Organización Política y Social de los Reinos Cristianos en la Edad Media

Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Organización Política, Régimen Señorial y Sociedad Estamental

La plenitud del sistema feudal se produjo en la Península Ibérica en los siglos XI-XIII, impulsada por el avance de la Reconquista y los conflictos internos en los reinos cristianos.

Desde el punto de vista político, se produce un doble proceso: por un lado, el intento de los reyes de recuperar el poder que habían perdido durante el inicio de la Reconquista; y por otro, el intento de la nobleza de mantener sus privilegios.

Desde el punto de vista social, la organización gira en torno a las relaciones feudo-vasalláticas, que son relaciones de dependencia entre el rey, los nobles y los eclesiásticos. El rey otorga tierras y privilegios sobre ellas a cambio de fidelidad. Esto provoca que los nobles y eclesiásticos acumulen muchas propiedades y dominen totalmente al campesinado.

Se establece así una sociedad estamental, dividida en tres estamentos: el pueblo llano, la nobleza y el clero. Las relaciones entre los señores y los campesinos se basan en el régimen señorial, donde los campesinos se convierten en siervos obligados a realizar trabajos para el señor y pagar tributos.

Organización Política de la Corona de Castilla, Corona de Aragón y Reino de Navarra al Final de la Edad Media

Castilla

A mediados de los siglos XIV-XV, Castilla vive una guerra civil entre Enrique de Trastámara y Pedro I. Enrique gana la guerra, pero para pagar a sus apoyos debe conceder las mercedes enriqueñas, lo que crea una fuerte nobleza y debilita el poder real. Sus sucesores intentan fortalecer el poder real creando una serie de instituciones como el Consejo del Rey, la Hacienda, los corregidores y las Cortes.

Aragón

Aragón era una confederación de reinos, donde cada territorio tenía sus propias leyes, instituciones y privilegios. A finales del siglo XIII, se estableció el Privilegio General, y para vigilar su cumplimiento se creó la Justicia Mayor de Aragón. Este sistema, denominado pactismo, limita el poder del rey y favorece la autonomía de cada territorio. Entre las instituciones aragonesas destacan la Hacienda, el Consejo Real y las Cortes.

Navarra

El territorio navarro se dividía en hermandades con funciones fiscales y administrativas. El Consejo Real asistía al rey en el gobierno. La Cámara de los Comptos se encargaba de recaudar impuestos. Las Cortes, donde acudían representantes de los tres estamentos, eran el órgano de relación entre el rey y el reino.