Análisis de la narrativa española de posguerra: Camilo José Cela y Miguel Delibes

CAMILO JOSÉ CELA (1916-2002)

Biografía

Autor muy prolífico que escribió novelas, poesía, ensayo, teatro… Fue premio Nobel de literatura en 1989. Su personalidad se basa en una visión del mundo tremendista, pesimismo existencial y poca fe en la naturaleza humana.

Rasgos de su novelística

Es un creador del lenguaje, destaca por el ingenio, el estilo bronco, el costumbrismo y la atracción por la violencia, el sexo y un deseo de innovación en cada una de sus obras.

Etapas de su producción narrativa y principales obras

Recorre todas las etapas de la narrativa española de posguerra:

Primera etapa: el “tremendismo”

La obra clave de este periodo es La familia de Pascual Duarte (1942). Aparece como respuesta estética a la trágica experiencia vivida por los novelistas durante la Guerra Civil y los primeros años de la posguerra. Se vincula a la corriente existencial de la novela europea. Los protagonistas son personajes bárbaros o marginados que muestran conductas asociales y agresivas. La trama nos presenta a los personajes enfrentados a situaciones extremas y violentas (interesa llegar al fondo de los personajes y conocer las causas que determinan su comportamiento). El lenguaje literario es bronco y desgarrado.

Segunda etapa: el “realismo social”

Está representada por La colmena (1951). Fue muy influente por: protagonista colectivo, la desestructuración cronológica de sus partes, su técnica de secuencias narrativas y costumbristas, y por su visión despiadada del Madrid de la posguerra. Otras obras de esta época son: Mrs. Caldwel habla con su hijo (1953), y La catira (1955).

Tercera etapa: el “experimentalismo”

Siguiendo la línea de la “novela experimental”, en sus obras hace desaparecer la trama y el argumento, y la estructuración tradicional de las novelas, para centrarse en el estilo y el lenguaje, experimentando novedades como: frases de gran extensión, ausencia de puntuación, mezcla de texto con fragmentos no literarios (diagramas, dibujos…), lenguaje no referencial (balbuceos, onomatopeyas animales…) etc. Esta distorsión narrativa y lingüística se ve en: San Camilo, 1936 (1969) (largo monólogo sin puntos que recrea un ambiente violento del Madrid de comienzos de la guerra) y Oficio de tinieblas 5 (1973) que reflexiona sobre temas variados por medio de más de mil párrafos de diferente extensión, escritos sin signos de puntuación.

Desde 1980 su obra se completa, con Mazurca para dos muertos (1983), Cristo versus Arizona (1988) y Madera de boj (1999).

MIGUEL DELIBES (1920-2010)

Biografía

Nació en Valladolid en 1920. Fue siempre un apasionado por la naturaleza y la caza. Fue Premio Cervantes en 1993.

Concepción de la novela

Para él, una novela debe contar una historia. Toda novela tiene que tener tres elementos: un personaje protagonista, una tierra en la que se mueve y un conflicto.

Rasgos de su novelística

Recorre todos los cánones de la narrativa de posguerra, igual que Cela. Busca siempre el análisis del mundo rural marginado, la crítica de una burguesía urbana despreocupada con un lenguaje sobrio, natural y preciso de gran belleza. Elementos recurrentes en su obra son:

  • La presencia del paisaje castellano (protección y el auxilio del medio ambiente)
  • La dicotomía campo-ciudad (sus novelas se dividen en “novelas de campo” y “novelas ciudadanas o de ambiente urbano”)
  • El progreso no a cualquier precio
  • La defensa de lo inocente en el hombre y en el niño y el respeto a la tolerancia. Defensa de los sectores débiles o marginados y crítica feroz contra opresores y prepotentes
  • Estilo despojado de retórica, llano y claro, pero rico en matices y registros.

Temas de sus obras son cuatro:

  • La muerte
  • La infancia (protagonismo de los niños)
  • La naturaleza (el paisaje castellano y sus gentes)
  • El prójimo (se refiere a preocupación e inquietud social: la soledad, la incomunicación, la guerra…).

A estas preocupaciones hay que añadir: la fe, el catolicismo, el amor, la búsqueda de un destino, la mentalidad burguesa.

Evolución de su novela

Primera etapa: “la novela existencial”

Con obras como La sombra del ciprés es alargada (1948) y Aún es de día (1949). Realismo tradicional, pesimismo, obsesión por la muerte.

Segunda etapa: el “realismo crítico de ambiente rural”

En este periodo destacan: El camino (1950), retrata, desde la mirada infantil, la vida de un pueblo y sus gentes (idealización del mundo rural y afecto por los más desfavorecidos). Las ratas (1962), denuncia social, testimonio ácido sobre la indefensión de los campesinos. En los años 80 volverá a esta línea con Los santos inocentes (1982), obra maestra sobre la vida de los humillados a manos de opresores y prepotentes.

Tercera etapa: el “experimentalismo formal”

Abandona el realismo e introduce nuevas técnicas narrativas. En Cinco horas con Mario (1966) Delibes se adentra en el experimentalismo a través del largo monólogo en 2ª persona de la protagonista ante el cadáver de su marido, Mario. Su obra más experimental es Parábola del náufrago (1969), en la que juega con la puntuación y la tipografía, recurre a las onomatopeyas o introduce largos pasajes de monólogo interior (2ª persona auto reflexiva y en cursiva).

Cuarta etapa: el “realismo crítico de ambiente urbano”

En este momento vuelve a la visión realista y la reproducción narrativa más costumbrista, aplicando de nuevo el realismo al análisis de los ambientes urbanos: desolación y abandono del ser humano como se ve en La hoja roja (1959), o bien para criticar a la burguesía estúpida, inútil y provinciana en obras como El príncipe destronado (1973) o La guerra de nuestros antepasados (1975). En El disputado voto del señor Cayo (1978) hay una reivindicación del hombre del campo, natural y despejado, frente al engaño y las falsas promesas que trae el político cortesano desde la ciudad.

Últimas novelas: “los años 80 y 90”

Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983) es una reflexión sobre la soledad y el sentimiento amoroso donde critica el comportamiento deshonesto del protagonista.

A finales de los ochenta, Delibes aborda, por fin, la guerra civil en obras como 377A, madera de héroe (1987)). Señora de rojo sobre fondo gris (1991), es una elegía sobre la esposa muerta.

El Hereje (1998), extensa novela histórica. Responde a las constantes del autor: un hombre, Cipriano Salcedo; una pasión, la de ajustar sus principios a su conducta; y un paisaje, el de Valladolid de 1500.

Tesis

Tesis: se trata de una tesis explícita, es decir, está directamente formulada en forma de oración temática y se encuentra al final del texto en la línea 24….

La tesis está al principio, la estructura del texto es analizante y por lo tanto el razonamiento del autor es deductivo.

La tesis está al final, la estructura del texto es sintetizante y el autor hace un razonamiento inductivo.

Se trata de una tesis implícita, es decir, no está directamente formulada en forma de oración temática y la tengo que deducir con mis propias palabras.

Argumentos

  • Argumento de autoridad: “según el presidente de la RAE los alumnos de bachillerato de este lustro cometen menos faltas de ortografía”.
  • Argumento basado en datos y cifras: aparecen datos y cifras.
  • Argumento basado en ejemplos: “en épocas pasadas las mujeres se casaban muy jóvenes”
  • Argumentos acerca de las causas: “los hijos de mujeres fumadoras presentan debilidad muscular y bajo peso al nacer porque fuman sus madres”.
  • Argumento por las consecuencias: se valoran cosas positivas y negativas.
  • Argumento de experiencia personal
  • El argumento ad risum: burla del argumento usado rompiendo su supuesto rigor lógico “y ahora parece que la Unión Europea, en su infinita sabiduría, quiere prohibir la ñ en los teclados”
  • Argumento de falsa autoridad: porque mi madre lo dice.
  • Argumento ad populum: “somos vascos y a los vascos nadie puede decirnos lo que podemos o lo que no podemos hacer”.

En primer lugar…. En segundo lugar…

En primer lugar, es muy evidente en el texto la presencia de rasgos del registro coloquial, algo propio de los artículos periodísticos de opinión con los que el autor modaliza más subjetivamente su enunciado, potenciando la función expresiva o emotiva a través de la que se observa la proyección clara del emisor en el mensaje y se muestra más cercano al receptor para ganarse su complicidad y confianza y de ese modo convencerle más fácilmente de sus ideas mediante la sensación de cercanía y familiaridad. Así encontramos interjecciones: “jal” (l. 19); palabras de jerga coloquial: “te mosqueas” (l. 6), “pringados” (l. 13); formas verbales lexicalizadas como muletillas coloquiales: “me río yo” (l. 17); y frases y expresiones coloquiales: “agorran el petate” (l. 16), “se les pasa el arroz” (l. 18), “perdiendo las posaderas” (l. 24).

En segundo lugar, es evidente en el texto la presencia de la reiteración léxica, que consiste en la repetición dentro del mismo de una serie de palabras o lexemas relacionados con el tema tratado y que contribuyen a que el texto posea un alto grado de cohesión textual al establecer a lo largo del mismo unas isotopías semánticas evidentes -es decir, unos ejes significativos que unifican el contenido tratado-. Así, la palabra más veces repetida en el texto es la del tema central: “viejos” (10 veces) -con sus variantes sinónimas “mayores” y “abuelos”-, y asociada a ella aparecen repetidas otras palabras como “jóvenes” (4 veces), “hijos” (3 veces), “patria” (2 veces), “sacrificio” (2 veces) o “héroes” (2 veces). También se repiten algunos lexemas que crean familias léxicas relevantes dentro del texto: “héroe” (héroes, heroico, heroicidad), “patria” (patria, patriótico), o “familia” (familia, familiar). El conjunto de esta reiteración fija el tema del texto: los viejos se han convertido en los nuevos héroes al ser el sostén familiar de sus empobrecidos hijos. Del mismo modo, es también muy evidente la presencia de la reiteración semántica que contribuye a la cohesión del contenido del texto, visible en la presencia del campo semántico de “la familia”: hijos, padres, abuelos, nietos.

En tercer lugar, otro mecanismo formal significativo con el que el autor construye su texto es la presencia de recursos expresivos, que se justifican por esa voluntad de estilo cercana a lo literario que es propia de los textos periodísticos de opinión y que también contribuye a modalizar subjetivamente su mensaje por parte del emisor (es decir, que nos permite observar la subjetividad desde la que está escrito). Así, en el nivel morfosintáctico, encontramos el uso de la construcción paralelística: “Hacerse vieja es… y hacerse viejo es…” (ll. 6-7), la presencia de algunas bimembraciones: “de nuestros padres y nuestros abuelos” (l. 3), “callada y pasiva” (l. 19), “el ahorro medido y las virtudes estoicas” (l. 19); o el uso de algunas enumeraciones: “como te acostumbras a madrugar, a tomar el café caliente y a la música del telediario…” (ll. 5-6), “recogiendo a los nietos en el colegio, comprando barato y yendo de sitio a otro sin descanso” (ll. 25-27).

También en el nivel léxico-semántico encontramos recursos expresivos, como, por ejemplo, la presencia de abundantes metáforas: “el río de la vida” (l. 4), “huida al paraíso” (l. 13), “que son la única patria posible” (ll. 21-22), “es el último viaje a Ítaca” (l. 22), “desaparecerán bajo las fauces de la crisis” (l. 27), “el heroico camino de la vida” (l. 28), o la presencia de algunas antítesis: “viejos/jóvenes”, “abuelos/nietos”, “escasez/abundancia”.

En segundo lugar, es muy significativa a lo largo del texto la presencia de cultismos dentro del léxico empleado, lo que hace que el texto esté elaborado con un registro muy próximo al nivel culto. Así encontramos términos como: putrescentes, exabruptos, retahíla, bilioso, amedrentador, incoercible, pujanza, lesivos, puridad. Esto es algo que no es habitual en los textos periodísticos de opinión que suelen dirigirse a un receptor medio y que, por tanto, prefieren usar un registro medio o estándar con el que llegar más fácilmente a ese tipo de público, pero quizá en este caso el autor ha elegido elevar el nivel lingüístico para contraponerlo precisamente a esos comentarios agresivos y violentos que pueblan las redes, que suelen estar llenos de incorrecciones gramaticales y vulgarismos, lo que supondría usar el registro con una intención irónica.

En tercer lugar, es evidente en el texto el uso continuado de la primera persona verbal, tanto en singular (quedo, pregunto, consulto…) como del plural (plural inclusivo): denunciamos, acompañados en muchas ocasiones de formas pronominales también de 1ª persona: me ha llamado la atención, me confiesan, yo mismo, me quedo, me pregunto, me ha llegado a confesar, me pregunto… y que…