El Sistema Canovista: La Restauración Borbónica en España
La Restauración de la Monarquía y el Sistema Canovista
El golpe de Estado del general Pavía en enero de 1874 puso fin a la Primera República e inició una dictadura militar que sirvió como transición hacia la restauración de la monarquía borbónica. Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido conservador, impulsó el regreso de Alfonso XII, hijo de Isabel II, al trono.
Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst, proponiendo una monarquía liberal, constitucional y parlamentaria, con un poder centralizado y manteniendo la tradición católica. El pronunciamiento del general Martínez Campos en 1874 aceleró el proceso, y Alfonso XII fue proclamado rey en 1875.
Cánovas estableció como objetivos la estabilidad política mediante una monarquía conservadora, la integración de liberales moderados y progresistas, la consolidación del poder civil y el fin de los conflictos bélicos (Tercera Guerra Carlista y la sublevación cubana).
Para lograr estos objetivos, Cánovas ideó el sistema canovista, basado en la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, y el bipartidismo entre el partido Conservador (Cánovas) y el partido Liberal (Sagasta). Ambos partidos se turnaban en el poder mediante el fraude electoral (encasillamiento) para mantener la estabilidad.
La Constitución de 1876 y el Turno de Partidos
La Constitución de 1876, de carácter conservador, se basó en la de 1845 y permitía la aplicación de leyes de forma liberal o conservadora según el partido en el poder. Sus características principales fueron:
- Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Aumento del poder real.
- Cortes bicamerales (Senado y Congreso).
- Declaración de los derechos individuales de 1869.
- Confesionalidad católica del Estado.
- Centralización administrativa.
Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) mantuvo el sistema. El Pacto del Pardo (1885) entre Cánovas y Sagasta garantizó la continuidad del turno pacífico. Durante este periodo, se aprobaron leyes como la Ley de Asociaciones, un nuevo Código Civil y el sufragio universal masculino.
La Oposición al Sistema Canovista
A pesar de la aparente estabilidad, el sistema canovista enfrentó una creciente oposición:
- El carlismo: Seguidores de la línea dinástica carlista, opuestos a la monarquía liberal.
- Los republicanos: Defensores de la república como forma de gobierno.
- El movimiento obrero: Dividido entre marxistas (PSOE y UGT) y anarquistas.
- El nacionalismo catalán: Reclamaba el reconocimiento de la identidad catalana y evolucionó hacia un movimiento político con las Bases de Manresa.
- El nacionalismo vasco: Inicialmente ligado al carlismo, evolucionó hacia un nacionalismo independentista con Sabino Arana y el PNV.
- El regionalismo gallego: Defendía la lengua y cultura gallega, con la Asociación Regionalista Galega fundada por Manuel Murguía.
Las Guerras de Cuba, la Crisis de 1898 y el Fin del Sistema
La Guerra de Cuba y la Intervención Estadounidense
A finales del siglo XIX, España conservaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En Cuba, el movimiento autonomista se radicalizó hacia el independentismo, dando lugar a la Guerra de los Diez Años (1868-1878). La Paz de Zanjón (1878) no logró solucionar el problema debido a la falta de reformas.
En 1895, el Grito de Baire inició una nueva sublevación cubana. La política de desgaste del general Weyler y el apoyo estadounidense a los independentistas aumentaron la tensión con Estados Unidos.
En 1898, la explosión del acorazado Maine desencadenó la Guerra Hispanoestadounidense. España, derrotada, firmó la paz en París, reconociendo la independencia de Cuba y cediendo Puerto Rico, Guam y Filipinas a Estados Unidos.
La Crisis de 1898 y sus Repercusiones
La pérdida de las últimas colonias provocó una profunda crisis en España:
- Ideológicas: Crisis de conciencia y pesimismo, expresados en el Regeneracionismo (Joaquín Costa) y la Generación del 98.
- Económicas: Repatriación de capitales y pérdida del mercado colonial.
- Políticas: Desprestigio del ejército y asunción de algunas propuestas regeneracionistas para mantener el sistema.
- Sociales: Las clases populares, principales víctimas de la guerra, impulsaron el movimiento obrero.
La crisis de 1898 marcó el inicio del declive del sistema canovista y el comienzo de una nueva etapa en la historia de España.