Kant, Marx y Ortega y Gasset: Un análisis de la filosofía y la ética

Kant: Criticismo y Teoría del Conocimiento

El Problema Fundamental de la Razón

Para Kant, el problema fundamental de la filosofía era averiguar si la razón es capaz de conocer. Para ello, se la debe someter a un juicio o valoración para determinar si puede resolver los problemas que plantea. Su finalidad es establecer los límites y posibilidades de la razón.

En este sistema filosófico, Kant hace especial énfasis en la dimensión activa del sujeto en el conocimiento y aborda todos los ámbitos del saber y preocupación humana. Lo resumió en las preguntas: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar?.

Kant y la Teoría del Conocimiento

Kant es un filósofo de la razón, pero no racionalista a pesar de haberse formado en esta corriente. La lectura de la obra de Hume le hizo cambiar de perspectiva, despertar del ‘sueño dogmático’ de la razón y dar un giro a su filosofía, ya que las razones que daba el racionalismo para explicar las ideas de Dios, alma y sustancia corpórea, no le eran suficientes.

Kant apoya al Empirismo al afirmar que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, pero al añadir que no todo lo que hay en el conocimiento procede de ella, se aleja de esta corriente.

Kant no se plantea la existencia del conocimiento físico-matemático, lo considera un hecho tal y como ha sido demostrado por Newton. A esto Kant lo denomina hecho de la razón. No se trata de la posibilidad de la ciencia, sino de estudiar las condiciones que la hacen posible.

Estudiar estas condiciones es estudiar las condiciones de los juicios. Kant concreta este análisis partiendo de la clasificación de juicios clásica:

  • Analíticos (explicativos): no necesitan de la experiencia para su verdad, son a priori, necesarios y universales.
  • Sintéticos (extensivos): sí necesitan de la experiencia, son a posteriori, que son los que hacen avanzar a la ciencia al ampliar nuestro conocimiento, son universales, el predicado no está contenido en el sujeto y son anteriores a la experiencia.

Kant, en su Crítica de la Razón Pura, trata de aclarar cómo son estos juicios en las distintas ciencias y si son posibles en la metafísica. De ser así, esta se constituiría como ciencia.

La Crítica de la Razón Pura tiene tres partes:

Estética Trascendental

Estudia la facultad de la sensibilidad, gracias a la cual notamos los estímulos exteriores. Las impresiones nos ocasionan intuiciones empíricas, pero lo que conocemos no son las cosas tal y como son en sí mismas, sino como nos aparecen, constituyen el fenómeno, que se divide en forma y en materia.

Para que las impresiones sean una sensación, es preciso que se den ordenadas en las mismas formas de conocimiento (espacio y tiempo), a las que Kant llama formas a priori de la sensibilidad. No podemos conocer nada que se dé fuera de ellas.

Estas son las condiciones trascendentales del conocimiento sensible, son a priori, necesarias y universalmente válidas.

Analítica Trascendental

Estudia la facultad del entendimiento y su función es pensar los objetos.

Se plantea la física como ciencia. Con el conocimiento sensible se han constituido una pluralidad de fenómenos que no poseen unidad. Se consigue mediante una actividad capaz de unificar la pluralidad de los fenómenos realizada por el entendimiento, que organiza los fenómenos anteriores mediante conceptos.

Distingue entre concepto a posteriori y a priori o categorías. Estos últimos dan la posibilidad de pensar el objeto.

Las categorías solo las puede aplicar el sujeto a lo que proviene de la experiencia, nunca fuera de ella. Se determina la posibilidad y el límite de nuestro conocimiento.

El conocimiento necesita la intuición sensible y la aplicación de las categorías. Esto supone que el objeto pone las condiciones con el fin de que el objeto pueda ser conocido. Esto es el giro copernicano de la filosofía para Kant.

Decir que los objetos giran alrededor del sujeto es tanto como hablar de las cosas tal y como se le presentan a uno mismo. A esta realidad Kant la llama fenómeno frente al noumeno o cosa en sí.

Dialéctica Trascendental

El conocimiento intelectual no termina con el entendimiento. Se encuentra la razón, la cual unifica los conocimientos del entendimiento mediante la aplicación de unas determinadas formas, los conceptos puros de la razón, que son también a priori y puros.

Reciben el nombre de ‘ideas trascendentales‘, que carecen de toda relación con la experiencia. La razón se refiere a la totalidad mediante las ideas trascendentales de alma, mundo y Dios, que son puros entes pensados.

Al ser ideas, no podemos tener en ellas ningún conocimiento, se escapan de él al no referirse a objetos de la experiencia.

La metafísica responde a la tendencia natural de la razón humana a sobrepasar el camino de la experiencia. La metafísica no es una ciencia, sino el resultado del uso de la razón desligado de la experiencia.

Para Kant, el punto de partida de ese error está en la ilusión trascendental, en el uso de conceptos más allá de lo empírico.

Kant: Ética

El alma, mundo y Dios, si bien no son objeto de conocimiento, sí pueden ser objetos conforme a los cuales organizar nuestro comportamiento.

En su uso práctico, la razón se ocupa de las leyes prácticas que rigen nuestra conducta y que responden a la pregunta ¿Qué debo hacer?.

El análisis del comportamiento humano lleva a Kant a observar que los hombres ajustan su modo de actuar a la conciencia moral, emitiendo juicios morales sobre su conducta y la del resto. Lo denomina hecho moral.

Se establece un paralelismo entre la razón teórica y práctica. La finalidad de esta última es analizar la posibilidad de las leyes morales para construir una moralidad universal.

El principio que guía la acción moral es la acción por deber.

Kant distingue entre acción conforme al deber (legalidad) y acción por deber (moralidad), la cual no está condicionada por nada, es lo que ordena la conciencia moral, así obramos por nuestra propia voluntad.

El deber es la expresión de la ley moral, que está presente en todo hombre por ser racional. La ley moral se expresa en imperativos categóricos.

Kant propone una ética formal en contra de las éticas teleológicas, el imperativo categórico solamente debe actuar la voluntad.

Una ética autónoma donde el imperativo no pueda provenir de ninguna autoridad exterior, tiene que proceder de una razón.

Postulados de la Razón Práctica

El hombre está sometido a las leyes causales de la naturaleza que él no puede elegir. Pero al definirse como ser moral, crea el reino de los fines, en el que sí puede elegir qué hacer.

Solo somos morales porque somos libres. La libertad es la condición básica de la moralidad, se convierte en un postulado de la razón práctica.

Además de esta, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios también lo son.

La primera es necesaria porque en la vida finita del hombre no puede darse el sumo bien, aspiración de toda vida humana, por lo que es necesario postular que nuestra alma es inmortal para aspirar a ella.

Y el sumo bien no puede quedar en una mera idea, ya que frustraría la actividad humana, y su existencia se personifica en Dios.

Kant: Política

Sobre el hombre y la historia. Para Kant, el hombre es un fin en sí mismo al que debe reconocérsele un valor absoluto y un carácter de dignidad. Esta es la base de toda sociedad y convivencia humana.

Defiende una concepción moral de la sociedad y de la historia, bajo el nombre del reino de los fines.

Kant es optimista sobre la posibilidad de que la razón llegue a imperar en las relaciones entre estados para lograr una paz perpetua entre los pueblos. Es considerado el precursor de la Sociedad de Naciones y posteriormente de la ONU.

Marx: Materialismo Histórico y Dialéctico

El Objetivo Prioritario del Marxismo

El objetivo prioritario del marxismo es la transformación del mundo. Pretende superar las interpretaciones que se habían hecho del mundo: el idealismo alemán, el liberalismo político y económico y el socialismo utópico.

Marx, al contrario que Hegel, concibe la realidad como los individuos concretos y sus relaciones materiales, y no como espíritu o idea. Así surge el materialismo, que supone la realidad socioeconómica sobre las ideas.

Solo en esta realidad encontramos la clave para la comprensión y unión de lo real (teoría) con la transformación de lo real (praxis).

En las ‘Once tesis sobre Feuerbach’, Marx define su concepción materialista y dialéctica como filosofía de la praxis, la forma que tiene el hombre para relacionarse con sus demás y transformar la naturaleza para satisfacer sus necesidades.

A la filosofía no debe entenderse como un saber teórico, sino también práctico. Debe estudiarse junto con las demás ciencias sociales para tener un conocimiento objetivo y útil.

Se descubre la sociedad estructurada en dos niveles:

  • Infraestructura: que explica los conflictos sociales y los cambios históricos.
  • Superestructura: en dependencia de la primera y donde se sitúan el resto de las manifestaciones sociales como la religión, el arte.

Esta superestructura encuentra su expresión en el derecho como las leyes que rigen las relaciones sociales y que está bajo control del Estado para dominar la sociedad.

En consecuencia, la forma de crear leyes y ejercer el poder político está vinculada a la forma de organizar y ejercer el poder económico.

Existe una relación dialéctica entre la superestructura e infraestructura. Cuando se produce una revolución social y un cambio en las condiciones económicas, se produce un cambio en la ideología.

El Problema de la Sociedad

La vida material del ser humano se lleva a cabo con la acción sobre la naturaleza para convertirla en bienes para vivir. Esa actividad es el trabajo, que define y dignifica al ser humano.

Por ello, Marx considera que la forma de trabajar es determinante para entender la situación ideológica.

Al transformar la naturaleza, el ser humano también se hace a sí mismo, es un medio de realización personal y de progreso para la humanidad.

La producción de bienes se lleva a cabo mediante un proceso de trabajo y en las relaciones de producción que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores.

El elemento fundamental son las fuerzas productivas, que es todo lo necesario para la realización del trabajo.

Las relaciones de producción quedan obsoletas para las fuerzas productivas y han de sustituirse por otras.

El marxismo considera que la historia de la humanidad es el paso de un modo de producción, el conjunto de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

En esto consiste el materialismo histórico y gracias a ella Marx pudo comprender el modo de producción capitalista.

Descubrió que bajo la igualdad y libertad del capitalismo, se encontraba una desigualdad y una explotación hacia el trabajador, el cual tenía que vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario si quiere sobrevivir. Así se convierte en proletario.

Mientras el capitalista va acumulando capital, el proletario se va empobreciendo cuanto más produce, más pobre es. Esto se explica con la plusvalía, ganancia del capitalista a costa del proletario.

Este es el motivo de la explotación y la alienación del proletario en este sistema.

Para Marx, el proletario está alienado del producto de su trabajo, ya que no le pertenece y por ello le resulta ajeno, algo que no puede dominar, y está alienado respecto a la propia actividad productiva, ya que es una mera mercancía que tiene un valor y que pertenece al capitalista.

La única posibilidad de transformar esta situación es eliminar la plusvalía, siendo el único modo la supresión de la propiedad privada de los medios de producción.

Marx propone el comunismo, en el que la propiedad privada se eliminaría.

El curso de la historia es el paso de un modo de producción a otro generado por la lucha de clases.

Para acabar con ella, ha de suprimirse la propiedad mediante la revolución del proletariado.

Debe ser necesariamente el proletariado como clase explotada que implantará una sociedad sin clases en la que el ser humano se realice como tal y no como proletario.

Además, el Estado habrá perdido su carácter opresor.

Ortega y Gasset: Antropología y Teoría del Conocimiento

Superación del Idealismo

En ‘El tema de nuestro tiempo’, Ortega observa que la superación del idealismo es la gran tarea intelectual de nuestra época.

Para Ortega, la historia de la filosofía occidental puede comprenderse en dos grandes concepciones teóricas, la realista y la idealista.

El realismo es una actitud que supone que la verdadera realidad son las cosas en sí; en el realismo, el Yo centra la atención en las cosas que le rodean y estas impiden que el Yo se dé cuenta de sí mismo.

Critica el idealismo porque va contra la vida, porque la tarea del intelectual es la superación del idealismo.

El dato radical es el descubrimiento de la vida como realidad radical, lo que supone la superación del idealismo y el realismo.

La Vida Humana como Realidad Radical

La vida no puede concebirse como el mundo solo o yo solo, sino que el mundo y yo junto con las cosas constituyen la vida.

Ortega libera el Yo aprisionado en la subjetividad y lo pone en contacto con el mundo externo.

Para Ortega, la realidad primordial es la vida, de ella dependen todas las demás realidades. Por ello, el método adecuado para el conocimiento de la realidad va a ser proporcionado por una razón histórica y vital, la vida y la historia son condiciones de posibilidad de la realidad y de nuestro conocimiento de ella.

Ortega intentó superar en su discurso las antiguas dualidades del conocimiento (realismo/idealismo; racionalismo/empirismo).

La vida es aquello que nos encontramos nada más nacer. No es un concepto biológico o sociológico, sino un concepto filosófico.

La vida se define mediante una serie de categorías o modos de ser mediante los cuales se desarrollan los atributos más importantes de ella.

Vida es libertad, posibilidad y proyecto

El hombre es un ser libre, pero no ha elegido libremente la vida, sino que se ha encontrado con ella y tiene que vivirla.

Vivir es elegir, tomar decisiones, consiste en decidir constantemente lo que vamos a hacer y lo que vamos a ser. Somos puro proyecto.

Nuestra vida es futuro.

Vida es circunstancia

El ser humano realiza su proyecto vital decidiendo continuamente entre sus posibilidades. Pero esas decisiones se producen en unas circunstancias determinadas.

La persona siempre elige en unas circunstancias concretas y muchas veces tiene que escoger contra ellas intentando cambiarlas.

Para Ortega, todo hombre tiene la tarea de salvar las circunstancias, es decir, de intentar superar, cambiar y mejorar la situación histórica y social que vive.

Vida es experiencia de vida

La vida es pasado, presente y futuro.

En la medida en que ampliamos el pasado, tanto en el individuo como en la sociedad, vamos reduciendo el futuro.

Ortega no pretende ser un determinista absoluto, no niega la libertad creadora del hombre, intenta poner en manifiesto la importancia de todo nuestro pasado histórico como individuo y como sociedad.

Teoría del Conocimiento

La razón vital

La razón como función vital y espontánea es considerada como la mejor expresión del sistema filosófico de Ortega (el raciovitalismo).

Ortega entiende que al integrar los dos conceptos de razón y vida por igual, no se produce una mutilación de la realidad como por separado.

La razón vital como razón histórica

La vida individual, al igual que la de los pueblos o épocas, consiste en una constante sucesión de creencias e ideas.

Las creencias son los contenidos intelectuales, culturales, que cada hombre y cada generación encuentra ya hechos.

Las ideas son el resultado de nuestra propia actividad intelectual y vital.

Individuos y generaciones deben crear sus propias ideas, sus proyectos.

El ser humano debe admitir la razón histórica si quiere comprender las crisis de los sistemas y creencias.

La razón histórica es logos.

Este carácter histórico se concreta en el concepto de generación, cada generación es una variedad humana que tiene caracteres típicos.

La generación es una unidad cerrada, puede ver junto a ella otras generaciones.

Se distinguen por su carácter más conservador o progresivo.

Cada una tiene misión propia, su propia tarea histórica.

Así, la teoría de las generaciones sirve para explicar la historia.

Vida individual y vida colectiva

La vida humana es una especie de ecuación con dos términos opuestos, individual y colectivo o social.

Aunque los individuos se presenten formando parte de una generación, la sociedad no integra a todos los individuos como iguales.

En todo grupo existe una masa y una minoría sobresaliente.

Quienes se conforman con pensar lo que la ‘gente dice’ pertenecen a la masa, y los que buscan hacerse su propia opinión pertenecen a la élite.

Esta despierta en los demás el deseo de perfección y seguimiento, pero cuando se produce la rebelión de las masas, el proceso de perfeccionamiento carece de liderazgo.

Ortega diagnostica los años de la primera mitad del siglo XX como una típica época de crisis y esto se manifestaba en el predominio del ‘hombre masa’.

Ortega estudió las causas del ascenso social del hombre-masa, lo que le puso en la pista de la importancia de las creencias para la estructura de la vida humana.

El perspectivismo

Es la teoría del conocimiento sobre la realidad desarrollada por Ortega en ‘El tema de nuestro tiempo’.

Según Ortega, no existe un Yo puro y transparente, con capacidad de descubrir verdades eternas.

Lo que realmente existe es un sujeto que vive individualmente y que piensa para dar sentido a cuanto le rodea desde su situación vital.

Aunque no se puede vivir sin verdad, tampoco se puede pretender una verdad acabada, porque esta tarea debe ser llevada a cabo por todos y cada uno de los seres humanos a lo largo de su tiempo, ya que cada individuo constituye un punto de vista esencial y solo uniendo todas esas versiones parciales es como se lograría formar una verdad absoluta.

Solo desde la perspectiva es posible conocer la realidad.

Todas las perspectivas sin igualmnt verdaderas y organizadas,constituyen la realidad total.La verdad es individual e hcª.