La Filosofía de Kant
Idealismo Trascendental en la Crítica de la Razón Pura
Kant aborda el problema del conocimiento teórico de la realidad y expone su Idealismo trascendental en la obra “Crítica de la razón pura”. Su objetivo principal es determinar si la Metafísica puede ser considerada una ciencia y si es posible obtener un conocimiento riguroso sobre realidades como Dios, la inmortalidad del alma o la libertad humana. Kant se encuentra intrigado por la falta de progreso en la Metafísica en comparación con otras disciplinas científicas. Antes de abordar la posibilidad de la Metafísica como ciencia, busca establecer las condiciones que hacen posible la ciencia en general. Centra su atención en los juicios, clasificándolos en analíticos a priori, sintéticos a posteriori y sintéticos a priori. Los juicios analíticos a priori son universales y necesarios, pero no amplían el conocimiento, ya que el predicado está incluido en el sujeto. Los juicios sintéticos a posteriori amplían el conocimiento, pero su verdad depende de la experiencia. Kant destaca los juicios sintéticos a priori como propios de la ciencia, ya que amplían el conocimiento de manera universal y necesaria sin depender exclusivamente de la experiencia.
En la “Estética trascendental”, Kant se enfoca en las estructuras a priori de la sensibilidad, identificando el espacio y el tiempo como las formas fundamentales en las que todas las percepciones tienen lugar. Estas estructuras no son conceptos empíricos derivados de la experiencia, sino condiciones a priori que hacen posible la experiencia sensible.
En la “Analítica trascendental”, Kant aborda las estructuras a priori del entendimiento, centradas en las categorías. Estas categorías son conceptos puros que la mente posee inherentemente y que son esenciales para unificar y ordenar las impresiones sensibles. Sin estas categorías, el conocimiento sería un conjunto de sensaciones inconexas.
La “Dialéctica trascendental” se enfoca en la razón y sus ideas de Dios, Mundo y alma. Aunque estas ideas no tienen referencia objetiva, sirven como principios regulativos para la razón. Kant destaca que la razón busca explicaciones cada vez más generales y profundas de la realidad, pero advierte que traspasar los límites de la experiencia sensible lleva a argumentos ilegítimos.
Kant concluye que la Metafísica no puede convertirse en ciencia, ya que busca conocer realidades más allá de la experiencia sin una base empírica para aplicar las estructuras a priori. El conocimiento humano se limita a los fenómenos, y las supuestas realidades metafísicas son inaccesibles para la razón humana, quedando más allá de lo que se puede experimentar.
Formalismo Moral Kantiano
En la exposición del formalismo moral kantiano, Immanuel Kant aborda una transformación radical en la concepción ética al proponer una ética formal desprovista de contenido, en contraposición a las éticas materiales previas que definían un bien supremo y establecían normas específicas para alcanzarlo. Según Kant, las éticas materiales presentaban deficiencias que no permitían fundamentar la universalidad inherente a la ética, lo que lo llevó a proponer una ética basada en principios formales y universales.
Kant critica las éticas materiales argumentando que son empíricas, basadas en la experiencia, y, por lo tanto, carecen de principios universales. Además, señala que los preceptos de estas éticas son hipotéticos y condicionales, dependiendo de aspiraciones personales o creencias específicas. Asimismo, destaca que las éticas materiales son heterónomas, ya que la ley moral proviene de fuentes externas, como la naturaleza humana o los mandamientos divinos.
La ética formal propuesta por Kant se centra exclusivamente en la estructura de las acciones morales, prescindiendo de la determinación del bien supremo y las reglas concretas para alcanzarlo. La buena voluntad se convierte en un elemento clave, definiéndola como aquella que actúa por deber y por respeto a la ley moral, independientemente de los intereses personales.
El imperativo categórico, una herramienta fundamental en la ética formal de Kant, establece la exigencia de actuar según principios que puedan ser universalizables. Kant presenta dos formulaciones representativas del imperativo categórico, ambas enfocadas en la idea de que la máxima subjetiva de una acción debería poder convertirse en una ley universalmente aceptada.
En cuanto a los postulados de la razón práctica, Kant busca el bien supremo, que combina virtud y felicidad. Para alcanzar este bien supremo, la razón práctica postula tres principios:
- La libertad, necesaria para que las acciones sean moralmente significativas.
- La inmortalidad del alma, ya que la virtud plena requiere tiempo infinito.
- La existencia de Dios, como garante de la armonía entre moralidad y felicidad.
En resumen, el formalismo moral kantiano propone una ética desprovista de contenido, enfocada en la estructura de las acciones morales y basada en principios universales. Además, Kant postula tres principios en la razón práctica para fundamentar el bien supremo, destacando la importancia de la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios en la moralidad.
El Contexto Histórico de la Filosofía de Kant
En el Renacimiento (siglos XV y XVI), la Cultura Moderna surge de cambios políticos y sociales. La Filosofía vuelve a la Antigüedad clásica, adoptando una visión del mundo antropocéntrica, centrada en el ser humano. Tomás Moro propone una sociedad utópica basada en un orden natural, mientras Maquiavelo introduce una teoría política independiente de ética y religión.
La Reforma Protestante busca volver a la pureza original del cristianismo. Lutero defiende dos reinos independientes: el de Dios, la Iglesia, y el del mundo, no creyentes, sometido a la autoridad temporal.
En la Revolución Científica, Bacon defiende la investigación científica, y Copérnico, Kepler y Galileo proponen nuevas hipótesis científicas. Surge la ciencia experimental, basada en leyes de la naturaleza expresadas matemáticamente.
La filosofía se enfoca en nuevas preguntas, y el racionalismo (Descartes, Spinoza, Leibniz) aboga por la realidad ordenada y la ciencia deductiva, mientras el empirismo británico (Locke, Hume) sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia.
Kant intenta superar la dicotomía racionalismo-empirismo, proponiendo un sistema que garantice la universalidad y necesidad del conocimiento, integrando la experiencia y la mente racional.
La Ilustración, un movimiento filosófico, ve la razón como facultad del conocimiento y aboga por la liberación de la ignorancia, la naturaleza, la religión y la opresión política. Rousseau critica la total confianza en la razón y el progreso, argumentando que el hombre es bueno por naturaleza, y la cultura y la sociedad son las principales causas de su degeneración.