La Revolución Industrial: De la Protoindustrialización a la Expansión Global

La Revolución Industrial (1750-1850)

Protoindustrialización

En el siglo XVIII, en algunas regiones europeas se simultaneaba el trabajo agrícola con la elaboración de productos textiles que los comerciantes vendían en mercados lejanos. Este hecho se conoce como protoindustrialización. Hasta tres cuartas partes de las familias campesinas se ocupaban de esta producción manufacturera, que proporcionaba unos ingresos complementarios. Este sistema producía más, aumentaba los ingresos y, al mejorar la alimentación, también se incrementó la población.

1ª Fase: Proceso Autónomo

Los campesinos eran dueños de sus instrumentos de trabajo e intercambiaban sus manufacturas por un precio acordado con los comerciantes (Domestic System).

2ª Fase: Putting-Out System

El campesino perdió la decisión sobre cómo y cuánto producir. El comerciante suministraba materias primas, distribuía los elementos para hilar y tejer y fijaba los precios. Los campesinos recibían un salario (Putting-Out System). A finales del siglo XVIII, cada vez era más rentable y se fue extendiendo.

Los problemas de suministrar materias primas y controlar la producción en territorios dispersos se resolvieron con la concentración del capital de los comerciantes o de las empresas comerciales, y reuniendo en un mismo local a los trabajadores, máquinas y herramientas (Factory System).

Transformaciones

Demografía

En Gran Bretaña, durante el siglo XVIII, se inició un crecimiento continuado de población en el que influyeron diferentes factores. El más importante fue la disminución de la mortalidad, mientras que la natalidad seguía creciendo. La consecuencia fue un espectacular crecimiento de la población. Gran Bretaña pasó de tener 5.800.000 habitantes (1700) a 40 millones (1900). La mejora de la alimentación debida al aumento de la producción agraria en el siglo XVIII, y los progresos en la medicina y en la higiene influyeron en este crecimiento.

Agrícolas

Los cambios en la agricultura fueron de tal envergadura que se ha afirmado la existencia de una revolución agrícola en Gran Bretaña a lo largo del siglo XVIII. Cuando empezó a desarrollarse la industria ya se practicaba una agricultura avanzada (elevada productividad, avanzado grado de mecanización, propietarios que querían obtener el máximo rendimiento de sus tierras). Esta revolución agrícola se puso de manifiesto en las transformaciones técnicas y en las reformas de la estructura y distribución de la propiedad.

  • El barbecho fue eliminado y sustituido por la rotación de cultivos.
  • Se intensificó la especialización ganadera y la producción de carne y leche.
  • La tecnología agrícola se transformó lentamente: desde el arado hasta los herrajes de los caballos y los primeros modelos de sembradoras o trilladoras mecánicas.

Las transformaciones en la estructura de la propiedad no fueron menos intensas. Al proceso de concentración de la propiedad contribuyeron las llamadas Leyes de Cercamiento (Enclosure Acts). El Parlamento establecía la división, reparto y cercamiento de los campos, praderas y dehesas abiertas y comunes, y de las tierras baldías y comunes. En 1750, la mitad de Gran Bretaña tenía sus campos cercados.

Los perjudicados fueron los campesinos:

  • Los jornaleros no podían competir con las máquinas y se quedaban sin trabajo o con salarios muy bajos.
  • Los pequeños propietarios tuvieron que vender sus tierras y emigrar a los nuevos barrios industriales.

Industriales

Los factores que contribuyeron al desarrollo de la industria textil fueron:

  • Prohibición de importar telas de algodón de India, hecho que ayudó al desarrollo de la industria británica.
  • Existencia de grandes plantaciones de algodón en Norteamérica.
  • Existencia de gremios y leyes laborales.
  • Mecanización de la producción textil: la primera máquina utilizada fue la lanzadera volante, que aumentaba la velocidad del proceso del tejido. Aparecieron máquinas de hilar (Spinning Jenny, Water Frame, Mule) que incrementaban la producción del hilo. Los telares manuales fueron sustituidos por los mecánicos, movidos por la máquina de vapor.

El uso de energías es uno de los rasgos esenciales de la industria moderna; sin ellas, la producción se habría mantenido en límites muy bajos. La máquina de vapor, inventada por James Watt (1781), fue la innovación más importante. La madera se sustituyó por el carbón para fundir y trabajar el hierro; la asociación carbón-hierro fue característica de los primeros procesos de industrialización. A partir de 1830, se instaló el tendido de ferrocarril en las Islas Británicas.

Comercio

Al constante crecimiento de la demanda interior se añadió la demanda exterior de la Europa continental y de sus posesiones de ultramar. La exportación de tejidos aumentó notablemente hacia 1750; las tres cuartas partes de las mercancías salidas de los puertos británicos se dirigían a los puertos europeos. Las relaciones comerciales con las colonias son otra clave del desarrollo económico británico. Las compañías comerciales inglesas compraban productos tropicales que exportaban a otros países europeos. El sector textil británico comenzó a producir tejidos de algodón que se vendían en todo el mundo; nació una gran industria de consumo sobre la base del algodón. Este desarrollo del comercio exterior proporcionó materias primas, amplió la demanda de productos industriales, creó un excedente económico y una acumulación de capital.

Transportes

La revolución de los transportes está ligada a la utilización de la máquina de vapor en el ferrocarril y los buques de vapor. La locomotora la creó George Stephenson (1814). El ferrocarril se convirtió en un instrumento de unión para los mercados y naciones. La aplicación del vapor a la navegación arrinconó los veleros y permitió construir buques de mayor tonelaje. Se crearon el Canal de Suez (1869) y el Canal de Panamá (1914). El telégrafo eléctrico supuso el primer paso para la transmisión rápida de la información. El teléfono sonó por primera vez en 1876 en Estados Unidos.

Expansión de la Revolución Industrial

La difusión de la industrialización fue lenta y gradual. El despegue industrial en Bélgica y el norte de Francia se vio favorecido por las tradiciones manufactureras y comerciales, y por una buena localización. La región del Ruhr se desarrolló más tarde pero más intensamente, sobre la base del carbón y del hierro. Otros focos destacados se encontraban en Cataluña, País Vasco, norte de Italia, Alsacia, Sajonia, Silesia, Moravia. En Gran Bretaña, la industrialización fue privada; en el continente tuvieron más influencia las decisiones de los Estados. Los First Comers (primeros en industrializarse: Bélgica, Francia, Alemania) y los Late Comers (industrializaron más tarde: Rusia, Austria-Hungría, España, Italia).