La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia

La Transición Española

Desde noviembre de 1975 se desarrolla en España un proceso de transición política en el que se promulgó la Constitución de 1978 y mediante el cual se estableció un sistema de monarquía constitucional.

Se desarrolló entre 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I, y 1982 con la llegada al poder del PSOE, oposición al franquismo. Tras el golpe de estado fallido del 23 de febrero de 1981, a partir de 1982 se inició un periodo de normalidad democrática, con dos partidos alternando en el gobierno: el PSOE (14 años en el poder) y el PP (8 años). En 2004 volvió a gobernar el PSOE.

España ha dado un inmenso salto modernizador en su estructura política y económica y ha conseguido consolidar un Estado del bienestar propio de los países industrializados avanzados.

Inicios de la Transición

Primera etapa: Muerte de Franco hasta la promulgación de la Constitución.

Segunda etapa: Hasta la consolidación de la alternancia, con el acceso al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Panorama político en 1970

Existían tres alternativas:

  • Continuidad del régimen sin Franco.
  • Reformas promovidas desde las propias instituciones que culminasen en la democratización del sistema.
  • Ruptura con el pasado dictatorial y la construcción de un nuevo sistema político liderado por las fuerzas democráticas.

Después de la muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. Continuó al frente del gobierno Carlos Arias Navarro.

Cuando Arias Navarro presentó su programa de gobierno ante las Cortes, apostaba por el continuismo franquista. Las leyes restrictivas sobre el derecho de reunión y de asociación no contemplaban la existencia de partidos políticos. La decepción entre los demócratas se extendió.

La oposición tomó la iniciativa con un programa común para todas las fuerzas antifranquistas. Se unieron en la llamada Coordinación Democrática. Propusieron la fórmula de la ruptura democrática, es decir, a través de un gobierno provisional y unas elecciones generales, un nuevo sistema político.

Las fuerzas antifranquistas promovieron una serie de movilizaciones (huelgas, campañas…) que reclamaban las libertades democráticas y la amnistía para los presos políticos. Los conflictos laborales aumentaron. En Cataluña y País Vasco hubo diversas huelgas y en Madrid (metal, construcción) permanecieron en huelga durante semanas. El gobierno y los empresarios respondieron con detenciones y despidos.

Primer Gobierno de Adolfo Suárez (1976-1979)

Los inmovilistas solo aceptaban la continuidad del régimen y la represión policial; estimulaban la acción de paramilitares para acallar a la oposición. Los reformistas, ante la incapacidad del gobierno de Navarro, y Fernández-Miranda maniobró para imponer como sucesor a Adolfo Suárez.

Suárez inició contactos con las fuerzas democráticas y promulgó un indulto para los presos políticos. Propuso la Ley de Reformas Políticas (LRP), que reconocía derechos fundamentales de las personas, confería la potestad legislativa en exclusiva a la representación popular y preveía un sistema electoral democrático.

El principal problema de la LRP era su aprobación por las Cortes franquistas, ya que proponía su desmantelamiento y el establecimiento de una nueva asamblea bicameral (Congreso y Senado) elegida por sufragio universal. La ley fue sometida a referéndum el 15 de diciembre de 1976 y aprobada por el 81% de los votantes.

La Constitución de la Democracia (1977)

En los meses siguientes a la aprobación de la Ley de Reforma Política se prepararon las condiciones para la celebración de elecciones generales. Se promulgó una serie de decretos:

  1. Libertad sindical.
  2. Legalización de los partidos políticos.
  3. Amnistía para delitos políticos.
  4. Legalización del PCE (a la que se oponían radicalmente los inmovilistas y amplios sectores del ejército). Los comunistas apostaban por el proceso democrático.

La oposición al régimen de Franco (PSOE, PCE…) se preparó para la celebración de elecciones generales. En la derecha, Manuel Fraga creó un nuevo partido, Alianza Popular. Desde el gobierno se constituyó la Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez.

Las elecciones generales del 15 de junio de 1977 dieron el triunfo a la UCD, que consiguió 166 diputados. El PSOE quedó en segundo lugar. Adolfo Suárez constituyó el primer gobierno democrático de España después de la Guerra Civil.

Constitución democrática

Para su redacción se eligió una ponencia formada por diputados de todos los partidos que tenían representación en las Cortes (con la excepción de la minoría vasca, que renunció).

La Constitución inició una política de consenso, buscando resolver la construcción de la democracia y los problemas mediante la negociación y el acuerdo. La Constitución adoptó un carácter progresista, pero contaba con ambigüedad, producto del consenso, que permitía que su desarrollo legislativo fuera tanto de izquierdas como de derechas.

Fue publicada el 6 de noviembre de 1978 y sometida a referéndum popular el 6 de diciembre de 1978, que dio validez a una Constitución que permanece vigente hasta hoy.

La Constitución define a España como un Estado social y democrático de derecho, organizado como una monarquía parlamentaria. La Corona tiene funciones representativas y el ejército queda sometido al poder civil.

El texto fija el carácter no confesional del Estado, abole la pena de muerte y desarrolla una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas. Se recogen la política social y económica.

La Carta Magna establece el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones. La lengua oficial es el castellano, además de las lenguas propias en las respectivas comunidades autónomas.

El Estado de las Autonomías

El Título VIII de la Constitución regula la descentralización de ciertos poderes del Estado y posibilita la creación de Comunidades Autónomas.

El proceso de construcción del Estado de las Autonomías tuvo dos etapas:

  • La primera fue la de las preautonomías, la concesión de una autonomía provisional a las regiones cuyos representantes la solicitaran.
  • La segunda se emprendió a partir del momento en que la Constitución reguló definitivamente el régimen autonómico.

Los Estatutos de Autonomía

Los primeros estatutos promulgados fueron los de Cataluña y el País Vasco en 1979. Los estatutos de Galicia y Andalucía se aprobaron en 1981 y, posteriormente, entre 1982 y 1983, los del resto de las Comunidades Autónomas. Por último, en 1995, se regularon regímenes autonómicos para las ciudades de Ceuta y Melilla.

Primera Legislatura de la Transición

La primera legislatura tuvo que hacer frente a una grave crisis económica y a las fuertes tensiones que se derivaron de las actitudes violentas.

Un contexto de crisis económica internacional

La Transición coincidió con el inicio de una crisis económica internacional provocada por una gran subida del precio del petróleo. España sufrió con extrema gravedad la recesión. A los problemas económicos se sumaron la incertidumbre política y el retraso en adoptar medidas contra la crisis.

El alza del precio del petróleo generó un proceso inflacionario que alcanzó tasas del 20% anual. La pérdida de competitividad derivada de la inflación hizo descender las exportaciones y el déficit de la balanza comercial se duplicó. La depreciación de la peseta, que favoreció el mantenimiento de las exportaciones, los ingresos por turismo y la inversión de capital exterior, paliaron la gravedad del déficit durante los primeros años.

Evolución de las tasas de desempleo e inflación (1964-1982)

La crisis energética derivó en una profunda crisis industrial que tuvo dos causas: en primer lugar, el aumento de los costes y de los precios de venta como consecuencia del elevado consumo de energía; y, en segundo lugar, el elevado peso en la industria española de los bienes de consumo, la siderurgia y el material de transporte, donde la crisis alcanzó proporciones más graves.

En consecuencia, el paro aumentó a un ritmo anual muy elevado y alcanzó el 10% en 1979. La renta anual por habitante creció.

Los Pactos de la Moncloa y la política de consenso

Los principales partidos firmaron los Pactos de la Moncloa, que contenían una serie de acuerdos para la reforma y saneamiento de la economía y un programa de actuación jurídica y política.

  • En el terreno político, el gobierno se comprometió a una regulación de la vida pública de acuerdo con los principios democráticos.
  • En el terreno económico, los objetivos eran la reducción de la inflación y la puesta en práctica de un conjunto de reformas para repartir equitativamente los costes de la crisis. Se diseñó una nueva estrategia de control del gasto público, se acordó un programa para racionalizar el consumo de energía y se pactó una moderación salarial. Los firmantes apoyaron una reforma fiscal y un nuevo marco de relaciones laborales.
  • También se llevó a cabo una reforma tributaria para acometer la modernización de la estructura fiscal española. Entró en vigor el Impuesto sobre el Patrimonio y, al año siguiente, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Con un retraso de casi un siglo, España se incorporó a la estructura tributaria de los países desarrollados de su entorno, sentando las bases del Estado del bienestar. Se acometió una reforma de la Seguridad Social y un incremento de su financiación pública.

Los enemigos de la democracia

  • La extrema derecha organizó manifestaciones y grupos violentos, llegando incluso a crear agrupaciones de pistoleros como los Guerrilleros de Cristo Rey, la Triple A o el Batallón Vasco Español. Tuvieron lugar algunos intentos de desestabilización promovidos por grupos de militares y el intento de golpe de Estado conocido como Operación Galaxia.
  • El terrorismo de extrema izquierda estuvo vinculado a la aparición de organizaciones como el GRAPO, que protagonizaron actos violentos y diversos secuestros. La principal actividad terrorista provenía de ETA, que emprendió una campaña de atentados que causó 77 muertos en 1979 y 96 en 1980.

Segunda Legislatura de la Transición

La segunda legislatura estuvo marcada por el avance hacia la consolidación democrática, pero también por el declive del partido en el gobierno y por un intento de golpe de Estado para abortar la naciente democracia.

El segundo gobierno de la UCD

Una vez aprobada la Constitución, se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones legislativas para marzo de 1979. El triunfo fue de nuevo para la Unión de Centro Democrático (168 escaños), seguido del PSOE (121), el Partido Comunista (23) y Alianza Popular (10).

El nuevo gobierno continuó la actividad reformista en la línea diseñada por los Pactos de la Moncloa, aprobando el Estatuto de los Trabajadores (1980). Sin embargo, no se emprendió una política de reformas de la estructura productiva. El ejecutivo se mostró inestable, con sucesivos cambios ministeriales, y Adolfo Suárez empezó a ser contestado como líder del partido.

A los problemas internos del partido gobernante se añadió su relativo fracaso en las primeras elecciones municipales democráticas de abril de 1979, en las que se constituyeron ayuntamientos de izquierdas en las grandes ciudades. Una situación similar se produjo en las elecciones autonómicas del País Vasco y Cataluña.

La oposición ganaba fuerza y se beneficiaba del malestar social y político, así como de la crisis interna de la UCD. En 1980, el PSOE presentó una moción de censura contra Suárez. A partir de aquel momento, la actividad gubernamental se paralizó y las reformas quedaron frenadas.

Ante el fraccionamiento de la UCD, Adolfo Suárez presentó su dimisión como presidente del gobierno y del partido el 29 de enero de 1981.

El golpe de Estado del 23-F

El 23 de febrero de 1981, mientras se estaba realizando en el Congreso de los Diputados la votación de investidura de Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en la presidencia del gobierno, un grupo de guardias civiles irrumpió en el hemiciclo, interrumpió la votación por la fuerza y retuvo a todos los diputados. Paralelamente, el capitán general Milans del Bosch, en Valencia, sacaba los tanques a la calle para imponer un golpe de Estado militar.

El golpe era una trama en la que estaban implicados algunos mandos de la Guardia Civil, altos jefes militares y sectores civiles vinculados al franquismo. Los objetivos de los golpistas eran confusos y seguramente no coincidentes, pero había una clara intención de paralizar el proceso democrático.

La comparecencia del rey Juan Carlos I en televisión la noche del 23 de febrero fue decisiva para frenar el golpe y asegurar la continuidad de la democracia.

El declive de la UCD

Dos días después del golpe, Leopoldo Calvo Sotelo fue investido nuevo jefe del gobierno. Su política no se diferenciaría de la de Suárez. El gobierno firmó con las organizaciones empresariales y sindicales el Acuerdo Nacional de Empleo. La Ley de Divorcio, a la que se oponían los grupos democristianos, fue aprobada. Una de las decisiones más trascendentales del gobierno fue la petición de ingreso de España en la OTAN.

Calvo Sotelo no consiguió frenar la progresiva desintegración del partido del gobierno. Suárez abandonó la UCD para crear su propio partido, el Centro Democrático y Social. El 28 de agosto de 1982, el presidente Calvo Sotelo decidió disolver el parlamento y convocar nuevas elecciones.

Las elecciones generales de octubre de 1982 dieron la victoria al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), marcando el final del proceso de transición y dando inicio a una nueva etapa constitucional.

Reflexión final de la Transición

¿Por qué triunfa la Transición?

  • Clase media: El 23% pertenecía al sector primario, el 37% al sector secundario y el 40% al sector terciario. Había una gran parte de España que pertenecía a la clase media.
  • Aprendizaje de los errores de la República: Se buscó el consenso y se trató de llegar a acuerdos.
  • Clima internacional: Era mucho más pacífico que en la época de la República.
  • Sectores intransigentes: No tuvieron la misma actitud que tuvieron ante la República (Rey, Ejército, Iglesia…).