando el intelectualismo y un arte selecto, dirigido a élites culturales. Introdujeron innovaciones en la técnica narrativa y en la poesía, tendiendo hacia la poesía pura. José Ortega y Gasset fue su líder, junto con narradores como Gabriel Miró y José Ramón Pérez de Ayala, y el poeta destacado Juan Ramón Jiménez. Defendían que el arte debía ser puro y autónomo, fuente de placer estético e intelectual, aristocrático y depurado. Ramón Gómez de la Serna, con sus ingeniosas greguerías, sentencias que combinan humor y metáfora, puso su obra y vida al servicio de las vanguardias.

Vanguardias

Las vanguardias irrumpieron en España en la primera década del siglo XX con una radical ruptura. Se dieron a conocer mediante manifiestos que atacaban el arte establecido y defendían sus ideas estéticas. La evasión al pasado se vincula con la crisis de la sociedad occidental que culminó en la Primera Guerra Mundial. Sus propuestas, diversas, compartían rasgos comunes: afán de novedad y experimentación, hostilidad hacia la tradición y el sentimentalismo.

Movimientos Europeos

Los movimientos europeos más importantes fueron el expresionismo, el futurismo, el cubismo y el surrealismo. Alcanzaron su auge en la década de 1920. El más duradero fue el surrealismo, creado por André Breton, influenciado por Freud y Marx, que buscaba la liberación total del hombre. Propuso la escritura automática, considerando el arte como un juego y la rebeldía vanguardista como una actitud general. Contribuyó a la “rehumanización del arte”, dando importancia al compromiso social y la revolución moral. Influyó en todas las artes: en poesía (Lorca), arte (Dalí) y cine (Buñuel).

Vanguardias Hispánicas

Dos vanguardias hispánicas destacadas fueron el creacionismo (Vicente Huidobro, Juan Larrea y Gerardo Diego) y el ultraísmo (Borges y Guillermo de Torre). Compartían características como la creación de una realidad original y autónoma en el poema, la importancia de la metáfora irracional, el fragmentarismo, el sentido lúdico y el verso libre.

Generación del 27

En 1927, varios poetas se reunieron en Sevilla para homenajear a Góngora. Esta generación incluyó a Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rosa Chacel, Concha Méndez, entre otros. Los unía la colaboración en revistas, la amistad y la capacidad de fusionar elementos de distintas tradiciones, desde las fuentes españolas hasta las nuevas corrientes. Algunos ejemplos son: el anhelo de la poesía pura en Aire nuestro de Guillén; la tradición amorosa en La voz a ti debida de Salinas; ecos de la lírica popular en Marinero en tierra de Alberti y en Romancero gitano de Lorca; los juegos vanguardistas de Gerardo Diego; la frustración romántica en La realidad y el deseo de Luis Cernuda; el surrealismo de Alberti en Sobre los ángeles; el sustento desgarrado de Lorca en Poeta en Nueva York; y la poesía de Vicente Aleixandre, Premio Nobel en 1977.

Miguel Hernández

Miguel Hernández, fallecido en 1942, ejemplifica la evolución de la poesía española de los años 30 y 40. Abandonó la imitación de Góngora por la densidad doliente de El rayo que no cesa. Al final, rondando la muerte, concentró su sufrimiento en el conmovedor Cancionero y romancero de ausencias. Esta línea la continuaron Dámaso Alonso con Hijos de la ira y Vicente Aleixandre con Sombra del paraíso.

Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel en 1956, recorrió un camino largo y solitario, guiado por la entrega absoluta a la poesía. Inició su “época sensitiva” con un modernismo intimista y simbolista (Arias tristes). Diario de un poeta recién casado, libro decisivo en su época intelectual, se adscribe a la estética del Novecentismo. La estación total marca el inicio de su última etapa, la “suficiente”, a la que pertenecen libros metafísicos compuestos en el exilio, como Dios deseado y deseante. Fue un maestro para los poetas del 27.