Análisis de la Crónica de una Muerte Anunciada
Género e Influencias Literarias
La primera cuestión que se plantea es su género: ¿cuento extenso o novela breve? La historia posee una sustancia narrativa mínima, y el autor ha extendido el texto mediante detalles excesivamente prolijos. El segundo motivo de polémica es su adscripción al realismo, alejándose de lo fantástico. La obra se inspira en un suceso real, acercándose al ámbito periodístico no solo por su base narrativa, sino también porque la técnica narrativa simula una investigación periodística, una crónica de sucesos, como su título indica.
Sin embargo, también encontramos elementos del realismo mágico, movimiento literario que muestra lo irreal o extraño como algo cotidiano y común en Latinoamérica. Un ejemplo de ello es la bala que sale disparada de la casa de Nasar.
Además, se puede considerar una novela policiaca, cuestión suscitada por el propio autor al considerarla una “narración policíaca vuelta al revés”. A diferencia del relato policial tradicional, el desenlace e incluso la identidad de los asesinos se conocen desde el principio. No obstante, la novela mantiene la intriga, característica del género.
La influencia de la tragedia clásica se observa en la grandiosidad que se da a los hechos: el “coro” actúa como un sacrificio de una víctima inocente que la madre, como verdugo, entrega sin ser consciente. La fatalidad de lo sucedido, que en este caso no deciden los dioses sino las torpezas humanas, también es un elemento trágico. Un amigo del autor le dio la idea de escribir la novela al contarle que los protagonistas de la tragedia acabaron viviendo juntos después de 23 años. Según él, este detalle daba a la historia de un crimen atroz la profundidad de un relato de amor terrible, en la línea de la novela folletín.
Multiperspectivismo y Polifonía
Esta novela se caracteriza por un acusado multiperspectivismo. La historia no es narrada por un narrador omnisciente en su totalidad, sino que hay diferentes puntos de vista y materiales para intentar reconstruir lo sucedido.
- El narrador cuenta la historia en forma autobiográfica en su doble condición de personaje y narrador, recurriendo a la primera persona del singular.
- El narrador actúa como cronista-testigo, dialoga con personajes y recoge en estilo directo o indirecto sus testimonios.
- En ocasiones, el narrador es cronista-objetivo, limitándose a actuar como mero transmisor de la información.
- En otros momentos, el narrador habla en tercera persona, desde la perspectiva del narrador omnisciente que recuerda hechos o sabe de ellos incluso antes de que sucedieran.
La obra, que aparentemente se construye gracias a un narrador omnisciente, está elaborada a partir de diferentes materiales (de nuevo, la influencia del periodismo): el sumario judicial, el informe de la autopsia, las cartas de la madre del narrador y los recuerdos del narrador. Es por eso que observamos este multiperspectivismo, que configura la polifonía de la narración.
Esta polifonía crea en el lector una distorsión y una dificultad para obtener una única interpretación de los hechos. Por ejemplo, no coinciden los testimonios respecto al tiempo que hacía el día del asesinato. Existen opiniones muy diversas respecto a Santiago Nasar y su personalidad, y lo mismo ocurre con Bayardo San Román, lo que imposibilita una visión única de ellos. Otro ejemplo es la deshonra de Angela Vicario y la identidad del culpable, que se perciben de distintas maneras.
Parece, sin embargo, que el punto de vista dominante es el del narrador, especialmente cuando el relato evoca la historia de los protagonistas o narra las circunstancias de su origen y entorno familiar. Incluso cuando da voz a personajes secundarios o testigos, el narrador está presente seleccionando los testimonios y materiales narrativos que incluye, introduciéndolos siempre desde su enfoque.
Conclusión: La “Novela Real”
El punto de vista narrativo es múltiple y cambiante, lo que sirve para relativizar la visión sobre lo sucedido y abrirlo a la duda. Se le ofrece al lector un mosaico de hechos y es él quien debe participar activamente en la interpretación de la obra. No existe una sola realidad, hay muchas perspectivas posibles, aunque no todas igualmente válidas.
En definitiva, nos encontramos con lo que la crítica norteamericana llama “novela real”, en la que se funden periodismo y literatura. No hay que olvidar que Gabriel García Márquez desempeñó durante muchos años el oficio de periodista, así que no es de extrañar que su novela sea, como él mismo afirma, “una perfecta unión entre periodismo y literatura”.