La Narrativa Española de 1940 a 1970

1. La Narrativa de los Años 30 y el Exilio

La novela de los años 30 (como la poesía) había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años 20. En esta línea se encuentran autores como Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala y Rosa Chacel, quienes al acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia el tema de la guerra.

2. La Novela de los Primeros Años de Posguerra (1940)

En 1939 el panorama cultural es desolador; muchos autores se han exiliado y la literatura se encuentra determinada por la presión de la censura, que impide que se pueda expresar una denuncia explícita.

En la década de 1940 destacan autores como Torrente Ballester, Camilo José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes. Estos autores encarnan dos tendencias narrativas:

a) Novela Existencial

Lo existencial se convierte en uno de los temas fundamentales de la narrativa. Paralelamente a lo que ocurre en la poesía desarraigada, la desorientación, la hostilidad de la vida y la angustia marcan los motivos de parte de la novela de estos años. Destacan:

  • Nada (1944) de Carmen Laforet (Premio Nadal): La trama recoge hechos cotidianos, inmersos en la incomunicación y el desencanto.
  • La Sombra del Ciprés es Alargada (1947) de Miguel Delibes: Novela impregnada de preocupaciones existencialistas, como la obsesión por la muerte y la infelicidad.

b) El Tremendismo

Algunas novelas reflejan los aspectos más desagradables y brutales de la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la condición humana.

  • La Familia de Pascual Duarte (1944) de Camilo José Cela: La novela narra un cúmulo de crímenes y atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un condenado a muerte.

3. Década de los 50: El Realismo Social

Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento. El incipiente desarrollo del turismo y la industria trae cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones del campo a la ciudad y la difícil inserción en los suburbios urbanos. Al mismo tiempo, surgen actitudes críticas respecto al poder y a la división social.

La Colmena de Cela (1951) es un precedente de la novela social. Se observan dos grandes tendencias:

a) El Neorrealismo

Se centra en los problemas del hombre como ser individual (la soledad, la frustración…). Destacan:

  • Ana María Matute
  • Ignacio Aldecoa (El Fulgor y la Sangre)
  • Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama, 1956): Una novela conductista, crónica de un domingo de jóvenes junto al río Jarama.
  • Carmen Martín Gaite (Entre Visillos)

b) Novela Social (Realismo Social)

Se centra en los problemas de los grupos sociales. Destacan:

  • Jesús Fernández Santos (Los Bravos, 1954)
  • Jesús López Pacheco (Central Eléctrica)
  • Juan García Hortelano (Nuevas Amistades, Tormenta de Verano)
  • Armando López Salinas (La Mina)

El tema de estas novelas es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales, la explotación del proletariado y la superficialidad de la vida burguesa. El estilo es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, pretendiendo llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

4. La Novela de los Años Sesenta: Entre la Preocupación Social y el Experimentalismo

Durante la década de los sesenta se detecta un cierto agotamiento del realismo social y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo y Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias:

  • Influencia de autores europeos (Proust, Kafka, Joyce), norteamericanos (Faulkner, Dos Passos) o latinoamericanos (Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez).
  • Novelas más complejas y experimentales, dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual.