La rehabilitación interna del conflicto: Con el inicio de la Guerra Fría, Franco comenzó a ser considerado un aliado de Occidente de alto valor estratégico en el Mediterráneo. En 1951, EEUU estableció un tratado bilateral, y a la vez comenzaron a llegar sus primeras remesas de ayuda americana. En 1953 se firmó un acuerdo que permitía al ejército norteamericano establecer las bases militares de Morón, Rota, Torrejón de Ardoz y Zaragoza; a cambio, España recibiría ayuda económica. La ayuda norteamericana permitió que la España franquista fuera admitida en diversos foros internacionales como la UNESCO, ONU y Fondo Monetario Internacional. EEUU rechazó la petición de ingreso en la Comunidad Económica Europea, con el argumento de que era necesario que España liberalizara y democratizara su organización política. En 1953 se firmó también el concordato con la Santa Sede. El Estado franquista conservó la capacidad de intervenir en la designación de obispos, pero a cambio hizo numerosas concesiones a la Iglesia.
El agotamiento del modelo autárquico (50-59): Hacia 1950 resultaba evidente el fracaso de la política económica autárquica aplicada desde el fin de la Guerra Civil. A lo largo de la década se fueron aplicando medidas liberalizadoras para combatir el estancamiento económico del país.
Primeros reajustes y fin del racionamiento: A principios de los 50, el racionamiento, la subida de los precios y los problemas derivados del estraperlo afectaban duramente a la población. En febrero del año siguiente, los transportes públicos aumentaron sus tarifas siguiendo las órdenes del gobierno. Franco cambió a la mayor parte de su gobierno. El nuevo gabinete nació con el objetivo prioritario de intentar mejorar la economía del país. Estuvo presente en este gobierno el almirante Luis Carrero Blanco, que se fue convirtiendo en el hombre de confianza del dictador y durante dos décadas tuvo un papel fundamental en la política española. Los créditos permitieron aumentar las importaciones; la mejora de producción agraria hizo posible suprimir las cartillas de racionamiento, se liberalizaron parcialmente los precios y la circulación de mercancías, se amplió el mercado exterior y el resultado fue un proceso de crecimiento desconocido.
El ocaso del régimen: En 1969 estalló un escándalo, el caso MATESA, con unas consecuencias políticas decisivas para la última etapa del franquismo. Esta empresa cobraba créditos a la exportación del gobierno por mercancías que ni siquiera producía. En la operación estaban implicadas personalidades vinculadas al Opus Dei, entre ellas algunos ministros. Franco zanjó esta pugna entre los miembros de dos sectores del gobierno, los azules y los tecnócratas, destituyendo a los ministros implicados. Los intentos reformistas se concretaron en algunas medidas legislativas. La Ley de Asociaciones Políticas permitió inscribirse en el registro a grupos liberales moderados cercanos al régimen. La Ley Sindical teóricamente se daba autonomía a la organización sindical con respecto al Estado, y se otorgaron derechos más amplios de participación a los trabajadores. La Ley General de Educación estableció la EGB con los estudios de formación profesional. La eficacia de la represión franquista en estos años llegó a hacer pensar que se podía lograr la liquidación de ETA. En 1970 se llevó a cabo un consejo de guerra contra dieciséis etarras, conocido como el Proceso de Burgos. La presión internacional, incluida la del Vaticano, Franco conmutó las penas de muerte por prisión. Tres años después, ETA volvió a llevar al régimen a una situación crítica al acabar con la vida del almirante Carrero Blanco. Este asesinato hizo aumentar la inestabilidad del país. El nuevo presidente del gobierno fue Carlos Arias Navarro.
Los años del milagro económico (59-73): Los tecnócratas del Opus Dei lograron convencer a Carrero Blanco y a Franco de la necesidad de sustituir la política intervencionista y autárquica de los últimos 20 años por otra de tipo liberal. Los espectaculares resultados de la apertura económica hicieron que España conociera en los años 60 el mayor desarrollo económico de toda su historia. Los propagandistas del régimen no dudaron en bautizarlos como milagro español. Además, la sociedad española se modernizó tanto que el franquismo se fue quedando en su base social tradicional y se fue convirtiendo en un régimen político obsoleto.
El plan de estabilización: Las medidas económicas adoptadas fueron el control del gasto público, el ajuste del cambio de la peseta, el impulso de las exportaciones para intentar paliar el gran desequilibrio de la balanza comercial con el exterior, los incentivos a las inversiones extranjeras y la congelación de los salarios. Las consecuencias fueron inmediatas y se logró sanear la economía y sentar las bases del crecimiento económico de la década posterior.
Los factores del desarrollo económico:
- La liberación de la economía española, que permitió que el país pudiera beneficiarse del auge de la economía europea del momento.
- La emigración interior y exterior, que se desplazó a las ciudades y zonas costeras españolas para cubrir los puestos de trabajo de las industrias y el turismo. La mano de obra emigrada se convirtió en mano de obra abundante y barata. Los que se marcharon a Europa fueron una fuente de divisas, al repatriar buena parte de sus salarios.
- El espectacular desarrollo del turismo, que supuso una entrada de divisas importantísimas que equilibró la deficitaria balanza comercial española. El aperturismo y el crecimiento de la economía coincidieron con la aplicación de un programa de planificación económica que pretendía coordinar el crecimiento económico a través de planes de desarrollo.
El boom de la industria y el turismo: El desarrollo económico español de los años 60 fue básicamente industrial. La estructura industrial se modernizó, se renovó el equipo con importaciones de tecnología extranjera y al mismo tiempo se diversificó la actividad industrial siguiendo los criterios de mercado. La industria metalúrgica, la química y el sector energético se convirtieron en los motores del desarrollo. La industria metalúrgica destacó por la fabricación de bienes de equipo, y sobre todo por el fulminante crecimiento de la industria del automóvil. La industria química se diversificó económicamente. El sector de la construcción creció a causa de la acelerada edificación en las ciudades y costas españolas.
La oposición reformista de JCI: El continuismo de Arias Navarro y la apuesta por las reformas. En el discurso de coronación del rey ya se veían sus intenciones reformistas. El monarca situó a su antiguo profesor Torcuato al frente de las Cortes y el Consejo del Reino, lo que molestó a Arias Navarro. Se iniciaron contactos con la oposición y con destacados líderes de países europeos. Fue también importante el indulto general que permitió salir de la cárcel a algunos políticos de la oposición. La política de congelación de salarios provocó el estallido de numerosos conflictos laborales. Entre estos destacaron los sucesos de Vitoria, en el que el presidente Arias Navarro reaccionó de una manera autoritaria, mandando disolver a los trabajadores encerrados en una iglesia y provocando 5 muertos. En marzo de 1976, los dos principales organismos de la oposición se unieron y formaron la Plata Conjunta.
El desmantelamiento legal del franquismo: Después de estas circunstancias, el rey provocó la dimisión de Arias Navarro y nombró como presidente a Adolfo Suárez. Para hacer creíbles sus intenciones reformistas, Suárez concedió una amplia amnistía e inició una serie de contactos frecuentes con la oposición para contar con ella en el proceso de reformas. Fue así como comenzó a abrirse camino la estrategia de una ruptura pactada. Suárez debió entrevistarse con los principales generales en activo y les tranquilizó sobre sus intenciones de golpe de estado, que fueron aceptadas con la condición de que no se legalizara al Partido Comunista. Todo el proceso democrático dio su primer paso con la aprobación de la ley para la reforma política; meses más tarde se convocó al pueblo español a un referéndum saliendo en el por mayoría.
La legalización de la oposición: Un paso fundamental para establecer un sistema democrático era la legislación de los partidos políticos de la oposición, todavía fuera de la ley. En enero de 1977 se inició la legalización de la mayoría de los partidos. La actitud moderada del PCE de asumir con serenidad el asesinato de 5 militantes comunistas a manos de un comando de extrema derecha se comprometió a no cuestionar la monarquía y la presión ejercida por los demás partidos hizo que se legalizara el PCE. Los militantes expresaron su protesta e incluso el ministro de Marina presentó su dimisión, pero Suárez siguió negociando.