Análisis del Esperpento y la Poesía Lírica

La época de los esperpentos: La publicación de Luces de bohemia supone un hito importante en la trayectoria de Valle-Inclán y en la historia del teatro contemporáneo. Valle-Inclán piensa que esa realidad solo puede ofrecerse a través del esperpento. La técnica del esperpento consiste en:

  • Deformación continua y consciente de la realidad.
  • Frecuentes contrastes y reducción al absurdo.
  • Presentación de lo normal como algo extraordinario.
  • Presencia reiterada de la muerte.
  • Empleo de gran variedad de recursos deformantes: animalización, cosificación, personificación, muñequización y animación.
  • Tendencia al humor sarcástico.
  • Libertad formal.
  • Intención crítica: social, religiosa, política, histórica…

Entre los recursos literarios del esperpento encontraremos: la antítesis, la hipérbole, la ironía, el humor negro y amargo, las mezclas de registros lingüísticos.

Al ciclo de los esperpentos pertenece la trilogía Martes de carnaval que agrupa Los cuernos de Don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. Entre sus últimas novelas destacan Tirano Banderas y la trilogía de El ruedo ibérico.

La poesía lírica: La lírica es un género muy amplio y variado en cuanto a formas, temas y actitudes literarias, sustentado en el empleo intensivo de la función poética del lenguaje; por ello, se la ha considerado sinónima de poesía. Se caracteriza al mismo tiempo por la presencia de la función emotiva que se manifiesta en la expresión de todo tipo de sentimientos, visiones y emociones del autor.

  • Rasgos:
    • Concentración y brevedad producto de la interiorización de experiencias vitales despojadas de elementos accesorios y anecdóticos.
    • Renuncia al desarrollo de marcos espacio-temporales que, en todo caso, servirían como soporte, pero nunca desviarían la expresión de la subjetividad.
    • Ausencia de una trama argumental. La poesía se detiene en lo fragmentario, en imágenes concretas, en retazos que el receptor debe recomponer e interpretar.
    • Se extreman y acumulan los procedimientos de la función poética en todos sus planos y niveles. Esto puede generar el distanciamiento de un lector.
    • Aunque se suele citar como rasgo diferencial de la lírica el empleo del verso frente a la prosa, existe prosa poética.
    • La lírica admite no solo una enorme variedad de temas y de formas, sino también una gran diversidad de tonos e intenciones: irónico, satírico, reflexivo, comprometido, filosófico, cívico…

Subgéneros:

  • Elegía: Es una composición que manifiesta un sentimiento de pesar ante una desgracia individual o colectiva. Suele contener imprecaciones a la muerte y elogio del difunto. Ejemplo: Las Coplas de Manrique a la muerte de su padre.
  • Égloga: El poeta expresa sus sentimientos amorosos en boca de pastores en un paisaje natural idealizado. Se puso de moda en el Renacimiento y se hicieron muchas hasta el siglo XVIII. Los románticos lo abandonaron por su artificiosidad.
  • Oda: Es el más solemne subgénero lírico, normalmente en versos largos, destinado a enaltecer a una persona o a conmemorar un hecho o un acontecimiento.
  • Himno: Poema para honrar a una persona destacada, celebrar un suceso memorable o expresar júbilo o entusiasmo.
  • Sátira: Composición en prosa o verso que censura y ridiculiza vicios o defectos individuales o colectivos. Uno de los escritores más conocidos fue Quevedo en el siglo XVII.
  • Epitalamio: Es una canción que expresa la alegría por una boda.

La novela: La novela constituye el principal subgénero épico de la época moderna y podemos definirla como un relato en prosa, de variable extensión, en el cual, a diferencia de lo que ocurre en el cuento, no solo interesa lo que sucede a los personajes, sino también cómo evolucionan y en qué ambientes se desarrolla la acción. Es un género en permanente evolución desde que fuera consagrado por El Quijote de Cervantes.

  • Rasgos:
    • Narrador: Es una figura central del relato en tanto asume la voz que habla.
    • Narratario: Es el receptor al que se dirige el narrador dentro de la obra. Se trata, pues, del destinatario del mensaje narrativo, aunque no siempre se encuentra formalmente representado en él.
    • Punto de vista o focalización: Cuando un autor comienza a escribir debe optar por un determinado punto de vista o foco: tiene que decidir quién cuenta la historia, qué persona gramatical elige. Podemos hablar de distintos tipos de focalización:
      • Narrador omnisciente: Se expresa en tercera persona. Lo sabe todo, hasta lo más íntimo de cada personaje.
      • Narrador testigo: También en tercera persona, el narrador se comporta como una cámara de video.
      • Personaje narrador: Un personaje se constituye en narrador. Se emplea la primera persona.
      • El narrador: También puede emplear la segunda persona, aunque se da en pocos casos. La voz del narrador se dirige al protagonista del relato.
    • Acontecimiento y trama: Los acontecimientos son los sucesos o hechos presentes en el relato y que, organizados por el autor, forman la trama de la obra, su argumento.
    • La acción narrativa se desarrolla gracias a la existencia de unos personajes que son los que intervienen en la acción del relato.
    • El tiempo es otro elemento consustancial al género narrativo. El tiempo externo coincide con el tiempo real objetivo que se indica en el relato (horas, días…). El tiempo interno regula el ritmo narrativo. Se habla de cinco posibilidades:
      • La elipsis: Es el silenciamiento de cierta información sobre la historia que no pasa al relato.
      • El sumario o resumen: Es similar a la elipsis, pero aquí el material sí pasa al relato, aunque condensado. Es un factor de economía narrativa.
      • El tiempo escena: Presenta los hechos en su duración real. Se da sobre todo en los diálogos y en el monólogo interior.
      • La pausa: Es un procedimiento para ralentizar el ritmo del relato. Es lo que ocurre con las descripciones.
      • La digresión narrativa: Supone una parada de la acción para introducir una reflexión.