Crisis del Sistema de la Restauración (1874-1923)
Antecedentes: Signos de Debilidad
El sistema de la Restauración había mostrado claros signos de debilidad desde hacía tiempo. La crisis generada por la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico en 1898 evidenció la necesidad de reformar el sistema. Sin embargo, el fracaso de estas reformas contribuyó al final del régimen.
La Crisis del 98 y el Regeneracionismo
La pérdida de las últimas colonias españolas tuvo consecuencias significativas:
- Repatriación de capitales invertidos en las colonias.
- Necesidad de asumir las responsabilidades de la derrota, lo que intensificó el recelo hacia el ejército.
- Extensión de la crítica sociopolítica al sistema.
La derrota del 98 provocó una profunda crisis de conciencia nacional, especialmente en el ámbito intelectual. Esta crisis se reflejó en una gran producción literaria y artística conocida como la Generación del 98. Esta corriente de pensamiento cuestionó los valores tradicionales y el sistema político de finales del siglo XIX en España. Una de sus figuras más destacadas fue Joaquín Costa, crítico del caciquismo y la oligarquía.
Intentos de Reforma
Ante la crisis, el gobierno llevó a cabo algunas reformas. La evolución de los partidos dinásticos (conservadores y liberales) alteró el funcionamiento del régimen, que se vio aún más afectado tras la muerte de Cánovas del Castillo y Antonio Cánovas del Castillo y la llegada al poder de Alfonso XIII.
Los gobiernos conservadores, especialmente el de Antonio Maura (1907-1909), tuvieron cierta iniciativa reformista. Se plantearon proyectos de descentralización del Estado y se reformó la política presupuestaria. Sin embargo, la Semana Trágica de Barcelona en 1909 provocó la caída del gobierno de Maura.
Los liberales, por su parte, redujeron sus reformas al ámbito religioso. Con la intención de limitar el papel de la Iglesia Católica, buscaron controlar el descontento social y del ejército.
La Crisis de 1909: La Semana Trágica
En 1909, el envío de reservistas a sofocar una rebelión en el Rif marroquí desencadenó una oleada de protestas en Barcelona, especialmente tras el desastre del Barranco del Lobo. El gobierno declaró el estado de guerra y utilizó al ejército para reprimir las protestas. Esto provocó una insurrección popular de carácter antimilitarista y anticlerical conocida como la Semana Trágica.
La represión se cebó con figuras como Francisco Ferrer Guardia, anarquista y pedagogo, condenado a muerte sin pruebas concluyentes. Su ejecución desató una ola de protestas internacionales.
Tras la crisis, Maura fue sustituido por José Canalejas, quien se centró en la cuestión religiosa y en el proyecto de Mancomunidades. Sin embargo, en 1912, Canalejas fue asesinado en un atentado anarquista.
Los Gobiernos de Concentración y la Crisis Social
Tras el asesinato de Canalejas, se rompió el bipartidismo y se sucedieron gobiernos de concentración. Se impulsaron medidas en agricultura, obras públicas y desarrollo cultural. Sin embargo, la inestabilidad política marcó este período, con 13 gobiernos entre 1916 y 1923.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, se intensificó la crisis económica en España, lo que provocó un aumento de la conflictividad social. Barcelona se convirtió en el principal foco de violencia, con huelgas generales como la protagonizada por la Canadiense en 1919.
La Guerra de Marruecos y la Crisis Militar
En 1920, ante la ofensiva española en Marruecos, se sublevó una de las tribus rifeñas lideradas por Abd el-Krim. La respuesta española culminó en el desastre de Annual (1921), que conmocionó a la opinión pública y aumentó el descrédito del ejército y del gobierno.
El desastre de Annual agudizó la crisis militar. El ejército, cuestionado por su actuación en Marruecos, comenzó a intervenir en la vida política, creando un clima de malestar. La inestabilidad gubernamental, los bajos salarios y las duras condiciones de vida de los militares provocaron la creación de las Juntas de Defensa, asociaciones sindicales que defendían los intereses económicos y profesionales de los militares.
Crisis Política y Asambleas de Parlamentarios
En este contexto de crisis, el gobierno de Eduardo Dato decretó la censura de prensa y la suspensión de las garantías constitucionales. Ante esta situación, el político catalán Francesc Cambó convocó una asamblea de parlamentarios en Barcelona en 1917. Esta iniciativa buscaba la elección de Cortes Constituyentes y la aplicación de un programa reformista que reconociera la plurinacionalidad de España. Sin embargo, la propuesta no prosperó.
Huelga Revolucionaria de 1917
La crisis política se sumó a la creciente conflictividad social. En 1917, la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la UGT (Unión General de Trabajadores) convocaron una huelga general revolucionaria que se extendió por Asturias, Madrid, Valencia y otras ciudades. La huelga fue duramente reprimida por el gobierno.
La Quiebra del Sistema (1923)
Aunque el gobierno de Dato logró controlar la crisis de 1917, la situación seguía siendo insostenible. La conflictividad social se agudizó, el ejército se mostraba cada vez más desafecto al régimen y la incapacidad del sistema para dar respuesta a los problemas del país era evidente. En este contexto, el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923 puso fin al régimen de la Restauración.
Oposición al Régimen de la Restauración
Durante la Restauración, surgieron diversos movimientos de oposición al régimen:
Nacionalismos Periféricos
- Catalanismo: Fue el movimiento nacionalista con mayor incidencia. La Lliga Regionalista, partido representante de la burguesía catalana, osciló entre el apoyo al régimen y las propuestas regeneracionistas.
- Vasquismo: Representado por el PNV (Partido Nacionalista Vasco) fundado por Sabino Arana, con una orientación tradicionalista, católica e independentista en sus inicios, evolucionando hacia posiciones autonomistas y antiseparatistas.
- Galicia: El autonomismo gallego se plasmó en la creación de Solidaridad Gallega.
- Valencia: Destacó la formación de València Nova.
Republicanismo
El republicanismo fue la principal fuerza de oposición antimonárquica. Nicolás Salmerón fundó la Unión Republicana en 1903, que posteriormente se dividiría en el Partido Reformista y el Partido Radical.
Movimiento Obrero
- Socialismo: El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) experimentó un importante crecimiento, buscando transformar la sociedad y abolir las clases sociales.
- Anarquismo: El anarquismo español estrechó sus lazos con el sindicalismo y creó la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) en 1910, organización que tendría un papel protagonista en la conflictividad social de las siguientes décadas.