La Guerra Civil Española (1936-1939)

La España Republicana

El presidente del gobierno era Casares Quiroga. La autoridad republicana queda superada por el inicio de un proceso revolucionario (control del poder por parte de organizaciones obreras y sindicatos que ejercieron el poder de forma autónoma). Al mismo tiempo se reclutaban milicias populares que resultaron decisivas en los primeros momentos pero carecían de orden y disciplina militar.

Tras la dimisión del gobierno, la presidencia fue ocupada por el republicano José Giral que armó a las milicias, lo que provocó la disolución de la autoridad de gobierno que sería asumida por diferentes organizaciones obreras. Esto implicó una dura represión hacia los sectores conservadores o los sospechosos de apoyar a los sublevados (persecución hacia la Iglesia) y la incautación de numerosos bienes.

Se vio una profunda división entre las diferentes fuerzas políticas y sindicales que apoyaban la causa republicana, lo que a la larga sería una de las causas de la derrota republicana. Las dos tendencias enfrentadas serían:

  • Los sectores anarquistas (CNT, FAI), el POUM y parte de UGT eran partidarios de hacer la guerra y la revolución al mismo tiempo.
  • Los socialistas (PSOE) y los comunistas (PCE) eran partidarios de ganar la guerra primero y más tarde hacer la revolución.

Estos enfrentamientos llevaron al socialista Largo Caballero a ocupar la presidencia del gobierno (septiembre 1936-mayo 1937) con el objetivo de unir a todas las fuerzas que apoyaban a la República y reorganizar el ejército para hacer frente a los sublevados.

Los enfrentamientos entre comunistas y anarquistas en Barcelona, provocaron la dimisión de Largo Caballero. La presidencia pasaría al también socialista Juan Negrín, quien apoyaría posturas cada vez más cercanas a los comunistas (influencia de la URSS en el gobierno republicano).

En 1938 Negrín presentó su proyecto de los 13 puntos donde intentaba buscar un acercamiento al bando nacional aunque su propuesta nunca fue valorada por Franco.

En marzo de 1939 se produjo un golpe de estado por parte del Coronel Casado contra el gobierno de Negrín y su política de resistencia hasta el final. Tras estos hechos, Negrín abandonaría España y los nacionales ocuparían Madrid. Fracasan los últimos intentos republicanos de buscar una negociación con Franco.

La España Franquista

El alzamiento del 18 de julio no dejó de ser un pronunciamiento clásico para derrocar al gobierno del Frente Popular. La idea era crear un poder militar para cambiar la legislación reformista llevada a cabo por los gobiernos de izquierda.

Tras la muerte de Sanjurjo, se creó una Junta de Defensa Militar que tendría su sede en Burgos y estaría presidida por Miguel Cabanellas. Junto al ejército, se alinearon las milicias carlistas y falangistas.

Entre septiembre y noviembre de 1936 Franco asumiría el mando político y militar del bando sublevado con los títulos de Generalísimo y Caudillo. Franco creó la Junta Técnica de Estado cuya sede estaría en Burgos, estableciendo el cuartel general del ejército sublevado en Salamanca. La Iglesia apoyó el alzamiento y rápidamente se posicionó del lado franquista.

Una vez establecida la organización política y militar del bando sublevado quedaba por acabar con los problemas internos entre falangistas y carlistas. El 18 de abril de 1937 Franco emitía un decreto de unificación de carlistas y falangistas, que daría lugar al único partido legal durante el franquismo, FET de las JONS (Falange Española Tradicionalista de las JONS).

Durante la guerra en el bando nacional se acabó con la legislación republicana, se suprimió la Constitución de 1931 y se volvió a restablecer las relaciones entre Iglesia y Estado. Una de las medidas más importantes sería el Fuero del Trabajo de 1938. Durante la guerra, el bando sublevado llevaría a cabo una dura represión hacia todos aquellos que habían colaborado activamente con la República o eran sospechosos de apoyar sus ideas.

Consecuencias de la Guerra Civil

La guerra provocó más de medio millón de muertos entre civiles y militares, más otros 200.000 fusilados y asesinados después de la guerra.

Los exiliados representaron cerca de un millón de republicanos españoles que abandonaron España, principalmente por la frontera francesa, ante el temor a las represalias franquistas. El exilio afectó a un número importante de intelectuales que habían apoyado la causa republicana.

La represión del nuevo régimen afectó a un gran número de españoles que serían condenados a trabajos forzados, se refugiarían en los montes (maquis) o sufrirían la depuración del nuevo régimen.

Se produjeron innumerables pérdidas económicas. A los gastos ocasionados por la guerra hay que sumar la destrucción de fábricas, infraestructuras y ciudades. También se enviaron grandes cantidades de oro del Banco de España a la URSS.

El triunfo del bando sublevado significó el inicio de una larga dictadura que se prolongaría hasta 1975.