La Crisis del 98: Fin del Imperio Español y Regeneracionismo

1. Guerra Colonial y Crisis del 98

El llamado desastre del 98 sucede en plena Restauración Borbónica, bajo la Regencia de Mª Cristina durante la minoría de edad de Alfonso XIII y el gobierno liberal de Sagasta. El sistema político ideado por Cánovas del Castillo, líder del Partido Conservador, basado en el respeto a la Corona, a la Constitución de 1876 y al turno pacífico entre su partido y el liberal de Sagasta, logró dar equilibrio y estabilidad social y económica en el país a cambio del fraude y la corrupción política constante. La Guerra de Cuba supuso un punto de inflexión en el sistema de la Restauración. El descontento por la pérdida colonial, así como la desaparición de Cánovas y Sagasta, sumieron a la Restauración en una larga crisis durante el reinado de Alfonso XIII ya entrados en el siglo XX.

En cuanto a los antecedentes, debemos recordar la Guerra de los Diez Años (1868-1878) que finalizó con la promesa de mayor autonomía para la isla, así como la abolición de la esclavitud y la elección de diputados cubanos en las Cortes españolas, medidas que llegaron muy tarde con Sagasta. La tensión entre Cuba y España había crecido debido a la política proteccionista española. Los altos aranceles que imponía España a Cuba, con la intención de que estos compraran a la metrópoli, también financiaban a los rebeldes cubanos que se alzaron en 1895.

La Guerra de Cuba y de Filipinas (1895-1898)

En 1895 comienza la revuelta independentista con el llamado Grito de Baire. Al frente del movimiento se encuentran los líderes del Partido Revolucionario Cubano como José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Cánovas del Castillo mandó al general Martínez Campos, aportando experiencia militar y a la vez flexibilidad para negociar con los rebeldes. Sin embargo, el avance de la insurrección llevó al gobierno a sustituirlo por el general Valeriano Weyler, el cual llevó a cabo una actuación agresiva: cercó las aldeas campesinas construyendo campos de concentración, así como un duro bloqueo de medicamentos y alimentos, lo que dañó gravemente la economía cubana, pero también afectó a los propios soldados españoles, completamente desabastecidos.

Tras el asesinato de Cánovas, el gobierno de Sagasta sustituyó a Weyler y aprobó un paquete de reformas: autonomía para la isla, sufragio universal y el fin de los aranceles. Sin embargo, era ya demasiado tarde, los cubanos contaban ya con el apoyo militar y financiero de los EE.UU. que se preparaban para una guerra total.

Mientras tanto, en Filipinas se sucedieron varios movimientos independentistas paralelamente, duramente reprimidos, e incluso fusilados sus principales líderes como José Rizal.

Intervención de EE.UU. y Fin de la Guerra

No será hasta la intervención militar de EE.UU. cuando consiguen cumplir sus objetivos. En 1898, los EE.UU. finalmente declaran la guerra a España con el pretexto del hundimiento del buque de guerra Maine en el puerto de La Habana. Culparon a España de la explosión, aunque a día de hoy es conocido que fueron agentes norteamericanos los que hundieron su barco para empezar la guerra.

España mandó una flota de guerra bajo el mando del almirante Cervera, pero los norteamericanos consiguieron una aplastante victoria en Santiago de Cuba. También invadieron Filipinas, venciendo a los españoles en la batalla de Cavite.

España firma la Paz de París, en diciembre de 1898, con EE.UU. Pierde Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

3. Repercusiones Políticas y Económicas del 98

Era el fin de la presencia española en el continente americano tras varios siglos de hegemonía colonial. Tal fue la repercusión que se le llamó el Desastre del 98. Sumió a la sociedad española en un estado de frustración, de sentimiento de pérdida, reforzado por la prensa extranjera que presentaba a España como un país en decadencia, con economía atrasada y corrupto.

El llamado Desastre del 98, una crisis moral e ideológica que influenció a los principales pensadores, filósofos y literatos del país, aunque sus repercusiones económicas fueron menos graves de las esperadas, ya que la repatriación de capitales cubanos a la península, así como el mantenimiento de un mercado de productos como el alcohol, tabaco o algodón, seguiría siendo fluido.

Movimientos Regeneracionistas

En cuanto a las mentalidades, surgieron varios movimientos que pretendían una regeneración del país, una modernización necesaria que nos hiciera salir de la situación de decadencia. Entre ellos destaca:

  • El Krausismo: se introduce en España gracias a pensadores como Giner de los Ríos y su Institución Libre de Enseñanza, adaptando los sistemas educativos y científicos europeos a la educación española.
  • El Regeneracionismo: en figuras como Joaquín Costa. Uno de sus lemas era “escuela y despensa”.
  • La Generación del 98: en literatura destaca la Generación del 98. Unamuno, Machado, Azorín o Valle-Inclán, los cuales mezclan todas estas tesis con un profundo pesimismo y dolor ante la situación de España, aunque sin dejar de lado el patriotismo o el amor por su tierra.