La Lírica de esta Época
La poesía es el género por excelencia para expresar la subjetividad. En el siglo XIX, con el Romanticismo, la poesía vuelve a resurgir con pujanza y se convierte en el medio natural de los escritores románticos, preocupados por los sentimientos y la expresión del yo. En la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada del Realismo y su visión objetiva de la realidad, la lírica experimenta otro período de decadencia. La lírica evoluciona de manera drástica, primero con el Modernismo, que la concibe como un lujo y refinamiento de los sentidos, y más tarde con las Vanguardias, que subvierten radicalmente el concepto de belleza y buscan novedades y originales caminos de expresión poética.
La Poesía Romántica
En la primera mitad del siglo XIX, la poesía se convierte en la mejor herramienta para difundir las ideas románticas. El deseo de libertad y la rebeldía encuentran en la lírica un cauce ideal. Junto a esta poesía lírica, se recupera una poesía narrativa que relata leyendas y sucesos históricos. José de Espronceda, José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro son algunos de los autores que protagonizan esta auténtica revolución poética.
Temática
Los poetas románticos se caracterizan por el enfrentamiento con las normas y un mundo que consideran injusto. La lucha entre el espíritu idealista y la dura realidad provoca un sentimiento de frustración. Los temas habituales son:
- El amor: Con una doble vertiente:
- Amor idealizado: Se concibe como un sentimiento sublime que provoca un estado de suprema felicidad.
- Amor trágico: Se presenta como una fuerza arrebatadora que domina la voluntad y conduce a la melancolía o a un destino fatal.
- La existencia: La vida es una fuente de agonía, por ello conciben la muerte como una liberación. La amargura, la soledad… forman parte de esa visión trágica de la vida.
- La naturaleza: El paisaje es una proyección de los sentimientos para el poeta romántico. Se describe una naturaleza lúgubre y violenta: tormentas, bosques tenebrosos…
- La evasión: El desengaño vital provoca que el poeta huya de su realidad inmediata: bien a lugares exóticos y alejados (Oriente) bien a tiempos pasados (Edad Media).
- La libertad: Los románticos anhelan la libertad, por ello desprecian las normas y se enfrentan a ellas con rebeldía, altivez y soberbia. Los personajes marginales (piratas) son usados como idealizaciones de la libertad.
- La patria: Ensalzan la cultura autóctona y la perciben como un patrimonio valioso que es preciso defender.
Innovaciones Formales en el Romanticismo
Principales Rasgos
- Nuevas combinaciones métricas: El poeta romántico usa, retoma, inventa… todo tipo de combinaciones métricas, con versos de distinta medida para conseguir ritmos variados. Es fundamental que la forma métrica y la musicalidad del poema se adapten a la expresión del sentimiento. Las estrofas más comunes son la silva, las octavas, el terceto y los romances.
- Rima consonante: Es uno de los recursos más utilizados por los poetas. En muchas ocasiones se recurre a la rima aguda, que intensifica el efecto musical del verso.
- Estilo enfático: El poema debe ser capaz de transmitir emociones. Se recurre a un lenguaje enfático y efectista, repleto de figuras retóricas: exclamaciones, hipérbatos…
- Símbolos: La desbordante imaginación del romántico fomenta el empleo de imágenes, metáforas y comparaciones en las que se establece una relación entre el mundo y los estados de ánimo del poeta. La poesía romántica está plagada de símbolos y personajes que aluden a la ansia de libertad.
Evolución de la Lírica Romántica
Las ideas románticas tardaron en asentarse en España. La lírica en España experimenta una clara evolución desde las formas y temas típicamente románticos, representados por José de Espronceda, a una poesía más íntima, reflexiva y depurada, que tiene sus máximos exponentes en Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.
El Romanticismo Impetuoso
En la primera mitad del siglo XIX, la poesía española refleja el frenesí romántico. Encontramos una lírica de tono apasionado e hiperbólico, con un sentido muy acusado del ritmo. En la obra de José de Espronceda puede observarse la vehemencia pasional y la temática propia del Romanticismo: el amor, la libertad, la rebeldía… En su producción destacan dos poemas: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.
El Romanticismo Intimista
A partir de la segunda mitad de siglo, la lírica romántica española se va despojando del tono impetuoso y emocional en favor de una poesía más intimista. Bécquer depura la poesía romántica de las estridencias y defiende un estilo sereno y sencillo. La poesía inicia una nueva senda en busca de la sensibilidad, el misterio, la imaginación… La lírica es un vehículo para el conocimiento del alma humana, y la palabra poética se convierte en un símbolo de lo inefable. Esta concepción de la poesía es la base del Simbolismo. Dentro del Romanticismo intimista, también destacan las composiciones de Rosalía de Castro en En las orillas del Sar.