La Primera Guerra Mundial de 1914 supuso el derrumbe de la Europa liberal. Aunque España se mantuvo neutral, se vivieron años de gran tensión social, agravados por la inestabilidad durante el reinado de Alfonso XIII. El golpe de estado de Primo de Rivera (1923) puso fin a la Restauración e impulsó un intento de rumbo autoritario.
El Novecentismo o Generación del 14
En el contexto de la Gran Guerra, se dan a conocer un grupo de intelectuales que manifestaron un nuevo modo de enfrentar la realidad española. José Ortega y Gasset fundó La Revista de Occidente y con ella lidera la renovación. Esta corriente se denominó Novecentismo o Generación del 14, esta se planteaba la superación de lo decimonónico y la adopción de una actitud racional y disciplinada referente a la actividad intelectual, política y artística.
Forman parte de esta tendencia, intelectuales como Manuel Azaña o Gregorio Marañón; narradores como Gabriel Miró o Ramón Pérez de Ayala, y poetas como Juan Ramón Jiménez. Entre sus rasgos comunes estaban el rigor intelectual, la tendencia del arte “puro”, el cuidado en la elaboración de la palabra, un estilo muy trabajado junto con un tono menos vehemente que el de los autores del 98 y la reflexión sobre el atraso de España y la necesidad de su acercamiento a Europa.
Principales figuras del Novecentismo
- José Ortega y Gasset: Ensayista. Sus ensayos defienden una visión vital como instrumento para entender la existencia. Reflexiona sobre la sociedad contemporánea como en España invertebrada (1921) y lo sentimental como en La deshumanización del arte (1925).
- Ramón Pérez de Ayala: Novelista que convierte sus narraciones en instrumentos didácticos de denuncia de males de la sociedad española: del caciquismo, La vida española (1916); de la enseñanza en centros religiosos o la falta de educación sexual de los jóvenes o el viejo concepto de honra como Tigre Juan (1926).
- Gabriel Miró: Prosista que funde la narración con la lírica, en novelas como Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso. Su estética no distaba mucho de la modernista.
- Juan Ramón Jiménez: Destacado poeta. Empezó en las filas del modernismo con obras como Arias Tristes, y evolucionó hasta dar con un nuevo modo de concebir la creación al que llamó “poesía pura”. Dos de sus obras son: Diario de un poeta recién casado y Eternidades, en estas, haciendo uso de una lengua austera, creaba una poesía que guiaba hasta el conocimiento. En sus últimos años de vida sintió haber alcanzado algo de ese absoluto que perseguía, y lo plasmó en creaciones muy próximas a la mística a las que dio el nombre de “poesía suficiente”, en obras como Animal de fondo.
Las Vanguardias
A principios del siglo XX, por un violento afán de renovación, se sucedieron y superpusieron un conjunto de pequeños movimientos que compartían un impulso de ruptura y una actitud provocadora: se les llamó, vanguardias. Sus autores plasmaban sus pensamientos estéticos en breves escritos a los que llamaron “manifiestos”.
Principales movimientos vanguardistas:
- Futurismo: Fundado por Marinetti, movimiento que propugnaba una visión múltiple de la realidad.
- Expresionismo: Intentaba reflejar la realidad social de la época utilizando procesos deformantes y caricaturescos, destaca Franz Kafka.
- Cubismo: Del que se aprecian los Caligramas o poemas en los que el texto forma dibujos que reflejan su significado, destaca Apollinaire.
- Dadaísmo: Nació con Tristan Tzara con el objetivo de atentar contra el pensamiento. Renunció al significado y al uso de un lenguaje incoherente.
- Creacionismo: Fundado por Vicente Huidobro, que aspiraba a crear una realidad propia dentro del texto, independientemente del mundo real.
El Surrealismo
El surrealismo, surgido en París, fue la vanguardia de mayor influencia. El surrealismo supo trazar una teoría más sólida y ejercer un influjo más amplio. Se inspira en las teorías psicoanalíticas para intentar reflejar el funcionamiento del subconsciente, dejando de lado cualquier tipo de control racional. La escritura automática fue la más utilizada y dio lugar a obras de aparente incoherencia. Destaca Bretón, quien a partir de 1929 impulsó la unión de surrealismo y comunismo. En España, su difusor fue Ramón Gómez de la Serna, del que destaca su poder de creación de imágenes partiendo de lo más cotidiano. Con esto inventó un nuevo género, la greguería.
El surrealismo tuvo una posterior influencia sobre poetas de la Generación del 27: Federico García Lorca, en Poeta en Nueva York; Luis Cernuda, en Los placeres prohibidos o Vicente Aleixandre en España como labios.