La Restauración (1874-1923)
La Constitución de 1876
Fue elaborada para superar los errores de las anteriores, intentando representar los intereses de todos los grupos sociales comprometidos con la monarquía de Alfonso XII. Sus características:
- Soberanía compartida: Entre el Rey y las Cortes.
- Cortes bicamerales: El poder legislativo se dividía en dos cámaras: el Congreso, elegido por sufragio censitario hasta 1890, y el Senado, compuesto por tres categorías de miembros: senadores por derecho propio, senadores vitalicios y senadores electos.
- Ampliación de los poderes del Rey: Controlaba el poder ejecutivo, designaba a los ministros y compartía con las Cortes el poder legislativo, vetando las leyes aprobadas por las Cortes.
- Reconocimiento de derechos y libertades individuales: Reconocía los derechos y libertades propios de un régimen liberal.
- Oficialidad de la religión católica.
El Turno de Partidos
El segundo pilar del sistema fue la alternancia pacífica en el poder o turno de partidos, evitando con ello la marginación de alguna fuerza política, como los pronunciamientos o golpes de estado. En el poder se alternaron dos fuerzas políticas:
- El Partido Conservador: Agrupaba a los antiguos liberales moderados y estaba dirigido por Cánovas del Castillo.
- El Partido Liberal: Integraba a los antiguos liberales progresistas y estaba dirigido por Mateo Sagasta.
Entre estos partidos apenas existían diferencias ideológicas o programáticas, ambos estaban comprometidos con el nuevo régimen. Los objetivos del turno de partidos fueron preservar las instituciones del nuevo régimen, especialmente la monarquía, y los intereses sociales y económicos. El rey pedía a uno de los partidos que formara gobierno y, posteriormente, este debía convocar elecciones que debía ganar para obtener una mayoría suficiente en el parlamento que le permitiera gobernar con estabilidad.
El Caciquismo
El turno de partidos convertía en una ficción el sistema electoral de la Restauración. El partido en el gobierno pactaba con el de la oposición la distribución de los escaños que le correspondía a cada uno mediante una práctica conocida como encasillado. Este peculiar sistema de reparto de los escaños implicaba que los resultados estaban determinados de antemano. Para asegurar los resultados deseados por el gobierno era imprescindible la colaboración de los caciques, estos eran personajes muy influyentes en la vida local cuya función era controlar el proceso electoral y garantizar el resultado prefijado. El caciquismo fue un fenómeno propio de los municipios rurales en donde la influencia de estos individuos hacia los vecinos era muy grande. Los caciques hacían de intermediarios entre la vida local y el estado. Los procedimientos:
- Cambiar votos por favores.
- Utilizar la violencia y las amenazas.
- Falsear los resultados electorales.
La Crisis del 98
España conservaba a finales del siglo XIX Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Cuba constituía el territorio más valioso. En esta isla el sentimiento independentista era más fuerte, promovido por una burguesía criolla vinculada a la economía norteamericana. Las autoridades españolas no supieron ver el problema planteado en Cuba y se negaron a conceder una amplia autonomía política a la isla por las presiones de los terratenientes españoles asentados en ella. Estados Unidos no permaneció ajeno al conflicto. Las razones norteamericanas para intervenir son:
- Económicas: Existía un interés del capital norteamericano por las minas.
- Geoestratégicas: Cuba tenía una plataforma de entrada en el Caribe y América del Sur.
La guerra en Cuba se reabrió en 1895. Las autoridades españolas intentaron inicialmente aplastar la rebelión mediante el traslado a Cuba y Filipinas de contingentes militares. La actuación española se centró en el control de los núcleos de población y las principales vías de comunicación, ya que los rebeldes cubanos controlaban las áreas rurales. La guerra se complicó a partir de marzo de 1898 con la intervención de los EE.UU. A partir de la explosión en el puerto de La Habana del crucero norteamericano Maine, los norteamericanos culparon inmediatamente a los españoles. La marina norteamericana destruyó a la flota española del Pacífico y de Cuba, ambas batallas facilitaron la ocupación de tropas norteamericanas en estos territorios. Por el Tratado de París de diciembre de 1898, Cuba optó por la independencia y EE.UU. se hizo con el dominio de Filipinas, Puerto Rico y Guam. La derrota provocó la constatación de la debilidad política y militar española. Esto acentuó el complejo de inferioridad frente a los extranjeros. La visión más positiva la dio el Regeneracionismo, corriente que postulaba la modernización de España teniendo como referencia al Reino Unido y Alemania. La más negativa la dio la Generación del 98, grupo literario que reclamaba una vuelta a la Castilla rural y tradicional.
Descomposición del Régimen
La falta de un liderazgo, la división de los partidos, el incremento de la influencia política y la presión de los sindicatos indicaban que el régimen de la Restauración tenía los días contados. Sin embargo, se pudo mantener la normalidad política sucediéndose diferentes gobiernos liberales y conservadores que coincidían en mantener la neutralidad española. Esta neutralidad dio unos años de crecimiento de la economía, como la siderurgia, textil y naval. Estas producciones se destinaban a los países de la Triple Entente, lo que incrementó los beneficios y permitió que la balanza española tuviera algo más durante los años de guerra. En cambio, las repercusiones fueron negativas para la agricultura al prescindir los países comprometidos en la guerra de este tipo de productos. El 1917 fue determinante para comprender el rápido deterioro del régimen. Acontecimientos:
- La Asamblea de Parlamentarios.
- Creación de las Juntas Militares de Defensa.
- La Huelga General Revolucionaria.
Los tres acontecimientos pusieron de manifiesto el disgusto de una parte de la sociedad. Entre 1917-1923 surgieron varias crisis de gobierno:
- La radicalización de las organizaciones obreras (inspirada en la Revolución Soviética).
- El Desastre de Annual (batalla desfavorable para España en Marruecos).
La crítica situación planteada llevó a una parte del ejército a dar un golpe de estado. Miguel Primo de Rivera suspendió la constitución y fue nombrado presidente del gobierno por el rey.