El objetivo de Descartes era unificar todas las ciencias en una sola, mediante un método basado en las matemáticas, de forma que se llegase a la verdad y no hubiera errores ni dudas. Para ello, parte dudando de todo lo que cree conocer a través de su llamada duda metódica. No se le puede considerar escéptico por este hecho, ya que duda de todo con la finalidad de encontrar una primera verdad indudable.
La Duda Metódica
Distintos motivos llevan a Descartes a utilizar su duda metódica:
- La falacia de los sentidos. Si estos nos han engañado alguna vez no podemos estar seguros de que no nos estén engañando siempre. Por tanto, es dubitable.
- Duda de los razonamientos. Si nos equivocamos alguna vez, sería posible que nos equivoquemos siempre y pensemos que razonamos de un modo correcto, cuando en realidad vivimos en el error permanente.
- La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia. Al despertar es cuando reconozco el sueño como sueño, no mientras sueño. Por eso, existe la posibilidad de que todos los pensamientos del estado de vigilia sean en realidad sueños que no reconozcamos como tales.
- La hipótesis del genio maligno. Si existiera un genio que se empeña en inducir a error cuando creo alcanzar la verdad, no podríamos estar seguros de nada, por más que nuestra mente nos dijera que algo era totalmente seguro.
La duda llevada hasta este extremo parece abocar irremisiblemente al escepticismo. Sin embargo, Descartes encuentra una verdad indudable: la existencia del yo pensante. Puedo dudar de todo, pero de lo que no es posible dudar es de que soy un sujeto que piensa, porque, al dudar, es cierto que pienso. Tenemos ya una verdad absolutamente cierta, pero esta existencia indubitable del yo no parece implicar la existencia de ninguna otra realidad.
Tipos de Ideas
A Descartes no le queda más remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de tres tipos de ideas:
- Ideas adventicias: aquellas que vienen de fuera de nosotros captadas por los sentidos.
- Ideas facticias: las que creamos nosotros combinando las anteriores.
- Ideas innatas: son aquellas que, por su naturaleza, no pueden ser percibidas ni creadas; surgen de la propia facultad de pensar. Son unas ideas que nuestra mente capta y ha de aceptar necesariamente.
La Existencia de Dios
Descartes trata de demostrar que Dios existe mediante tres argumentos:
- La idea innata de perfección: si yo no soy perfecto, pero tengo la idea innata de perfección, esta no puede venir de mí, pues lo perfecto no puede provenir de lo imperfecto, sino de un ser perfecto, que no soy yo. Este ser perfecto que implanta en mí la idea de perfección es Dios.
- La causa de mi propia existencia finita: yo me reconozco un ser finito e imperfecto, incapaz de ser la causa de mi propio ser. Si yo fuera la causa de mí mismo, me habría dotado de las perfecciones que concibo y atribuyo a Dios. Ha debido, crearme un ser que tiene dichas perfecciones. No sería posible que mi naturaleza fuera imperfecta y finita pero dotada de la idea de lo infinito si el ser infinito no existiera.
- Argumento ontológico: la esencia de Dios es inseparable de su gran propiedad: la existencia. A este ser perfecto no le puede faltar una perfección como es la existencia.
Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe. Así pues, la existencia del mundo es demostrada por Descartes a partir de la existencia de Dios.
Los Ámbitos de la Realidad
Así, Descartes distingue tres ámbitos de la realidad:
- Dios o sustancia infinita.
- Yo o sustancia pensante.
- Materia o sustancia extensa.
El Mecanicismo y el Dualismo
Descartes, partiendo de las cualidades primarias de la materia, establece una explicación mecanicista del mundo, donde concibe la naturaleza como una máquina regida por leyes necesarias. Así insiste en afirmar la distinta naturaleza del cuerpo y del alma, para sustraer al alma del cumplimiento de las leyes necesarias y salvaguardar su libertad. Aún así, Descartes creyó que había un punto de unión entre ambas sustancias situado en el cerebro, concretamente en la glándula pineal. Hoy en día, este dato se reconoce como erróneo.
Ideas Principales en la Obra de Descartes
- La prudencia metodológica
- La formación del método: influenciado por la lógica y las matemáticas
- Las reglas del método
- La claridad del método en las matemáticas
- Fecundidad del método y unidad de la razón
- El método y los principios de la filosofía
- La duda metódica
- El “yo pienso” como el primer principio
- El “yo pienso” como sustancia pensante
- La evidencia como criterio de verdad
- La demostración de la existencia de Dios basada en el principio de causalidad