La Crisis de la Restauración y la Dictadura de Primo de Rivera en España

La Crisis de la Restauración (1902-1923)

El Reinado de Alfonso XIII y los Intentos de Regeneración

Cuando Alfonso XIII accede a la mayoría de edad en 1902, la situación política española estaba marcada por las consecuencias de la crisis del 98 y el fracaso de los intentos de reforma. A este problema, se le añade la Guerra de Marruecos y la expansión del movimiento obrero y del nacionalismo. En la Restauración, el sistema político presentaba claros síntomas de crisis y el rey apoyó los intentos regeneracionistas para transformarlo.

Sin embargo, la fragmentación del partido conservador liderado por Antonio Maura y los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona (1909) desencadenaron una oleada de protestas y la caída del Gobierno de Maura. El Partido Liberal liderado por José Canalejas también sufrió un duro golpe con su asesinato en 1912.

La Crisis de 1917

En 1917, España exportó productos industriales y agrarios a los países contendientes durante la Primera Guerra Mundial, lo que enriqueció a la burguesía industrial pero también aumentó los precios y provocó una crisis social, un descontento militar y dificultades del sistema político conocido como la “crisis de 1917“.

La crisis se desarrolló en tres niveles:

  • Militar: Las Juntas de Defensa militares desafiaron al gobierno.
  • Político: La oposición se unió en la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona.
  • Social: La huelga general convocada por la CNT y la UGT paralizó el país.

La crisis de 1917 supuso el descontento generalizado en el país. En los años siguientes se sucedieron trece gobiernos sin lograr la mayoría necesaria para gobernar y no se solucionaron los grandes problemas del país, lo que llevó a la formación de gobiernos de concentración.

La Descomposición del Sistema

La Restauración se fue descomponiendo y desgastando hasta el punto de no poder solucionar los problemas del país. La crisis política y social en España a principios del siglo XX se vio agravada por la derrota en la guerra de Marruecos (Desastre de Annual, 1921) y la radicalización de los sindicatos y la patronal. El surgimiento del pistolerismo y la creciente violencia política llevaron a una inestabilidad generalizada.

En Andalucía, se produjo el Trienio Bolchevique (1918-1921), un período de gobierno socialista y anarquista que duró tres años. En 1921, el asesinato del primer ministro Eduardo Dato por militares anarquistas y la derrota en Annual desencadenaron un golpe de Estado liderado por Miguel Primo de Rivera.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de Estado y el Directorio Militar

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja exigió al rey que el poder pasara a los militares, lo que llevó a una dictadura que duró desde 1923 hasta 1930. El régimen se dividió en dos períodos: el Directorio Militar (1923-1925) y el Directorio Civil (1925-1930).

En su manifiesto, Primo de Rivera justificó el golpe de estado debido a la inoperancia del sistema constitucional y el peligro de revolución social, y afirmó que era el único medio para solucionar los problemas y restablecer el orden. En un principio, el dictador tenía un discurso regeneracionista y encontró apoyo en las clases conservadoras y la “masa neutra”, así como en gran parte del ejército y la Iglesia.

Oposición y Represión

Sin embargo, la oposición a la dictadura incluía a comunistas, anarquistas, la mayoría de los republicanos y algunos sectores del ejército. A medida que la dictadura continuaba, los intelectuales y el PSOE también se unieron a la oposición después de observar la continuidad del régimen y cómo se olvidaron sus iniciales promesas de provisionalidad.

El Directorio Civil y la Unión Patriótica

El Directorio Civil en España (1925-1930) recibió su nombre porque sus miembros eran oficiales militares. Durante este período, la dictadura disolvió el Parlamento, prohibió los partidos políticos y los sindicatos, militarizó el orden público y reprimió a los sindicatos radicales. La dictadura también buscó acabar con el caciquismo disolviendo los ayuntamientos y creando comités designados en su lugar, lo que permitió que se mantuviera la misma dinámica de poder.

Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera, se creó la Unión Patriótica Nacional para apoyar políticamente la dictadura, y se buscó acabar la guerra en Marruecos, lo que llevó al éxito del desembarco de Alhucemas en 1925 y permitió avanzar hacia la normalidad.

Política Económica y Social

La dictadura intervino en las relaciones laborales para reducir el conflicto social y expandió la economía con proyectos de obras públicas y la creación de monopolios estatales, pero esto aumentó la deuda nacional.

Fin de la Dictadura y la Proclamación de la República

Sin embargo, la prolongación de la dictadura causó la pérdida gradual de apoyo de los intelectuales, estudiantes y el PSOE, y la Gran Depresión económica acabó con los últimos apoyos. En enero de 1930, Primo de Rivera renunció, lo que dio paso al período de “Dictablanda” con el general Berenguer como jefe de Gobierno.

El retraso en la convocatoria de elecciones aumentó la agitación popular, y republicanos, catalanistas de izquierda y socialistas firmaron el Pacto de San Sebastián para acabar con la monarquía. Tras un intento de proclamación de la República, Berenguer dimitió y la República fue proclamada en Éibar y Barcelona, mientras que el Comité revolucionario tomó el poder en Madrid y Alfonso XIII partió al exilio desde Cartagena. Así comenzó la II República en España.