Conflictos y Crisis del Reinado de Isabel II
Conflictos Exteriores:
Marruecos:
La guerra de Marruecos tuvo un gran impacto político y económico, generando un fuerte sentimiento patriótico en España, similar al de la Guerra de la Independencia. Las disputas fronterizas motivaron las campañas militares, que culminaron con la victoria española en las batallas de Tetuán y Castillejos. En estas batallas, el general Prim ganó gran prestigio, lo que sería relevante en el futuro. La guerra finalizó con la Paz de Wad-Ras, mediante la cual España incorporó el territorio de Ifni.
América:
Las relaciones con América eran complejas. España reconocía la independencia de algunos países, pero mantenía conflictos con otros. Se produjeron tres campañas principales:
- Guerra del Pacífico (1863-1866): Contra Perú, Chile y Ecuador.
- Expedición a México con Francia: Para apoyar al emperador Maximiliano.
- Recuperación del control de la República Dominicana: Por poco tiempo, ya que con la “guerra de la restauración” volvió a ser independiente.
Las relaciones con América se fueron consolidando gradualmente, principalmente por los lazos familiares y las relaciones personales que se establecieron.
Indochina (1858-1863):
España colaboró con Francia para castigar una matanza de misioneros en 1858. Esta campaña, de la que España se retiró pronto, benefició principalmente a Francia, que inició así su penetración colonial en la zona.
Crisis Interna:
A partir de 1863, se agravó la descomposición interna del sistema de gobierno. Se sucedieron gobiernos inestables, como el Unionismo o la Unión Liberal, incapaz de afrontar la oposición de los moderados y de la propia corona. O’Donnell dimitió y la reina entregó el poder a los moderados. El partido progresista y el partido demócrata optaron por el retraimiento.
Gobiernos Moderados:
En septiembre de 1864, la reina nombró a Narváez presidente del gobierno. Se volvió a un gobierno autoritario que actuaba al margen de las Cortes y sin tener en cuenta a los demás grupos políticos. Los progresistas acusaron a la corona de entorpecer el funcionamiento de las instituciones y favorecer las formas de gobierno autoritarias. Los progresistas, apoyados por los demócratas, volvieron a la insurrección. Esta situación culminó en septiembre de 1868 con una Revolución.
Causas de la Revolución de 1868:
Influencia de los Intelectuales:
Intelectuales como Emilio Castelar y Nicolás Salmerón, vinculados al Krausismo, difundieron sus ideas a través de la prensa, el Ateneo de Madrid y las cátedras universitarias. Emilio Castelar criticó a Isabel II en su artículo “El Rasgo” por no ceder su patrimonio al Estado. Fue expulsado de su cátedra, lo que provocó la primera huelga estudiantil de la historia de España. Los estudiantes se manifestaron en la Puerta del Sol en la conocida como “noche de San Daniel”. La represión de la Guardia Civil causó 9 muertos y más de 100 heridos. Estos acontecimientos indignaron a la opinión pública y aumentaron la impopularidad de Narváez y la reina.
Crisis Económica:
Desde 1866 se agudizó la crisis económica, en gran parte por la retirada de capital extranjero, que paralizó la construcción del ferrocarril y de los ensanches de las ciudades, generando una crisis en el sector de la construcción. A esta crisis se sumó una crisis de subsistencia por las malas cosechas. El descontento popular aumentó y muchos sectores de la población empezaron a considerar la necesidad de un pronunciamiento.
Oposición Política:
En el ámbito político, progresistas y demócratas ejercieron una oposición cada vez más radical, y la idea de un pronunciamiento fue tomando forma. En enero de 1866, el general Prim se sublevó en Villarejo de Salvanes. Aunque fracasó, esta sublevación convirtió a Prim en la figura más importante de la oposición. También en 1866 se produjo la sublevación de los sargentos en el cuartel de San Gil, a la que se adhirieron progresistas y demócratas, y se produjo un levantamiento popular en Madrid. La represión dejó 66 fusilados y más de 1000 prisioneros. Muchos unionistas, a raíz de estos sucesos, se opusieron al gobierno y O’Donnell se exilió. En agosto de 1866 se firmó en Bélgica el Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas, al que más tarde se uniría la Unión Liberal, con el objetivo de destronar a Isabel II. En 1867 y 1868 murieron O’Donnell y Narváez, desapareciendo los líderes de los partidos progresistas.
El Pronunciamiento de Cádiz:
Desde 1868 se preparó el pronunciamiento de Cádiz, liderado por Sagasta, Ruiz Zorrilla y el general Prim. El almirante Juan Bautista Topete se sublevó en Cádiz, iniciando la Revolución conocida como “La Gloriosa”, que llevó al exilio a Isabel II y a la llegada de una nueva dinastía al trono de España.
El Sexenio Democrático (1868-1874):
Causas de la Revolución:
Crisis Económica:
Desde mediados de la década de 1860, la expansión económica española se frenó. Esta crisis se puede analizar desde distintos puntos de vista:
- Crisis financiera: Se produjo la crisis del sector ferroviario, que provocó la bajada del precio de las acciones en la Bolsa. Se había invertido mucho capital en la construcción de las vías férreas, pero no se recaudó lo esperado debido al escaso nivel industrial y la baja demanda. Las acciones de las compañías ferroviarias bajaron y los inversores pidieron subvenciones al gobierno. El gobierno no tenía fondos y no podía recurrir a préstamos extranjeros debido a la alta deuda pública. Esta situación provocó la crisis de algunas entidades financieras, que cancelaron créditos, extendiendo la inestabilidad a particulares y pequeñas empresas.
- Crisis industrial: Afectó especialmente a Cataluña, donde la industria textil algodonera se abastecía principalmente de algodón importado de Estados Unidos. La Guerra de Secesión estadounidense encareció la importación de algodón. Muchos empresarios del sector no pudieron afrontar el alza de los precios, que coincidió con el descenso de la demanda de textiles debido a la crisis económica general y al aumento del precio de los alimentos.