La Novela Española a Principios del Siglo XX: Modernismo, Generación del 98 y Novecentismo

Momentos y Tendencias

En la evolución de la novela española en este periodo (hasta la Guerra Civil) distinguimos los siguientes momentos:

1. Continuación del Realismo y Naturalismo (Principios del Siglo XX)

En los primeros años del siglo XX, la novela que se escribe mayoritariamente en España es continuación del Realismo y Naturalismo del siglo XIX. Es una novela que pretende reflejar la realidad de un modo objetivo, presentando un único punto de vista o perspectiva sobre esa realidad. Utiliza una estructura clásica (presentación-nudo-desenlace) y los acontecimientos se ordenan linealmente. La base de la obra es la acción y el carácter de los personajes, presentados de forma muy detallada, generalmente a través de un narrador omnisciente.

2. Reacciones: Modernismo y Generación del 98

Los escritores jóvenes del momento reaccionaron contra este tipo de novela en dos direcciones:

  • La reacción del Modernismo más esteticista, representada por Rubén Darío con sus Relatos, Valle-Inclán con el libro Femeninas (1895) o Pío Baroja con Vidas sombrías (1900) donde predominan los valores técnicos y formales.
  • La reacción postmodernista o del 98: en el año 1902 aparecieron cuatro novelas (La voluntad, de “Azorín”, Amor y pedagogía, de Unamuno, Camino de perfección, de Pío Baroja, y Sonata de otoño de Valle-Inclán) que marcarán la pauta de las obras posteriores de los autores del 98 y de los experimentos narrativos de las promociones siguientes. Los dos rasgos más característicos son el subjetivismo y el intento de renovar las técnicas narrativas, coincidiendo con la tendencia de la literatura occidental de esta época (James Joyce, Thomas Mann, Marcel Proust y Virginia Woolf, entre otros muchos).

Entre las innovaciones técnicas destacamos el perspectivismo, la primacía del diálogo sobre la narración, la alteración del tiempo lineal de la narración y el fragmentarismo, la aparición de nuevos tipos de narrador frente al narrador omnisciente, la disminución de la importancia de la acción y del argumento y la aparición del personaje colectivo. Por otra parte, en cuanto a la temática, se considera que cualquier aspecto puede ser materia novelable, contagiándose de cierto carácter ensayístico.

3. La Novela Novecentista (Generación del 14)

Esta línea renovadora se continuó con los novelistas de la generación del 14, en la novela novecentista.

El Novecentismo es un movimiento intelectual que surge en torno a la Primera Guerra Mundial. No es una verdadera generación literaria, sino un grupo de autores que comparten una nueva mentalidad intelectual y literaria que rechaza todas las manifestaciones artísticas del siglo XIX. Se trata de creadores con una sólida formación académica y reputada carrera profesional (filósofos, científicos, juristas…) que muestran un firme compromiso con la realidad española y que comparten ideales reformistas y europeístas.

El Novecentismo, coetáneo de las vanguardias europeas, comparte con ellas algunas características:

  • Racionalismo y rigor intelectual, frente al subjetivismo del XIX.
  • Antirromanticismo. Se prefiere una actitud más moderada y serena (apolínea).
  • Defensa de un arte puro que debe ser un mero juego intelectual, ajeno al mundo real y a cualquier intención moral, política o filosófica. Su único objetivo ha de ser proporcionar placer estético.
  • Elitismo intelectual. Sus obras se dirigen a una minoría selecta.
  • Se busca la perfección formal a través de un lenguaje pulcro y claro.
Autores Destacados de la Novela Novecentista

Entre los autores que, en mayor o menor grado, suponen una renovación de la novela, destacan Miró y Pérez de Ayala. Común a todos ellos sería una superación de los patrones narrativos y estilísticos del realismo, aunque por diversos caminos: a veces, por el del lirismo; otras, por la ironía y el humor; con frecuencia, por el intelectualismo del enfoque; y algunas veces por la vía de la deshumanización.

Wenceslao Fernández Flórez

Wenceslao Fernández Flórez, coruñés, fue periodista y académico. Destacable es su obra tardía El bosque animado (1943), situada en un bosque gallego y caracterizada por la belleza y el lirismo de su prosa.

Gabriel Miró

Gabriel Miró, escritor alicantino (1879-1930), ofrece un curioso contraste entre su vida gris de funcionario y la intensa vida interior de que es testimonio su obra.

Miró destaca, ante todo, por su excepcional capacidad de captar sensaciones: luz y color, aromas, sonidos, sabores, llenan sus páginas con una riqueza pocas veces igualada. En sus novelas, como en las de otros novecentistas, la acción deja de ser el elemento fundamental y pasa a ser soporte para sus espléndidas descripciones.

De entre sus primeras novelas, destaca Las cerezas del cementerio (1910), sobre un amor apasionado en un sensual ambiente levantino. Pero sus dos obras maestras son Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), que forman un bloque.