El Reinado de Amadeo I (1870-1873)
Un Monarca para un Régimen Democrático
Tras la Revolución de 1868, Juan Prim lideró las negociaciones para encontrar un rey que pudiera encabezar una monarquía constitucional en España. La candidatura de Amadeo de Saboya, un joven de 26 años con ideas liberales, se impuso. Amadeo fue elegido rey por las Cortes en noviembre de 1870, pero la alegría duró poco, ya que Prim fue asesinado tres días antes. El 2 de enero de 1871, Amadeo I fue proclamado rey, enfrentándose a un futuro incierto sin el apoyo de su principal valedor.
Las Dificultades de la Nueva Dinastía
El reinado de Amadeo I estuvo plagado de obstáculos. Aunque contaba con el apoyo de progresistas y unionistas, no todos los sectores liberales estaban de acuerdo con su llegada. Además, la aristocracia, el clero y los partidarios de Isabel II se opusieron firmemente a la nueva dinastía. Incluso parte del ejército mostró resistencia al nuevo monarca. A pesar de la instauración del sufragio universal y las libertades políticas, la inestabilidad se convirtió en la tónica dominante del reinado.
Una Permanente Inestabilidad
Desde el principio, los moderados, liderados por Antonio Cánovas del Castillo, conspiraron para restaurar la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Cánovas logró convencer a muchos unionistas y progresistas de que la monarquía borbónica representaba el orden y la estabilidad, en contraste con el liberalismo de Amadeo I. Esta estrategia contó con el apoyo de la Iglesia y la élite económica.
Los carlistas, que se habían reorganizado tras la Revolución de 1868, se sublevaron en 1872 con la esperanza de colocar a su candidato, Carlos VII, en el trono. La rebelión, que comenzó en el País Vasco, aunque no representó una amenaza seria, contribuyó a la inestabilidad general.
Amadeo I tampoco contaba con el apoyo de los republicanos ni de los grupos populares. En 1872, se produjeron nuevas insurrecciones de carácter federalista, que combinaban ideas republicanas con el internacionalismo. Además, la Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878) se convirtió en un grave problema para el gobierno.
La crisis final del reinado de Amadeo I llegó con la desintegración de la coalición gubernamental. En dos años, se formaron seis gobiernos y se convocaron elecciones en tres ocasiones. Finalmente, ante la falta de apoyo, Amadeo I abdicó el 11 de febrero de 1873.
La Primera República Española (1873-1874)
La Proclamación de la República
La abdicación de Amadeo I llevó a la proclamación de la Primera República Española el 11 de febrero de 1873. Estanislao Figueras fue elegido presidente del gobierno. Sin embargo, la República nació con escaso apoyo, ya que gran parte de las Cortes eran monárquicas y veían la República como una etapa transitoria para la restauración de los Borbones. El aislamiento internacional, con la excepción de Estados Unidos y Suiza, también debilitó al nuevo régimen.
A pesar de la falta de apoyo en las altas esferas, la República fue recibida con entusiasmo por las clases populares, que esperaban cambios sociales. Los federales tomaron el control de ayuntamientos y formaron juntas revolucionarias. En Andalucía, se produjo un movimiento campesino que buscaba la redistribución de la tierra, y en las ciudades, se produjeron movilizaciones populares, incluyendo al movimiento obrero.
Sin embargo, los líderes del republicanismo federal, encargados de poner en marcha la nueva República, no compartían las aspiraciones revolucionarias de las clases populares. Su interés por mantener el orden se manifestó en la disolución de las juntas y la represión de las revueltas populares.
El Intento de Restaurar una República Federal
Las Cortes se abrieron el 1 de junio de 1873 y proclamaron la República Democrática Federal el 7 de junio. Tras la dimisión de Figueras, Francisco Pi y Margall asumió la presidencia. Su objetivo era elaborar una nueva constitución federal que separara la Iglesia del Estado, reconociera la independencia de las colonias, impusiera disciplina en el ejército e introdujera una serie de leyes sociales. Sin embargo, la brevedad de su mandato impidió el desarrollo de su programa reformista.
a) El Proyecto de Constitución Federal
En junio de 1873, se presentó el proyecto de Constitución Federal, que seguía la línea de la Constitución de 1869. La República tendría un presidente, y las Cortes estarían compuestas por el Senado y el Congreso. Se declaraba la libertad de culto y la separación de la Iglesia y el Estado. El aspecto más novedoso era la estructura del Estado, que se organizaba en 17 estados federados. El poder emanaba de tres niveles: municipios, estados regionales y Estado federal. Por primera vez, se planteaba un Estado no centralista en España.
**En resumen, el reinado de Amadeo I y la Primera República Española fueron periodos de gran inestabilidad política en España. La falta de consenso, las conspiraciones, las rebeliones y la crisis económica contribuyeron al fracaso de ambos proyectos. La Restauración Borbónica, que se consolidaría en 1874, pondría fin a este periodo convulso de la historia de España.**