Al-Ándalus y los Reinos Cristianos en la Península Ibérica

Al-Ándalus: Del Emirato al Reino Nazarí

La Conquista Musulmana y el Emirato Dependiente

Tras la Batalla de Guadalete en el 711, las tropas islámicas se extendieron rápidamente por la Península Ibérica. La conquista, llevada a cabo por el ejército musulmán del Magreb, compuesto por bereberes y élites árabes, y dirigida por Musa y su lugarteniente Tarik, culminó en el 720 con el dominio de casi toda la península. La debilidad de la monarquía visigoda, las luchas internas por el poder y las divisiones entre la nobleza goda facilitaron la rápida conquista musulmana. El trato respetuoso que los conquistadores dieron a la población hispanovisigoda también contribuyó a la rápida islamización de la península.

Emirato Dependiente de Damasco (716-756): La península se convirtió en Al-Ándalus, una nueva provincia del califato islámico. Al mando se colocó un Emir, delegado del califa musulmán (de la dinastía Omeya) con capital en Damasco. Durante este periodo, se produjeron luchas internas entre árabes, sirios y bereberes por el control del gobierno y los mejores territorios. Aunque realizaron incursiones en el norte, la hostilidad de vascos y astures, y la derrota en la Batalla de Covadonga (722) frente a los astures, frenaron su expansión. La derrota en Poitiers (732) frente a los francos marcó el fin de la expansión musulmana por Europa. La Meseta septentrional se convirtió en una “tierra de nadie” que servía de frontera entre Al-Ándalus y los reinos cristianos.

El Emirato Independiente y el Califato de Córdoba

Emirato dependiente de Bagdad (756-929): Abd Al-Rahman I, tras la matanza de su familia por los abasíes, huyó de Damasco y fundó el Emirato de Córdoba (756-929), rompiendo los lazos políticos con los abasíes, aunque manteniendo el reconocimiento de la autoridad religiosa del califa de Bagdad. Sus sucesores, Al-Hakam I y Abd-Al-Rhaman II, continuaron la política de un estado unitario con un poder central fuerte. Se dividió el territorio en provincias fronterizas e interiores y se creó un ejército profesional compuesto por esclavos eslavos para sofocar las revueltas internas y controlar a los reinos cristianos mediante aceifas.

En el siglo IX, el aumento de la presión fiscal y la intransigencia religiosa provocaron revueltas separatistas, como la del muladí Omar Ibn Hafsun, que extendió su dominio por Andalucía desde Barbastro hasta el siglo X. Esta debilidad del Estado Cordobés facilitó el avance cristiano.

Califato de Córdoba: Abd-al-Rhaman III, para evitar la disgregación de Al-Ándalus, acabó con las rebeliones internas, sometió al territorio andalusí y frenó a los cristianos. En el año 929, rompió con Bagdad y se proclamó califa, asumiendo no solo el poder político, jurídico y militar, sino también el religioso. Así se inauguró el califato de Córdoba.

Abd-al-Rhaman III reorganizó el ejército con tropas mercenarias, bereberes y eslavos, y creó una aristocracia palatina. Estableció relaciones con Constantinopla e impuso su autoridad frente al avance del califato fatimí. El breve califato de Al-Hakam II destacó por su importante actividad cultural.

Durante el califato nominal de Hisham II, Almanzor monopolizó el poder y estableció una dictadura militar. Sus campañas contra los reinos cristianos buscaban castigar a los”infiele” y afianzar su propio prestigio. Tras su muerte, se inició una etapa de grave agitación política. En 1009, los sucesores de Almanzor fueron asesinados y el califa Hisham II fue obligado a abdicar. La guerra civil entre diferentes grupos sociales por el poder en Córdoba debilitó aún más a Al-Ándalus, lo que aprovecharon los reinos cristianos para avanzar en su territorio.

Reinos de Taifas, Almorávides y Almohades

Reinos de taifas: En 1031, el califato de Córdoba desapareció y se formaron los reinos de taifas (tres grupos: árabes, bereberes y eslavas). Esta fragmentación debilitó a Al-Ándalus, lo que aprovecharon los reinos cristianos para avanzar en su territorio, como la conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI de Castilla. La presión cristiana obligó a las taifas a pedir ayuda a los almorávides, que frenaron la Reconquista y unificaron Al-Ándalus.

Imperio Almorávide (s.XI-XII): Pueblo bereber que creó un imperio en el norte de África y conquistó los reinos de taifas. Su restauración del islam tradicional y ortodoxo y la práctica de la Yihad les granjeó gran popularidad entre los musulmanes. Sin embargo, las pérdidas territoriales frente a los cristianos obligaron a aumentar los impuestos, lo que provocó descontento. Los ataques de los almohades y el resurgimiento de las segundas taifas provocaron el colapso del imperio almorávide.

Imperio Almohade (s.XII-XIII): Movimiento religioso bereber más ortodoxo que dominó las taifas de Al-Ándalus. Con capital en Sevilla, integraron a los andalusíes cultos. A pesar de su inicial empuje, no pudieron frenar el avance cristiano y sufrieron una gran derrota en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), que marcó el fin del califato almohade en Al-Ándalus. El resurgimiento de las terceras taifas, que fueron absorbidas por los reinos cristianos en el siglo XIII, dejó a Al-Ándalus reducida al Reino nazarí de Granada.

El Reino Nazarí de Granada

Reino Nazarí de Granada (s.XIII-XV): Fundado por Muhammad I, quien se rebeló contra los almohades, se proclamó sultán y entró en Granada en 1237. Fue escenario de constantes disputas internas y su política oscilaba entre la guerra y la paz con los reinos cristianos, esta última a cambio del pago de parias y el reconocimiento de vasallaje al rey de Castilla. Este reino desapareció en 1492 con la conquista de Granada por los Reyes Católicos.

Organización del Estado, Economía y Sociedad en Al-Ándalus

Organización del Estado

El poder en Al-Ándalus residía en los emires y, posteriormente, en los califas. El califa tenía poder absoluto en los ámbitos judicial, económico, militar y de política exterior. Dirigía la administración a través de un hajib y nombraba a los valíes (gobernadores provinciales) y a los cadíes (jueces). La administración se estructuraba en ministerios y la justicia estaba a cargo de los cadíes. El territorio se dividía en provincias y el ejército era poderoso, compuesto en la época del califato por tropas mercenarias, bereberes y eslavos.

Economía

Agricultura: Destacó la difusión del regadío a través de acequias y norias. La producción de trigo era escasa, mientras que el olivar y la vid, productos prohibidos por el islam, se exportaban. La ganadería tuvo poco desarrollo.

Manufacturas: Destacó la producción textil. Las actividades artesanales prosperaron, con una rica y variada producción que iba desde textiles hasta repujados en cuero, pasando por el cristal.

Comercio: El comercio interior se realizaba en zocos y tiendas. Las alcaicerías eran mercados de objetos suntuarios y las alhóndigas almacenaban productos. El comercio exterior se dirigía principalmente al norte de África y al Mediterráneo oriental. Las monedas utilizadas eran el dinar de oro y el dírhem de plata.

Sociedad

Al-Ándalus se caracterizó por un elevado grado de urbanización, con numerosas ciudades y una intensa vida urbana. La sociedad andalusí estaba dividida en varios grupos:

  • Musulmanes: Una minoría árabe que controlaba las tierras más productivas. Los sirios se integraron en el ejército y favorecieron la consolidación del emirato omeya. Los bereberes, recién convertidos al islam, se dedicaban al pastoreo en zonas marginales y tenían un papel relevante en el ejército. Los muladíes eran la población peninsular convertida al islam.
  • No musulmanes: Los mozárabes eran cristianos que continuaron practicando su religión en Al-Ándalus, conservando sus costumbres a cambio del pago de tributos. Los judíos gozaron de libertad religiosa y se dedicaron a profesiones liberales.

Arte

El arte islámico andalusí tuvo un carácter singular. La arquitectura fue su mayor y mejor realización artística, expresando la fuerza del poder religioso (mezquitas) y político (palacios). Estas edificaciones eran austeras en el exterior y de gran riqueza decorativa en su interior. Se diferencian varias etapas artísticas:

  • Cordobesa o califal: Mezquita de Córdoba y el palacio de Medina Azahara.
  • De taifas e imperios norteafricanos: Palacio de la Aljafería de Zaragoza, la Torre del Oro y la Giralda de Sevilla.
  • Etapa granadina: Alhambra de Granada.

Los Reinos Cristianos: Del Reino de Asturias a la Corona de Castilla y Aragón

Formación de los Primeros Reinos Cristianos (s. VIII-X)

Del Reino de Asturias al Reino de León: El Reino de Asturias surgió en el 718, cuando los astures proclamaron rey a Pelayo, quien logró preservar su independencia tras la victoria frente a los musulmanes en la Batalla de Covadonga (722). La capital se estableció en Cangas de Onís. Alfonso I (s. VIII) extendió el reino hacia Galicia y el Alto Ebro, realizando razias en la meseta del Duero, creando una frontera despoblada o “tierra de nadie”. Alfonso II el Casto trasladó la capital a Oviedo, restauró el Fuero Juzgo y se produjo el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, lo que reforzó la identidad cristiana del reino. Alfonso III el Magno (s. IX) expandió el reino hasta el Duero. En el siglo X, la capital se trasladó a León y el Reino Astur pasó a ser el Reino de León, que abarcaba Asturias, Galicia, León, Portugal y Castilla.

Independencia del Condado de Castilla: Territorio de hombres libres que resistían a los musulmanes, con lengua propia y tradiciones jurídicas y culturales diferentes. En la segunda mitad del siglo X, Fernán González unificó los condados bajo su autoridad, creando el Condado de Castilla, independiente de León. Tras la muerte de García Sánchez de Castilla, el condado se incorporó al Reino de Navarra (finales del siglo X).

Reino de Navarra: En la segunda mitad del siglo VIII, el territorio estaba bajo influencia franca y musulmana. Los vascones derrotaron a los francos en la batalla de Roncesvalles (778). En el siglo IX, Íñigo Arista instauró una monarquía. En el siglo X, Sancho Garcés incorporó La Rioja y, mediante una política de enlaces matrimoniales, el Condado de Aragón.

Condado de Aragón: Vinculado al Imperio Carolingio, se independizó en el siglo IX con Aznar Galíndez como primer conde independiente. Tras una política matrimonial, se anexionó al Reino de Pamplona hasta la muerte de Sancho III el Mayor.

Condados catalanes: La ocupación musulmana fue breve. En el 801, Luis el Piadoso conquistó Barcelona, creando la Marca Hispánica, que contenía condados independientes. Barcelona era el condado más importante y, bajo Wifredo el Velloso, se vinculó al resto de condados. El conde Borrell II de Barcelona dejó de rendir homenaje a los reyes francos, consiguiendo la independencia definitiva de los condados.

Ocupación de los Valles del Tajo y Ebro (s. XI – 1ª mitad s. XII)

Este periodo marcó un cambio en la correlación de fuerzas entre cristianos y musulmanes, aprovechando los primeros la debilidad de los reinos de taifas.

Reino de Navarra: En el siglo XI, con Sancho III el Mayor, se convirtió en el núcleo cristiano más importante. Impulsó el Camino de Santiago, incorporó Sobrarbe, Ribagorza y Castilla (al casarse con doña Sancha de Castilla) y recibió vasallaje del Condado de Barcelona. A su muerte, el reino se dividió entre sus hijos: Navarra para García, Castilla para Fernando, Aragón para Ramiro y Sobrarbe y Ribagorza para Gonzalo. Tras la muerte de Sancho IV de Peñalén, Navarra se incorporó al Reino de Aragón hasta la muerte de Alfonso I el Batallador.

Reino de Castilla y León: Fernando I, primer rey de Castilla, unió ambos reinos tras derrotar a Vermudo III. Alfonso VI conquistó Toledo en 1085. El Condado de Portugal se independizó en 1144 con Alfonso Enríquez como rey.

Corona de Aragón: Ramiro I, primer rey de Aragón, anexionó Sobrarbe y Ribagorza. Alfonso I el Batallador (s. XII) conquistó Zaragoza. A su muerte sin descendencia, legó el reino a las Órdenes Militares, pero la nobleza proclamó rey a su hermano Ramiro. Navarra se separó de Aragón. Ramiro II el Monje unió los condados catalanes con Aragón al casar a su hija Petronila con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, formando la Corona de Aragón.

Ocupación del Guadalquivir y Litoral Mediterráneo (2ª mitad s. XII – s. XIII)

Esta etapa se caracterizó por:

  • Creación y protagonismo de las Órdenes Militares de Calatrava, Santiago y Alcántara.
  • Firma de tratados para delimitar los territorios de la Reconquista: Tudilén (Castilla reconoce a Aragón el derecho de conquista de Valencia y Murcia), Cazorla (Murcia pasa a ser zona de conquista castellana).

En el siglo XII, los cristianos se unieron contra los almohades. La Batalla de las Navas de Tolosa (1212) supuso una victoria decisiva para los cristianos.

En el siglo XIII:

  • Portugal alcanzó el valle del Guadiana.
  • La Corona de Aragón renunció a la conquista de territorios andalusíes (Tratado de Corbeil) y se expandió hacia el Mediterráneo.
  • Castilla, con Fernando III el Santo, unió Castilla y León, incorporando Extremadura, Córdoba y Sevilla. Alfonso X el Sabio redujo Al-Ándalus al Reino nazarí de Granada e instauró el código jurídico de las Siete Partidas.

Modelos de Repoblación

  • Presura (s. VIII-X): Tierras al norte del Duero y piedemonte pirenaico. Ocupación de tierras por campesinos libres (pequeñas propiedades) o señores (grandes propiedades). Predominio de la pequeña y mediana propiedad.
  • Concejil (s. XI y XII): Entre el Duero y los Montes de Toledo y en el valle del Ebro. El territorio se dividía en concejos, con una villa (representante del rey) y un alfoz (aldeas). El rey otorgaba el fuero o carta puebla. Propiedad mediana libre y tierras comunales.
  • Órdenes Militares (s. XIII): Valle del Guadiana, Teruel y norte de Castellón. Grandes extensiones de tierra escasamente pobladas. Las órdenes militares se encargaban de la conquista y defensa a cambio de grandes latifundios. División en encomiendas.
  • Repartimientos (2ª mitad s. XIII): Valle del Guadalquivir y litoral levantino. Zonas ricas y pobladas. Tras la conquista, el rey repartía las tierras (donadíos) entre la población cristiana que había participado en la misma. Grandes latifundios para la nobleza, órdenes militares e Iglesia.

Organización Social

La sociedad cristiana estaba dividida en estamentos:

  • Privilegiados: No pagaban impuestos. La nobleza (condes, marqueses, duques, ricos hombres, caballeros e hidalgos) y el clero (alto y bajo clero, regular y secular).
  • No privilegiados: Pagaban impuestos. Campesinos, artesanos y burgueses. Al margen de la sociedad cristiana estaban los judíos y mudéjares.

La Mesta

[Información no disponible en el texto original]

Las Tres Culturas Peninsulares

Judíos, musulmanes y cristianos convivieron en la península, dando lugar a un rico intercambio cultural.

  • El Camino de Santiago: Vía de penetración cultural, su descubrimiento se produjo en el siglo IX. La Orden de Cluny impulsó su desarrollo. En el siglo XII, era el centro de peregrinación más importante de la cristiandad.
  • Escuela de Traductores de Toledo: Puente cultural entre el mundo islámico y la cristiandad. Uno de los grandes focos culturales de Europa. En la segunda mitad del siglo XIII, Alfonso X impulsó la escuela, introduciendo el castellano y otras lenguas vulgares en la traducción.
  • De la cultura de los monasterios a las primeras universidades: Hasta el siglo XI, los centros de enseñanza eran las escuelas monacales. A partir del siglo XII, las escuelas catedralicias ofrecían enseñanza básica para burgueses, baja nobleza y clero. En el siglo XIII surgieron las universidades, como las de Salamanca y Valladolid.

Crisis del Siglo XIV y Conflictos Políticos

Crisis Económica y Demográfica

Crisis económica (1ª mitad s. XIV): Crisis de subsistencia provocada por malas cosechas, escasez de trigo, aumento de precios y hambre. La falta de reservas y la dificultad para importar trigo agravaron la situación.

Crisis demográfica: La peste negra (1348): Enfermedad transmitida por las ratas que llegó a España en 1348. Los medios de prevención (saneamiento, enterramiento de cadáveres, quema de maderas, perfumes) fueron insuficientes. Sus efectos fueron más devastadores en zonas que ya sufrían crisis de subsistencia. Las consecuencias fueron:

  • Movimientos migratorios del campo a la ciudad.
  • Alta mortalidad.
  • Aumento de precios y salarios.
  • Impacto psicológico por la tragedia.

Conflictos Sociales

Reacción señorial: La finalización de la Reconquista, la peste negra, los movimientos migratorios y el aumento de precios provocaron la reacción de los señores, que usurparon tierras a la monarquía y endurecieron las condiciones de los campesinos.

Tensiones sociales: Enfrentamientos en las ciudades (lucha contra la oligarquía, rivalidad entre bandos nobiliarios, violencia contra los judíos) y rebeliones campesinas contra los abusos señoriales (como la rebelión de los Payeses de Remensa en Cataluña).

Los Payeses de Remensa: Conflicto entre señores y campesinos en Cataluña. Los campesinos debían comprar su libertad y pagar por mantener la posesión de la tierra (malos usos). En 1348, el endurecimiento de las condiciones provocó la rebelión campesina. Alfonso V suspendió provisionalmente los malos usos en 1455.

Crisis Política: Guerras Civiles

El fortalecimiento del poder real se encontró con la resistencia de la nobleza y el clero, lo que provocó diversas guerras civiles en Castilla, Navarra y Cataluña.

Corona de Castilla:

  • Conflicto entre Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara (s. XIV): Pedro I intentó fortalecer el poder monárquico, apoyándose en los judíos y enfrentándose a la alta nobleza. La guerra civil castellana se enmarcó en la Guerra de los Dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón) y en la Guerra de los Cien Años (Inglaterra y Francia). Enrique de Trastámara contó con el apoyo de Francia, mientras que Pedro I recibió ayuda de Inglaterra. La guerra finalizó en 1369 con la victoria de Enrique II de Trastámara, que instauró una nueva dinastía. La nobleza salió fortalecida y se concedieron las mercedes enriqueñas (expansión señorial, nueva nobleza, mayorazgos).
  • Conflictos nobiliarios en el siglo XV: La nobleza, con gran poder, logró la ejecución de Don Álvaro de Luna y protagonizó la farsa de Ávila contra Enrique IV.

Cataluña, crisis del siglo XV:

  • Crisis política: el Compromiso de Caspe y la dinastía Trastámara: La muerte sin descendencia de Martín I el Humano provocó una crisis sucesoria. Fernando de Trastámara fue elegido rey en el Compromiso de Caspe (1412), lo que provocó el rechazo de la Generalitat y el inicio de la crisis catalana. La nueva monarquía, de carácter autoritario, chocó con las instituciones catalanas.
  • Lucha por el poder en Barcelona: la Biga y la Busca: En el siglo XV, Barcelona estaba dividida entre la Biga (oligarquía que controlaba el gobierno municipal) y la Busca (gremios de comerciantes que buscaban reformas). La Busca, con apoyo de la monarquía, se enfrentó a la Biga.
  • Guerra civil de Cataluña (1462-1472): Enfrentamiento entre la monarquía, la oligarquía, los payeses de remensa y la Busca. Juan II, de carácter autoritario, se enfrentó a la Generalitat. La guerra concluyó con la rendición de Barcelona y la Capitulación de Pedralbes.

Reino de Navarra: La crisis política se desencadenó en el siglo XV tras la muerte de la reina doña Blanca. Su esposo, Juan II de Aragón, y su hijo Carlos se disputaron el trono. Los beamonteses apoyaron a Carlos y los agramonteses a Juan. Juan II heredó la Corona de Aragón y la guerra civil navarra se prolongó hasta provocar la guerra civil catalana. La muerte de Carlos puso fin a la guerra, pero a la muerte de Juan II, su hija heredó el trono y Navarra recuperó su independencia.

Organización Política e Instituciones de Gobierno

Castilla: Fortalecimiento del poder monárquico en los siglos XIV y XV. El rey era considerado soberano de sus súbditos. Se creó el Consejo Real (1385), órgano asesor del rey, y la Audiencia (1371), órgano supremo de justicia que se estableció en Valladolid en el siglo XV como Chancillería. En el ámbito local, la monarquía intervino en los municipios, eliminando los concejos abiertos y democráticos (Alfonso XI). Los municipios eran controlados por un corregidor nombrado por el rey.

Aragón: A diferencia de Castilla, Aragón era una confederación de territorios con leyes e instituciones propias. El concepto de pacto entre el señor y sus vasallos era fundamental. Las principales instituciones eran: los virreinatos (representantes del rey), las Cortes (defendían los intereses de las élites), las Diputaciones (Generalitat de Cataluña, Diputaciones del Reino de Aragón y Valencia) y el Justicia de Aragón (defendía los fueros aragoneses frente a la monarquía). Los municipios fueron controlados por las oligarquías urbanas.

Navarra: Prevalecía la doctrina pactista. Las instituciones seguían el modelo castellano y aragonés: Consejo Real, Cortes y Diputación de los Tres Estados.

Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo

Desde finales del siglo XIII hasta mediados del siglo XV, la Corona de Aragón se expandió por el Mediterráneo, incorporando Sicilia (1282), Cerdeña (1324) y el Reino de Nápoles (1443), a pesar de la oposición de Francia y el Papado. También controlaron Atenas y Neopatria. Barcelona se convirtió en un importante centro comercial, aunque Valencia la sustituyó tras la crisis catalana.

Rutas Atlánticas: Castellanos y Portugueses

Dominio del Estrecho (1292-1462): Desde la conquista de Tarifa por Sancho IV en 1292 hasta el control de Gibraltar por Enrique IV en 1462, Castilla controló el Estrecho.

La conquista de las Canarias (1402-1474): Los objetivos eran encontrar metales preciosos, descubrir nuevas rutas comerciales y aplicar los avances técnicos y científicos de la navegación (brújula, carabela). La conquista efectiva de las Canarias se produjo en el siglo XV en dos fases:

  • 1ª fase (1402-1474): Bajo el reinado de Enrique IV, se conquistaron Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro.
  • 2ª fase: Bajo Isabel la Católica, se incorporaron Gran Canaria, La Palma y Tenerife mediante capitulaciones.