La Crisis del Antiguo Régimen: El Reinado de Carlos IV
Debido a la Revolución Francesa de 1789, Carlos IV destituyó a los ministros ilustrados y confió el gobierno en el valido Manuel Godoy. A raíz de la ejecución del rey Luis XVI, se formó una coalición europea contra la Francia revolucionaria. España participó en la guerra (1793-1795) y, después de unos éxitos iniciales, fue derrotada. Por la Paz de Basilea (1795), España quedó supeditada a Francia. Con el Tratado de San Ildefonso, España se convirtió en aliada de Francia.
Con la llegada al poder de Napoleón Bonaparte, Francia desarrolló una política imperialista, solo frenada por Gran Bretaña. Godoy fue un aliado de Napoleón, lo que conllevó la derrota de la flota franco-española en Trafalgar (1805), dejando a España sin conexión con las colonias americanas y sumida en una grave crisis económica, agravada por el hambre y las epidemias. El aumento de los impuestos y las medidas contra la Iglesia provocaron que la nobleza, el clero y sectores populares se alzasen contra Godoy, teniendo como líder al príncipe Fernando.
Por el Tratado de Fontainebleau, España dejaba pasar tropas francesas para invadir Portugal. Con esa excusa, los franceses ocuparon ciudades como Madrid y Barcelona. El Motín de Aranjuez provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII.
La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)
La Monarquía de José Bonaparte
Carlos IV y Fernando VII pidieron el arbitraje de Napoleón, quien los convocó a Bayona y les hizo abdicar a su favor. Napoleón cedió la corona de España a su hermano José I. El nuevo rey intentó llevar a cabo una política de modernización, entre ilustrada y liberal, por lo que promulgó el Estatuto de Bayona (1808). Su gobierno decretó la abolición del régimen señorial, la desvinculación de mayorazgos y la desamortización de las tierras de la Iglesia, pero se topó con una firme oposición.
La Resistencia contra el Invasor
El levantamiento del pueblo de Madrid (2 de mayo de 1808) y la dura represión dirigida por el general Murat provocaron sublevaciones por toda España. Entre los sublevados había partidarios del antiguo régimen y de un nuevo modelo liberal burgués. Estos grupos se apoderaron de los gobiernos territoriales, donde formaron Juntas. Para coordinarlas, se creó en Aranjuez la Junta Suprema Central, donde destacaban antiguos ministros. Por la presión de los franceses, la Junta huyó a Sevilla y, en 1810, a Cádiz, donde estaba protegida por la flota inglesa.
La Lucha Armada
La resistencia durante meses de Zaragoza, Girona y Tarragona impidió el avance francés hacia Andalucía. La batalla de Bailén impidió la ocupación de Andalucía y forzó la huida de José I. Napoleón tuvo que acudir con un gran ejército y, entre finales de 1808 y comienzos de 1809, pacificó casi toda la península, donde solo resistían Cádiz y Lisboa.
El fracaso del ejército regular provocó la aparición de las guerrillas, de formación muy heterogénea, que, con un gran dominio del territorio y el apoyo de la población civil, hicieron que los franceses solo pudieran controlar las ciudades. Las salvajes represalias solo favorecieron la resistencia, llegando a disponer las guerrillas de 55.000 hombres.
Cataluña: De la Ocupación a la Anexión
Los franceses controlaban Barcelona, pero no las otras grandes ciudades catalanas. Girona resistió hasta diciembre de 1809. Después cayeron Vic, Tortosa y Tarragona. Para ganarse a la población, los franceses llevaron a cabo una política de desarrollo económico y de autorización del uso del catalán. En 1812, Cataluña fue incorporada al Imperio francés.
Ese mismo año, Napoleón sufrió una total derrota en Rusia, situación aprovechada por el británico Wellington para derrotar a los franceses en Torres Vedras. Napoleón ordenó la retirada de la península, siendo derrotados los franceses por tropas anglo-españolas en Ciudad Rodrigo, Los Arapiles, Vitoria y San Marcial. Por el Tratado de Valençay, Napoleón liberó a Fernando VII y los franceses se retiraron de España. Napoleón abdicó en 1814 y, aunque retornó al poder durante el Imperio de los Cien Días, fue definitivamente derrotado por Wellington en Waterloo. Después de la derrota, fue encarcelado en la isla de Santa Elena.
Las Actitudes durante la Invasión
- Los afrancesados: Eran sobre todo algunos nobles y burgueses partidarios de las reformas de la Ilustración, que veían en los franceses una buena ocasión para modernizar el país. La mayoría tuvieron que huir con el retorno de Fernando VII.
- Los absolutistas: Eran fundamentalmente nobles, clérigos y campesinos que querían el mantenimiento del antiguo régimen y acabar con las reformas.
- Los ilustrados: Recogían sectores de la nobleza y del clero. Defendían la continuación de las reformas del siglo XVIII para llegar a un modelo como el británico.
- Los liberales: Pertenecían a las clases medias urbanas y querían un sistema político liberal y económico capitalista.