Lengua, dialecto y habla
La lengua es un sistema que utiliza una comunidad como vehículo de comunicación en un territorio determinado. Desde el punto de vista geográfico, las lenguas no son uniformes, sino que presentan variedades más o menos acusadas.
Dialectos son las variedades geográficas de una lengua:
- Desde el punto de vista lingüístico, las diferencias existentes entre los diversos dialectos de una lengua afectan sobre todo a la pronunciación, al léxico y a la gramática.
- Los dialectos no tienen una norma estable que determine el uso correcto. Se reserva a la lengua estándar, que sigue un modelo de comunicación para todos los hablantes.
- Los dialectos se emplean en el lenguaje oral y casi siempre en situaciones no formales. Carecen de una tradición literaria importante, excepto sus manifestaciones orales.
- Los rasgos que caracterizan los dialectos se interpretan como incorrecciones o vulgarismos.
Dentro de un mismo territorio se pueden diferenciar variedades que afectan a zonas muy restringidas, estas variedades se llaman hablas.
Dialectos y hablas meridionales
Todas las hablas del sur comparten:
- Neutralización de los sonidos S y Z, seseo (z como s) y ceceo (s como z).
- La relajación de S y Z en posición final de la sílaba, que varía la pronunciación:
- Aspiración de la consonante.
- Asimilación a la consonante siguiente.
- Pérdida de la consonante.
- Confusión de la R y L al final de sílaba.
A) Las hablas andaluzas
Rasgos más característicos: seseo, ceceo y pérdida de la D intervocálica. En la zona occidental se produce la aspiración de la H inicial en palabras que tenían en latín una F y el uso de ustedes en vez de vosotros. En la zona oriental, abertura de algunas vocales.
B) Canarias
El punto de partida del español canario y del americano es el andaluz (sevillano), por lo que tiene una pronunciación aspirada de la S final de sílaba y de la J castellana. Por ser archipiélago, ha servido de mediador entre el español andaluz y el americano. Por eso son tan frecuentes los americanismos en las hablas canarias. La importancia de Sevilla hizo aparecer en Canarias rasgos andaluces (seseo y ustedes).
C) Meridionales de transición
El extremeño y murciano son variedades del castellano que presentan rasgos del leonés y del aragonés.
- El extremeño destaca por la aspiración de la H inicial de algunas palabras que en latín empezaban por F. Pronunciación de la J como H. El extremeño presenta restos leoneses (diminutivo -INO).
- En el murciano destaca la existencia de seseo en algunos sitios y el sufijo -ICO debido a la influencia aragonesa.
Origen de la situación lingüística de España
Desde el siglo II a. C., en que la Península fue conquistada por Roma, sus habitantes fueron adoptando los usos, las ideas, las costumbres y la lengua de los conquistadores. Es lo que llamamos romanización, proceso de expansión del latín por la mayor parte de la península, e hizo desaparecer las lenguas autóctonas prerromanas, excepto el vasco, como única que logró pervivir.
Los pueblos germánicos deshicieron la frágil unidad política del Imperio Romano. El latín que se hablaba en el Imperio sufrió entonces un proceso de fragmentación que dio lugar a la aparición en el sur de Europa de nuevas lenguas (neolatinas, románicas y romances).
Podemos decir que la mayoría de la península en el momento de la invasión musulmana (711) se podía considerar romanizada. El latín hablado se había diferenciado del latín escrito y culto tanto que la mayoría de la población, que no sabía leer ni escribir, no era capaz de entenderlo en situaciones formales. Ese latín hablado se había convertido ya en el romance, es decir, en una lengua distinta del latín literario y culto.
El romance se fue fragmentando en distintas lenguas: gallego-portugués, astur-leonés, castellano, riojano, navarro-aragonés y catalán. En el sur de la península, los cristianos que estaban en territorios musulmanes seguían hablando dialectos mozárabes.
El proceso de conquista de Al-Ándalus por los reinos cristianos originó la expansión lingüística del gallego-portugués por el oeste, del castellano por el centro y el catalán por el este. El astur-leonés, el riojano y el navarro-aragonés se vieron frenados por la difusión del castellano. Las hablas mozárabes fueron desapareciendo y el gallego-portugués se separó en el siglo XV.
Características del registro coloquial
Término para calificar el registro caracterizado por el empleo espontáneo de la lengua a través del medio oral.
- Espontaneidad: La falta de planificación propia del registro coloquial le da una espontaneidad y una dependencia de la situación comunicativa que afecta a los contenidos y a su organización.
- Expresividad: El hablante suele implicarse en el mensaje e incluir numerosos elementos subjetivos y valorativos.
- Eficacia: El hablante busca la forma más rápida y eficaz de expresarse, eliminando lo que considere menos importante y dando más precisión a lo importante.
Rasgos lingüísticos del registro coloquial
Afectan a las oraciones:
- Escasa complejidad sintáctica (frases cortas con pocos elementos de conexión).
- Primacia de la expresión sobre el orden sintáctico (en primer lugar, lo más importante de la información).
- Uso de procedimientos lingüísticos para regular el desarrollo de la conversación (iniciar o cerrar la conversación), interrogaciones retóricas e imperativo sin valor.
- Frecuentes interrupciones, suspensiones, repeticiones o reelaboraciones (retrasan el progreso de la información).
Afectan a las palabras:
- Restricciones en el léxico (vocabulario muy limitado y de carácter genérico, los términos son sustituidos por explicaciones).
- Un vocabulario muy expresivo (empleo de frases hechas, términos de argot e interjecciones, especialmente en el oral).
- Numerosos apelativos y referencias al interlocutor.
- Empleo de procedimientos expresivos de intensificación, ponderación valorativa y atenuación (morfológicos, sintácticos y léxicos).