La Descomposición del Sistema (1917-1923) y la Dictadura de Primo de Rivera

La Descomposición del Sistema (1917-1923)

La incapacidad de los gobiernos para reformar el sistema político, la conflictividad social y la tensión política derivadas de la guerra de Marruecos hicieron imposible la supervivencia de la Restauración.

La Descomposición Política

El régimen de la Restauración entró en una progresiva descomposición. Impulsado por Maura en 1918, se configuró un gabinete con la participación de los líderes conservadores, liberales y regionalistas catalanes. Fracasados los gobiernos de concentración, se volvió al turno dinástico. El país conoció en total 10 cambios de gobierno.

Conflictividad Obrera y Pistolerismo

Los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial fueron de gran conflictividad en toda Europa. El triunfo de la Revolución Bolchevique y el estado soviético en Rusia dieron esperanzas a todos los grupos revolucionarios. El movimiento huelguístico afectó sobre todo a Barcelona. Se inició la huelga en La Canadiense (eléctrica). La huelga duró un mes y medio y finalizó con un acuerdo por el cual la patronal aceptaba la readmisión de los despedidos, aumentos salariales y jornadas de 8 horas. Pero el incumplimiento de la promesa de liberar a los detenidos hizo reanudar la huelga y la patronal respondió con cierre de empresas y una durísima represión contra los sindicatos.

En Andalucía se da el Trienio Bolchevique. Los anarquistas impulsaron revueltas campesinas motivadas tanto por el hambre de tierras como por el deterioro de los salarios y de las condiciones de vida. La conflictividad laboral degeneró en una radicalización de las posiciones de los sindicatos y de la patronal, sobre todo en Cataluña. Para detener la fuerza sindical, los patronos crearon la Federación Patronal, contrataron a pistoleros a sueldo para asesinar a los dirigentes obreros y recurrieron al lockout (cierre de empresas). Además, fundaron el Sindicato Libre que emplearon en su favor fomentando las acciones violentas contra el sindicalismo anarquista.

La patronal ejerció una dura represión contra los sindicalistas. Todo ello originó la época conocida como el pistolerismo, durante la cual tuvieron lugar los asesinatos de Eduardo Dato (presidente del gobierno), Salvador Seguí (dirigente sindicalista) y Francesc Layret (abogado laboralista).

El Problema de Marruecos: Annual

El ejército fue derrotado en Annual y veían la solución a la crisis en una dictadura militar.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera da un golpe de estado. Para los golpistas, entre las razones que justificaban la necesidad de cambiar la situación hay que destacar:

  • La inestabilidad del sistema político.
  • El desprestigio derivado del fraude electoral.
  • El miedo de las clases acomodadas a una revolución social.
  • El aumento de la influencia del republicanismo y de los nacionalismos.
  • El descontento del ejército tras Annual.

El dictador justificó el golpe militar a través de un discurso con pretensiones regeneracionistas con el fin de ganarse la adhesión popular. Primo de Rivera anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y acabar con el bandidaje político, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional.

Algunos historiadores apuntan a que Primo no pretendía poner fin a un régimen caduco sino más bien evitar que el régimen político acabara democratizándose.

La Reorganización del Estado

La dictadura de Primo atravesó dos etapas: hasta 1925 gobernó el Directorio Militar, cuyos miembros eran militares. A partir de ese año, incluyó entre sus ministros a civiles como Calvo Sotelo y Eduardo Aunós. Se pasó entonces al Directorio Civil.

Las primeras medidas del Directorio Militar mostraron su carácter dictatorial:

  • Suspensión del régimen constitucional.
  • Disolución de las cámaras legislativas.
  • Cese de las autoridades civiles.
  • Prohibición de los sindicatos.

Una de las intenciones del dictador era eliminar el caciquismo. Se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. Se disolvieron los ayuntamientos, sustituidos por juntas de vocales integradas por los más ricos de la sociedad, nombradas a través de los gobernadores civiles. Una gran farsa, ya que se suspendieron todos los mecanismos electorales y la renovación se limitó a sustituir unos caciques por otros.

Se organizó el desembarco de Alhucemas en 1925, que tuvo gran éxito.

A partir de 1926, Primo intentó institucionalizar su régimen. Indudablemente, el modelo del fascismo italiano fue muy claro. Comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva en 1927, de carácter corporativo, pues sus miembros no serían elegidos sino por designación.

Se creó un partido único, Unión Patriótica, un partido gubernamental cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura. Los afiliados eran católicos y caciques rurales. Se reactivó la antigua institución del Somatén (ciudadanos armados voluntarios) para colaborar en el mantenimiento del orden público.

La Política Económica y Social

La dictadura coincidió con una buena coyuntura económica: los felices años 20 tras la Primera Guerra Mundial. Se puso en marcha un programa de fomento industrial y de infraestructuras. La idea fue nacionalizar importantes sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal. Se fomentaron las obras públicas: ferrocarriles, carreteras, etc.

El gobierno aprobó el Decreto de Protección de la Industria Nacional. También se concedieron grandes monopolios como la Compañía Telefónica Nacional de España. Todo ello fue financiado mediante los llamados presupuestos extraordinarios, de forma que el presupuesto del estado cada año aparecía equilibrado, pero se iba acumulando una gran deuda extraordinaria. El mundo agrario siguió en manos de los grandes propietarios, aunque se promovió el regadío a través de la creación de las llamadas Confederaciones Hidrográficas.

La dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía eliminar los conflictos laborales mediante la intervención del estado. Con este fin se creó la Organización Corporativa Nacional, que agrupaba a patronos y obreros y regulaba los conflictos laborales a través de los Comités Paritarios. La UGT pudo desenvolverse con cierta libertad bajo el régimen, mientras los anarcosindicalistas y los comunistas eran perseguidos y obligados a permanecer en la clandestinidad.

La Oposición a la Dictadura

La oposición a la dictadura estuvo integrada por republicanos, nacionalistas, comunistas y anarquistas. Los antiguos partidos del turno participaron en conspiraciones militares como el complot de la Sanjuanada en 1926. Otra intentona similar fue la dirigida por José Sánchez Guerra, que también contaba con apoyo militar.

Con respecto a los intelectuales y el mundo universitario, la dictadura pretendió controlarlos férreamente, llegando incluso al cierre de universidades. El conflicto derivó en protestas estudiantiles y el origen de un gran sindicato: la Federación Universitaria Española (FUE), de carácter republicano. El enfrentamiento de los intelectuales con la dictadura involucró a figuras como Ortega y Gasset, Unamuno, Blasco Ibáñez, Menéndez Pidal. En 1924, la represión no se hizo esperar.

El conflicto político más persistente se produjo con el republicanismo y los nacionalismos, especialmente el catalán. En Cataluña se produjo la liquidación de la Mancomunidad y la prohibición del uso de la lengua catalana. En ella se distinguió el grupo Estat Català con su intento de invasión armada dirigida por Francesc Macià desde Francia. Por último, la CNT se mostró contraria al régimen y fue intensamente perseguida. En 1927 crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

También el PSOE cambió su posición hacia 1929, pronunciándose a favor de la república.

La Caída de Primo de Rivera

El rey y su camarilla se convencieron de que la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquía. El rey optó por retirarle su confianza a Primo y acabó dimitiendo el 30 de enero de 1930.

Periodo de Transición: La Dictablanda

El general Berenguer fue el encargado de sustituirle con la misión de celebrar unas elecciones. PSOE, republicanos y catalanistas de izquierda firmaron el Pacto de San Sebastián para constituir un comité revolucionario que debería convertirse en el gobierno provisional de la futura república. Berenguer fue incapaz de preparar las elecciones y fue sustituido por un gobierno presidido por el almirante Aznar, que puso en marcha tres niveles electorales: municipales, provinciales y legislativos. El gobierno convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Ganaron los republicanos y socialistas. Se proclamó la Segunda República. El rey Alfonso XIII deja España.