1. Imposibilidad de la Metafísica como Ciencia
La metafísica, entendida como un conjunto de preposiciones acerca de realidades que están más allá de la experiencia, es imposible como ciencia, ya que las categorías solo pueden aplicarse legítimamente a los fenómenos, a los datos de los sentidos. La aplicación de la categoría fuera de la experiencia es ilegítima y da lugar a errores e ilusiones. La misión de la dialéctica consigue mostrar que los errores de la metafísica provienen de pasar por alto la distinción entre fenómeno y noúmeno. La dialéctica trascendental es, por tanto, una crítica del entendimiento de la razón en su pretensión de alcanzar lo que esté más allá de la experiencia. Pero si esta aplicación de las categorías es lógicamente legítima es también una tendencia inevitable de acuerdo con la naturaleza de la razón, que tiende inevitablemente a la búsqueda de lo incondicionado, a extender su conocimiento más allá de la experiencia, a hacerse preguntas y formular respuestas acerca de Dios, el alma y del mundo como totalidad.
Los Conceptos Puros son Vacíos
Así como el espacio y el tiempo se llenan con las impresiones sensibles, las categorías han de llenarse con los datos del conocimiento sensible. Esto implica que solo son fuentes de conocimiento aplicadas a los fenómenos, es decir, a las impresiones sensibles que se dan en el espacio y en el tiempo. Así, por ejemplo, si afirmamos “todos los espíritus son bondadosos”, no podríamos decir que es un juicio equivalente al anterior porque, si le aplicamos la categoría, sería una aplicación ilegítima porque solo se puede aplicar a los datos de los sentidos.
2. Crítica de Kant a las Éticas Materiales
Kant rechazó las éticas materiales porque, según él, presentaban las siguientes deficiencias:
- En primer lugar, son empíricas, a posteriori, es decir, su contenido es extraído de la experiencia. Por ejemplo, en la ética epicúrea se considera que el placer es un bien máximo para el hombre porque, desde niños, los hombres buscan el placer. A Kant le preocupa porque pretende formular una ética cuyo imperativo sea universal, pero, según él, de la experiencia no se puede extraer principios universales.
- Segundo, los preceptos de la ética material son hipotéticos o condicionales; no valen como medios para conseguir un fin. Así, por ejemplo, cuando el sabio epicúreo aconseja “no bebas en exceso”, quiere decir que no lo hagas si quieres alcanzar una vida de placer moderado.
- En tercer lugar, las éticas materiales son heterónomas. La heteronimia consiste en recibir la ley desde fuera de la propia razón. Las éticas materiales son heterónomas, según Kant, porque la voluntad es determinada a obrar de un modo u otro por el deseo o la inclinación.
3. La Ética Formal de Kant: Sentido de una Ética Formal
La ética material se encuentra afectada por estas tres deficiencias (empíricas, hipotéticas y heterónomas). Sin embargo, una ética universal y racional ha de ser a priori, categórica y autónoma; por tanto, no puede ser material, sino que ha de ser formal. Una ética formal es una ética vacía de contenido, pues no establece ningún bien o fin que haya de ser perseguido, no nos dice lo que hemos de hacer, sino cómo debemos actuar, la forma en que debemos obrar.
El Deber
Un hombre actúa moralmente, según Kant, cuando actúa por deber. El deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Kant distingue tres tipos de acciones: contrarios al deber, conformes al deber y por deber. Solo estas últimas poseen valor moral. Una acción hecha por deber tiene su valor moral no en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta, y la máxima que nos debe guiar es el imperativo categórico.
El Imperativo Categórico
La exigencia de obrar moralmente se expresa a través del imperativo categórico. Kant ofrece diversas formulaciones, como la primera de ellas, que afirma: “obrar solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal”.
4. El Formalismo Moral
La Razón Práctica y el Conocimiento Moral
En la “Crítica de la razón pura”, Kant hizo un notable esfuerzo para explicar cómo es posible el conocimiento de los hechos y hasta dónde es posible el conocimiento de objetos. Ahora bien, la actividad racional no se limita al conocimiento de los objetos. El ser humano necesita saber cómo ha de obrar; la razón posee también una función moral. En ella, Kant intenta responder a la pregunta: ¿qué debo hacer? Esta doble vertiente puede expresarse por medio de la distinción entre razón teórica y razón práctica; se trata de dos funciones de la razón. La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas; la razón práctica, de saber cómo ha de ser la conducta humana. La razón teórica se ocupa del ser, mientras que la moral, como la razón práctica, se ocupa del deber ser. La razón teórica formula juicios, mientras que la razón práctica formula imperativos o mandatos.