1. El Renacimiento (siglos XIV-XVI)
1.1. Contexto histórico
El Renacimiento se desarrolló en Italia entre los siglos XIV y XVI, expandiéndose posteriormente a otros países. En Nápoles (1442), el contacto de escritores y pensadores españoles con el mundo italiano desde el siglo XV permitió la llegada de este movimiento a España. El Renacimiento se afianzó durante los reinados de Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598).
1.2. Aspectos políticos, sociales y económicos
En España, el siglo XVI estuvo marcado por la estabilidad política, la paz interior y la abundancia de oro y plata provenientes de América. España se erigió como potencia mundial, con vastas posesiones territoriales en Europa, América y Asia (Filipinas). Esto originó conflictos y guerras, pero se mantuvieron en el exterior (Países Bajos, Inglaterra y Francia).
En la segunda década del siglo XVI, Carlos I de la casa de Habsburgo accedió al trono español. En 1519, fue nombrado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En Castilla, tuvo lugar un grave conflicto interno: la rebelión de los comuneros (1520-1522), que buscaba limitar el poder de la nobleza.
Debido a su política imperialista, Carlos V afrontó guerras con Francia, los turcos y los protestantes, lo que endeudó las arcas españolas. Tras la Paz de Augsburgo (1555), que estableció la libertad religiosa en los estados del Imperio, Carlos I abdicó en favor de su hijo, Felipe II, quien fue coronado rey.
El nuevo monarca heredó un Estado empobrecido que llegaría a la quiebra. Centró su política en las posesiones peninsulares, enfrentándose a los turcos y a conflictos en los Países Bajos. Se acentuaron el control religioso y la represión contra la libertad de pensamiento.
Castilla experimentó una fase de crecimiento económico y demográfico, y fue sede del Imperio. Sin embargo, en España también había miseria y hambre, como lo refleja la picaresca. La sociedad seguía siendo estamental, con una nobleza que gozaba de prestigio, influencia y privilegios. Se produjo un aumento considerable de comerciantes y artesanos, y la burguesía creció y se enriqueció. No obstante, los campesinos constituían el grupo social sobre el que recaía la mayoría de los impuestos.
1.3. Arte renacentista español
El arte renacentista español recibió la influencia de los modelos italianos y flamencos. Triunfó el plateresco, un estilo que combinaba elementos góticos y clásicos, y que se encuentra en edificios como los de Salamanca. La gran obra arquitectónica del Renacimiento español es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, construido por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. En escultura, destacan Juan de Juni y Alonso de Berruguete, y en pintura, El Greco.
1.4. Inquisición y creencias colectivas
En una sociedad donde el miedo y lo sagrado impregnaban la vida cotidiana, se extendieron creencias que confundían lo religioso y lo mágico: el demonio, las brujas, los milagros… Otro de los valores imperantes fue la limpieza de sangre. Los conversos (judíos convertidos al cristianismo) fueron rechazados y discriminados en la obtención de dignidades y cargos públicos, y se exaltaba el orgullo del cristiano viejo.
Con la limpieza de sangre estaba relacionado el sentimiento de la honra o apreciación pública de los méritos de una persona. La amenaza de deshonra exigía una vigilancia constante y justificaba el recurso a la violencia. La honra de los hombres dependía en gran medida de la conducta de las mujeres, consideradas posesión masculina, por lo que se buscaba ejercer control y violencia sobre ellas.
2. La cultura en el Renacimiento
En el Renacimiento tuvo lugar un cambio en la concepción del ser humano y en sus relaciones con Dios y con la naturaleza. El hombre, dotado de libertad, dignidad y capacidad de decidir sobre sí mismo, se convirtió en el centro del mundo (antropocentrismo).
La base de la transformación de la cultura renacentista fue la valoración de la educación y la recuperación de las letras clásicas, llevada a cabo por los humanistas.
2.1. El Humanismo
El Humanismo fue una corriente de pensamiento basada en los estudios humanísticos, que impulsaban el aprendizaje del latín clásico, lo que permitió el acceso directo a las obras de la Antigüedad.
La lectura de los autores antiguos llevó, en la creación poética, a su imitación, entendida como conocimiento de textos diversos y recreación personal. En las obras humanistas, se exaltan la naturaleza, el placer y el conocimiento; en ellas predomina una visión optimista y confiada del mundo.
Los humanistas fueron apreciados en el desarrollo de la vida urbana: educaron a nobles, desempeñaron cargos importantes y participaron en la vida política.
3. La lírica renacentista
La renovación de la poesía se produjo gracias a la difusión del humanismo, que permitió un mayor conocimiento de las literaturas clásicas. Francesco Petrarca, poeta italiano, influyó notablemente en los poetas españoles.
Petrarca logró armonizar la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica y con la de los poetas italianos de su generación.
3.1. Aspectos formales
La poesía italiana aportó dos innovaciones rítmicas: el endecasílabo y el encabalgamiento. Juan Boscán fue el primero en introducirlos en la poesía española, recomendándoselo a Garcilaso de la Vega.
La lírica renacentista incorporó nuevas estrofas y tipos de composiciones:
- Tercetos encadenados, asimilados a la poesía castellana.
- Octava real, introducida por Juan Boscán.
- Lira, proveniente de la estrofa inicial de la Oda a la flor de Gnido de Garcilaso.
- Estancia, usada en la canción italiana.
- Soneto, de origen popular italiano.
- Estrofa sáfica, compuesta por tres versos endecasílabos y un pentasílabo.
En cuanto al estilo, en la primera mitad del siglo XVI se cultivó una poesía que respondía al ideal de sencillez y naturalidad expresiva. Se aprecia un cambio en la adjetivación, el empleo del epíteto, el uso de metáforas y la utilización del hipérbaton.
3.2. Temas y motivos poéticos
La nueva poesía desarrolló temas e ideales provenientes del neoplatonismo, de la literatura clásica y de la poesía italiana, especialmente de la obra de Petrarca.
Temas principales:
- El amor, que se manifiesta como sufrimiento por la pérdida de la amada o la falta de correspondencia (amor triste, melancólico).
- La descripción de la mujer, que corresponde al ideal de belleza renacentista y se asocia a imágenes de la naturaleza.
- La naturaleza.
- El tópico carpe diem (vive el momento), que se asocia al amor e incita a su disfrute.
- La mitología clásica, con alusiones a dioses y seres mitológicos griegos y latinos.
Temas secundarios:
- La amistad entre hombres.
- El elogio del cortesano.
A partir de la segunda mitad del siglo XVI, se incorporan otros temas como:
- El beatus ille (elogio de la vida tranquila, menosprecio de lo urbano y dominación de las pasiones).
- El vivere secum (conocimiento de sí mismo, que se consigue mediante el acercamiento y la comunicación con Dios).