El Arte Románico: La Representación de la Jerusalén Celestial
El templo románico se concibe como la recreación terrenal de la Jerusalén Celestial. Para recrearla, intervienen la arquitectura, la pintura, la escultura y las artes decorativas.
La escultura románica suele ser parte de la decoración del templo, como relieve decorando las portadas, los capiteles y canecillos. Las esculturas exentas, suelen ser pequeñas tallas de piedra o madera, policromadas, que representan al Crucificado y la Virgen con el Niño.
Características de la escultura románica:
- Adaptación al marco arquitectónico, aunque se deforman y tapizan la pared con horror vacui.
- Ausencia de perspectiva, elementos arquitectónicos utilizados para separar escenas.
- Jerarquización, prioridad a un personaje frente a otros.
- Antinaturalismo: hieratismo, frontalidad y canon desproporcionado. La ropa son pliegues geométricos, que enseñan, a los fieles que no saben leer, cómo es el mundo celestial y el del pecado, y el porqué de luchar contra el pecado para llegar a la salvación.
Los artistas crean lo dictado por la Iglesia. Los temas son casi siempre religiosos, destaca:
- El Juicio Final: Pantocrátor con expresión solemne, alza una mano en gesto autoritario y en la otra lleva el libro de la ley.
- Virgen: toman el modelo Theotokos bizantina con el Niño sentado sobre las rodillas, sin comunicación entre ellos.
- Temas profanos: signos del Zodiaco, animales. Representan simbólicamente el paso del tiempo, del pecado.
La Portada Románica en España (finales del S. XII)
Obra más importante, el Pórtico de la Gloria. Este pórtico marca la transición al gótico ya que sus figuras son más naturalistas, las posturas menos rígidas, las telas más naturales y los rostros más expresivos.
El Claustro: Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos
El Arte Gótico
El Arte Gótico es el estilo que imperó en Europa Occidental desde mediados del Siglo XII hasta comienzos del siglo XVI. El término Gótico nace en Italia en el Renacimiento. En el siglo XIX se revalorizó el arte gótico, se entusiasmó con el mundo medieval.
Etapas del Arte Gótico:
- Gótico inicial: Se produce en la segunda mitad del siglo XII, transición del románico al gótico, y de experimentación de las innovaciones arquitectónicas.
- Gótico clásico: Se da en el siglo XIII, en el surgen las catedrales góticas más puras.
- Gótico radiante: la obsesión por la altura y por aumentar el tamaño de los ventanales, produce un gótico más monumental a partir de finales del siglo XIII.
- Gótico flamígero: “estilo Reyes Católicos”.
El gótico coincide con la baja Edad Media.
El Renacimiento
El Renacimiento nació en Florencia en el siglo XV y luego se extendió a Europa. En el Renacimiento italiano hay 3 etapas:
- El Quattrocento: siglo XV, la capital artística fue Florencia.
- El Cinquecento: siglo XVI, la capitalidad artística pasó a Roma y el movimiento renacentista se extendió por Europa.
- El Manierismo: segunda mitad del siglo XVI, periodo que rompe con el clasicismo renacentista.
Tras la crisis bajo medieval se forman los estados modernos de Europa y nace el Renacimiento. En Italia surge una nueva mentalidad humanista, que se difunde gracias a la imprenta. Los artistas escribirán sus propios tratados donde intentan recuperar la cultura clásica y las ideas de Platón y volver al Antropocentrismo.
Surgirán nuevos mecenas del arte, junto a la Iglesia, demandarán arte la aristocracia, la burguesía, y las ciudades, porque es un símbolo de prestigio social. Los grandes mecenas italianos: los Médicis y los Pitti en Florencia, los Papas en Roma, competían por proteger y hacer encargos a los artistas más prestigiosos.
El Cinquecento: Escuela de Roma
En el siglo XVI, la capitalidad artística pasó a Roma, bajo el mecenazgo de los Papas.
Leonardo da Vinci (1452-1519)
Fue el creador del clasicismo renacentista, el más claro exponente del artista humanista, inventor, escultor, pintor e ingeniero. Estableció tres tipos de perspectiva: la línea, la menguante y la del color, con lo que puso las bases de la perspectiva aérea. Aplicó la técnica del sfumato del color dando la sensación de que las figuras emergen de la luz, lo que da a sus obras un aire poético de misterio. Consigue mediante expresiones, miradas y gestos, una perfecta unidad.
En Milán pintó la Virgen de las Rocas, y para el refectorio del convento de Santa María delle Grazie, la Santa Cena, una pintura monumental sobre muro muy mal conservada en parte porque el pintor utilizó el óleo. Con una composición muy equilibrada, gracias a la perspectiva lineal parece prolongar la sala real del refectorio. Los rostros y los gestos muestran la psicología de los personajes, sólo la figura de Jesús está serena.
En Florencia, pintó el retrato de la Gioconda.
Rafael (1483-1520)
Rafael, o de Urbino por su ciudad de origen, era el más joven de los tres. Desempeñó un doble papel: por un lado, fue el gran defensor del clasicismo, por otro supo unir la obra de Leonardo y Miguel Ángel, llegando en sus últimas obras al manierismo.
En Roma, consiguió importantes encargos bajo el mecenazgo de Julio II, para el que decoró las estancias de los Palacios Vaticano. La más destacada es la Estancia de la Signatura, donde presenta la unión entre el cristianismo y el mundo de la Antigüedad. La sala está decorada en techos y muros, donde pintó cuatro escenas siendo la más famosa La Escuela de Atenas. Esta obra supone la culminación perfecta de los avances pictóricos del Renacimiento. La escena está enmarcada en un monumental marco arquitectónico donde aplica la perspectiva lineal. El punto de fuga se sitúa entre los dos personajes centrales: Platón y Aristóteles. Las figuras, son majestuosas y monumentales, cada personaje parece expresar un estado de ánimo.
Miguel Ángel
Miguel Ángel, trasladó a la pintura los monumentales cuerpos de almas impetuosas, que consiguió en sus esculturas. Empleó violentos escorzos para darle movimiento a sus cuadros.
En Roma, por encargo de Julio II, pintó la Bóveda de la Capilla Sixtina, formado por unas trescientas cincuenta figuras, de tamaño mayor que el natural, llenas de energía, que ilustran la creación y el pecado del hombre, y como consecuencia, la necesidad de la Redención. Para separar las escenas utiliza elementos arquitectónicos fingidos.
Treinta años después, recibe el encargo de la decoración del muro del testero de la Capilla Sixtina en el que pinta El Juicio Final. El punto de apoyo de esta inmensa escena unitaria es la figura imponente de Cristo que levanta implacable el brazo con gesto justiciero. Todo un torbellino de personajes gravita en torno a Él. En el movimiento participan los elegidos, que ascienden al cielo en el lado izquierdo, y los condenados que se precipitan a la derecha. En la parte inferior, los muertos y la barca de Caronte. Todo el conjunto esta dotado de dramatismo manierista. Recientemente, la Capilla Sixtina ha sido restaurada y ha recobrado la fuerza y vivacidad del color original.
d del color original.