Historia de España en los siglos XVI, XVII y XVIII: Economía, Crisis y Guerra

Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI

En el siglo XVI, la expansión económica castellana aumenta, produciéndose un crecimiento demográfico, así como de la producción agrícola, industrial y comercial. Este auge se ve beneficiado por la colonización del Nuevo Mundo, ya que llegan a Castilla grandes cantidades de metales preciosos y parten de ella productos manufacturados hacia América.

La tendencia expansionista propicia el aumento del gasto y el endeudamiento. Felipe II aumenta la deuda heredada de Carlos I. La economía está al servicio de la política imperial, lo que provoca periodos de crisis, ya que el mantenimiento del imperio exige llevar a cabo una política destinada a sufragar gastos políticos.

El siglo XVI es un período de crecimiento demográfico en los reinos de Aragón, Castilla y Navarra, con altas tasas de natalidad y mortalidad, propias de un ciclo demográfico antiguo. La población peninsular continúa siendo principalmente rural. Se produce un crecimiento de la burguesía, aunque la estructura social responde a las pautas del Antiguo Régimen, con la población diferenciada en estamentos: nobleza y clero privilegiados, frente al pueblo que carecía de privilegios.

La Crisis de 1640

En 1640 se produce una grave crisis política que se manifiesta en sublevaciones internas de tipo separatista. Sus antecedentes fueron los levantamientos de 1630, motivados por la Guerra de los Treinta Años y la política centralista del Conde Duque de Olivares. Estos movimientos fueron apoyados por Inglaterra, Francia y los Países Bajos.

Hubo un levantamiento catalán producido por el descontento, porque el rey exigió un impuesto extraordinario al que se negó la Generalitat. Sus instituciones se oponen a la política del Conde Duque y a la Unión de Armas. En 1635, con motivo de la guerra de Francia contra España y Austria, Cataluña se convierte en un frente militar con presencia de tropas reales, provocando la reacción del campesinado y los principales municipios. El 7 de junio de 1640 estalla en Barcelona el Corpus de Sangre, siendo asesinado el virrey y perseguidos todos los castellanos.

Estalla una guerra y el Conde Duque envía un ejército de 30.000 hombres. Los catalanes, con el apoyo francés, proclaman la república en 1641 y nombran a Luis XIII Conde de Barcelona. El Conde Duque de Olivares cae en 1643 y es sustituido por su sobrino Luis de Haro, que intenta negociar. En 1652 se rinde Barcelona.

La Guerra de Sucesión y el Sistema de Utrecht

En 1700 muere Carlos II, último rey de los Austrias, sin descendencia, y deja el trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, convirtiéndose en Felipe V. Las potencias europeas temen la unión de Francia y España y forman la Gran Alianza de La Haya en 1701, constituida por Gran Bretaña, el Imperio Austriaco, Holanda, Portugal, Saboya y Prusia, y apoyan al Archiduque Carlos de Austria como heredero al trono español, declarando la guerra a los Borbones. Comienza así la Guerra de Sucesión, que dura hasta 1713 con la firma del Tratado de Utrecht.

Fue una guerra civil, pues Castilla defiende a Felipe V y Aragón al Archiduque. La guerra comenzó con derrotas borbónicas. En 1704, Gran Bretaña ocupa Gibraltar y Menorca. En 1706, el Archiduque es nombrado rey como Carlos III. Del 1707 al 1710 obtienen victorias los Borbones en Almansa, Brihuega y Villaviciosa.

En 1711, el Archiduque Carlos hereda el Imperio Austriaco y la Gran Alianza deja de apoyarle, comenzando las negociaciones de paz y firmando el Tratado de Utrecht, que recoge:

  • Que Felipe V es rey de España a cambio de renunciar a sus derechos al trono francés.
  • España pierde los Países Bajos, Milán, Nápoles y Cerdeña a favor del Imperio Austriaco.
  • Portugal amplía sus territorios en Brasil.
  • Gran Bretaña se queda con Gibraltar y Menorca y firman tratados comerciales.
  • Sicilia pasa a formar parte de Saboya.

En 1714 los Borbones ocupan Barcelona y finaliza la guerra.

La Crisis de 1808. La Guerra de la Independencia y los Comienzos de la Revolución Liberal

El reciente monarca, Carlos IV, y su ministro Floridablanca, desde que se inició la Revolución en Francia, intentaron llevar un mínimo contacto con el país vecino. A poco tiempo se nombró como ministro a Manuel Godoy (1792), que posteriormente guiará al país en estado de crisis por involucrar a España en un estado continuo de guerra. Primero, uniéndose a la coalición de la Guerra de la Convención, llevando al país a la derrota y perdiendo territorio en la isla de Santo Domingo y, como consecuencia, la vuelta a la tradicional alianza con Francia. Esto provocará una decadencia del ministro Godoy y un ascenso al poder de Napoleón, llevando así a España a una dependencia de la política francesa. Godoy firma el Tratado de Fontainebleau (1807), autorizando la estancia de las tropas francesas en territorio español para invadir Portugal. La entrada de estas tropas se había convertido en una ocupación, por lo que el 19 de marzo de 1808 estalló un motín popular que precipitó la caída de Godoy, el Motín de Aranjuez, que obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo, Fernando VII. El continuo enfrentamiento entre Fernando y Carlos IV acabó con las Abdicaciones de Bayona, la intervención de Napoleón forzándoles a abdicar en su hermano, José Bonaparte. Ante la evidencia de la invasión francesa, el 2 de mayo de 1808 se inicia en Madrid un levantamiento antifrancés, iniciándose así la Guerra de la Independencia.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Durante la Guerra de Independencia se trató de sentar las bases jurídicas necesarias para la modernización del país. El proceso de convocatoria de las Cortes lo había iniciado la Junta Suprema inicial. La Junta Central traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia que se estableció en Cádiz, que es el que se encarga de convocar las Cortes. Los liberales consiguieron que la convocatoria no se realizara por estamentos, sino como asamblea única, cada diputado con un voto. Las Cortes establecieron los siguientes principios: soberanía nacional, división de poderes, Cortes con el poder legislativo y objetivo de elaborar la Constitución. Las Cortes de Cádiz, dirigidas por el sector liberal, representaron el primer episodio de la Revolución Liberal Burguesa (libertad económica, igualdad jurídica, un sistema político parlamentario, constitucional y abolición del poder absoluto).

Constitución de 1812

Siguiendo los mejores modelos del primer constitucionalismo, fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas:

  • Soberanía nacional.
  • Monarquía limitada, constitucional, unitaria y centralista.
  • División de poderes (legislativo: rey y Cortes; ejecutivo: el rey y el gobierno; judicial: jueces).
  • Las Cortes representan la voluntad de la nación con amplios poderes.
  • Fuero único para todos los ciudadanos.
  • Derechos fundamentales del individuo.
  • Catolicismo.
  • Monarquía hereditaria y moderada.
  • Estado dividido en provincias y municipios.
  • El alcalde por elección popular.

Esta Constitución estuvo vigente desde 1812 hasta 1814, cuando Fernando VII regresa a España e impone la monarquía absoluta, también vigente entre 1820 y 1823. El mandato de las Cortes duraba dos años. Además de la Constitución, estas Cortes promulgaron una serie de leyes conocidas como legislación ordinaria, cuyo fin era acabar con el Antiguo Régimen.

  • Abolición del régimen jurisdiccional.
  • Supresión de la Mesta y sus privilegios.
  • Eliminación de mayorazgos.
  • Supresión de gremios.
  • Libertad de imprenta, salvo para cuestiones religiosas.
  • Supresión del Tribunal de la Inquisición.
  • Desamortización de bienes propios o baldíos de órdenes religiosas desaparecidas y propiedades de afrancesados.

Pero en 1814, con la vuelta de Fernando VII, se produce una involución y quedan sin efecto tanto la Constitución como estas leyes.