Panorama de la Literatura Española: Del Modernismo a la Posguerra

Rubén Darío: El Fundador del Modernismo

Rubén Darío, escritor nicaragüense, fue el fundador del Modernismo con su obra Azul en 1888. Este movimiento se caracterizó por:

  • El exotismo
  • La elegancia
  • El erotismo

Darío utilizó el color azul y el cisne como símbolos recurrentes. Se consolidó como máximo representante del Modernismo con Prosas profanas, explorando el amor desde una perspectiva artística. En Cantos de vida y esperanza abordó temas políticos y reflexionó sobre la existencia, mostrando amargura en ocasiones.

Antonio Machado: Entre el Modernismo y la Generación del 98

Antonio Machado, influenciado por el Modernismo y el Simbolismo francés, evolucionó hacia la sobriedad y la densidad en su estilo poético. Sus temas recurrentes fueron:

  • El tiempo
  • Los sueños
  • La muerte
  • La búsqueda de Dios
  • La infancia
  • El amor y la melancolía
  • La preocupación por España y Castilla, especialmente Soria.

Su obra se divide en cuatro etapas, desde la influencia modernista en Soledades hasta la preocupación filosófica y folclórica en Nuevas canciones. Destacan Campos de Castilla y Canciones a Guiomar, así como sus Poesías escritas durante la guerra civil, donde manifiesta su compromiso cívico y político, como en la elegía “El crimen fue en Granada”, dedicada a Lorca. En su último período, Machado se centra en la reflexión filosófica y folclórica.

Pío Baroja y Miguel de Unamuno: La Generación del 98

Pío Baroja

Pío Baroja fue un escritor español cuya obra refleja un pesimismo existencial. Sus novelas destacan por protagonistas inadaptados y fracasados en su lucha vital. Prefiere una narrativa abierta y libre, con énfasis en la acción y las aventuras. Su estilo se caracteriza por párrafos breves y descripciones vívidas. Su obra se divide en novelas independientes y trilogías, como “Camino de perfección” y “El árbol de la ciencia”.

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno, autor español, utilizó la novela para explorar temas como la búsqueda de la inmortalidad y el sentido de la existencia. Introdujo el concepto de “nivola“, una forma de novela sin preparación previa, autobiográfica y centrada en el diálogo. Sus personajes reflejan sus propias inquietudes. Sus obras destacadas incluyen “Niebla”, “Abel Sánchez” y “San Manuel Bueno, mártir”.

Federico García Lorca: La Generación del 27

Federico García Lorca, renombrado dramaturgo, innovó con un teatro poético que incorporaba música, danza y escenografía. Abordó temas recurrentes como la frustración amorosa y el amor imposible, otorgando especial importancia al mundo femenino. Sus obras incluyen dramas influenciados por el modernismo, farsas como “La zapatera prodigiosa”, y exploración del “teatro imposible” con obras surrealistas. Las tragedias lorquianas, ambientadas en entornos rurales, como “Bodas de sangre” y “La casa de Bernarda Alba”, comparten protagonismo femenino y finales trágicos. Lorca fusiona elementos cultos y populares, destacando metáforas arriesgadas y símbolos recurrentes que exploran la muerte y otros significados.

Claudio Rodríguez: La Generación del 50

Claudio Rodríguez, nacido en Zamora en 1934, es parte de la generación del 50. En su poesía combina elementos surrealistas, clasicismo formal y transparencia paisajística, utilizando un lenguaje coloquial y realista. Su obra “Don de la ebriedad“, escrita a los diecinueve años, destaca por su conexión íntima con la naturaleza y la poesía como un estado de éxtasis. Sus libros posteriores, como “Conjuros”, “Alianza y condena” y “El vuelo de la celebración”, reflejan un estilo sobrio y singular centrado en metáforas sobre el alma, la amistad, el amor y la solidaridad. A lo largo de su carrera, ha sido galardonado con varios premios, incluyendo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y el Premio Nacional de Literatura. Su última obra, “Casi una leyenda”, muestra una preocupación nostálgica por la verdad y su legado.

Camilo José Cela y Miguel Delibes: La Posguerra

Camilo José Cela

Camilo José Cela (1916-2002), premio Nobel en 1989, es conocido por su pesimismo existencial y la falta de fe en la naturaleza humana, reflejado en obras como “La familia de Pascual Duarte”. En su segunda etapa, representó el realismo social en “La colmena”, mostrando la vida en Madrid en 1942 con miserias económicas y morales. Su tercera etapa incluyó obras experimentales como “San Camilo 1936” y “Oficio de tinieblas 5”. “Mazurca para dos muertos” presenta influencias del realismo mágico.

Miguel Delibes

Miguel Delibes, nacido en Valladolid, se centró en su obra en el mundo rural marginado y en la crítica de una burguesía despreocupada. Destacó por su lenguaje sencillo y preciso, abarcando diferentes géneros desde novelas hasta crónicas de viaje. Sus obras como “El camino” y “Las ratas” denuncian la explotación rural, mientras que “La hoja roja” y “Cinco horas con Mario” critican la estupidez de la burguesía urbana.

Antonio Buero Vallejo: El Teatro de Posguerra

La obra de Antonio Buero Vallejo abarca distintos períodos, desde el teatro simbolista hasta dramas históricos y crítica social. En “Historia de una escalera” muestra las limitaciones humanas a través de la ceguera. “Hoy es fiesta” y “El tragaluz” analizan las injusticias de la sociedad española, mientras que “Un soñador para un pueblo” y “El concierto de San Ovideo” recrean el pasado para entender el presente. En su última etapa, sus obras como “El sueño de la razón” reflexionan sobre temas sociales y políticos. Buero Vallejo destaca por la complejidad de sus personajes y técnicas que involucran al espectador.