Escultura del Renacimiento italiano
El Quattrocento
La escultura renacentista italiana se inició en Florencia con las obras de Ghiberti y Donatello. Si durante el Trecento las capitales del arte fueron Siena y Pisa, durante el Quattrocento lo fue Florencia.
Un ejemplo de escultura renacentista es la Puerta del Paraíso del Baptisterio de Florencia, cuyas escenas tienen la misma perspectiva geométrica que utilizaban los pintores, con gradación en los relieves.
Desde un punto de vista formal, la escultura del Quattrocento se caracteriza por:
- La proporcionalidad, retomando el contrapposto y las piernas abiertas al compás, características que se ven en el David de Donatello.
- Temas bíblicos, aunque se añaden con fuerza los desnudos, que suponen la recuperación escultórica clásica.
Ejemplos de escultura ecuestre son el Monumento a Gattamelata de Donatello. En escultura también son importantes los monumentos funerarios y las cantorias, destacando la Tumba de Inocencio VIII de Pollaiolo y las Cantorias de Donatello.
Los materiales utilizados son el mármol y el bronce.
El Cinquecento
La escultura del siglo XVI continuó con el interés del Quattrocento por el naturalismo y el hombre. Se aprecia un predominio de las líneas curvas, que recuerdan a la escultura griega, y la utilización de la forma serpentina.
La escultura del Cinquecento supone la utilización de un solo material. Miguel Ángel defiende el punto de vista frontal, como se ve en los esclavos que esculpió para la Tumba de Julio II. Entre sus obras más destacadas están la Piedad Vaticana, el David y el Moisés de la tumba de Julio II.
El manierista Giambologna utiliza diversos bloques, es decir, multifacilidad. Cellini dice que la escultura es mejor que la pintura por tener diversos puntos de vista.
Influencia italiana en España
En el siglo XVI los escultores españoles tomaron como modelos a Donatello y Miguel Ángel. Bartolomé Ordóñez fue seguidor de Donatello, como se aprecia en obras como el Trascoro de la Catedral de Barcelona.
Pintura del Renacimiento italiano
El verdadero introductor de la pintura renacentista es el florentino Masaccio, con una actitud opuesta a la tradición gótica.
La Trinidad de Masaccio recoge las leyes de la perspectiva matemática, que anticipa soluciones arquitectónicas.
Los cuerpos y rostros son cada vez más realistas. Los pintores tienen gran interés por la naturaleza y el paisaje, por el volumen y la perspectiva, y por los vestidos, que tienen más elegancia. Todo esto es clásico, por lo que se empieza a dar importancia a la armonía, a veces de manera geométrica y otras triangular.
La temática suele ser de temas paganos. Exteriormente se da importancia al dibujo, la profundidad y el encuadre de las figuras.
Las técnicas más utilizadas son el temple, el fresco y el óleo.
Pintura florentina
Aunque la escuela florentina se convirtió en la iniciadora del nuevo estilo, pronto aparecieron escuelas en las diferentes repúblicas de la península italiana. Piero della Francesca trabajó en Urbino y pintó en la Iglesia de San Francisco de Arezzo.
Las escuelas del norte
Estas escuelas se encontraban en Venecia, Padua y Ferrara, influidas por Van der Weyden. En Venecia destaca Bellini y en Ferrara, Tura. Antonello da Messina fue el introductor de la pintura al óleo. Finalmente, a finales de siglo, la Roma papal se convirtió en el centro de arte, donde trabajaron diversos artistas.
El Cinquecento
En este período, en pintura se consolidan algunas técnicas como el óleo y nuevos soportes como la tela. Se utiliza el claroscuro para definir el contorno.
Leonardo da Vinci introdujo el sfumato y la perspectiva aérea. Miguel Ángel acentuó el concepto de terribilità en la Capilla Sixtina.
Roma sustituye a Florencia como capital artística, pero por el Saqueo de Roma resurgen muchos artistas en Florencia, como los manieristas.
En Venecia surge una escuela pictórica cuyas características son:
- Pérdida de los contornos del dibujo.
- Exaltación de la riqueza. Las pinturas se enmarcan en ambientes palaciegos.
- Valoración del paisaje y utilización de la arquitectura clasicista.
- Distorsión de las figuras.
- Ruptura de la simetría renacentista y utilización de perspectivas con punto de fuga fuera del cuadro.
El Renacimiento nórdico
Hay que destacar las escuelas alemana y flamenca. La primera se introduce con Durero, pintor y grabador. Flandes inicia con Brueghel un tipo de pintura no exenta de contenidos morales y tiene en Patinir un experto del paisaje.
La pintura renacentista en España
España introduce un nuevo lenguaje renacentista a partir del siglo XVI, tomando como modelo el estilo italiano y flamenco.
La pintura flamenca se introduce con la llegada de artistas flamencos, entre los que destaca Pedro de Campaña. La pintura italiana se conoce con la llegada de artistas forasteros en Italia. El centro más importante es Venecia, con pintores como Fernando Llanos. En Castilla destacan Juan de Borgoña y Pedro Berruguete.
El Greco
El Greco nace en Creta. En Roma se ve influenciado por Miguel Ángel y Tintoretto. Más tarde, en Toledo, intenta formar parte del grupo de pintores de Felipe II sin éxito, aunque realiza obras como la Alegoría de la Liga Santa. Fue en Toledo donde se encumbró su obra gracias a trabajos como El entierro del conde de Orgaz.
Su obra pictórica se caracteriza por figuras de canon alargado y con formas helicoidales, tendencia a los colores fríos y temáticas variadas, destacando retratos, paisajes de Toledo, etc.