Historia de la España Medieval: De la Hispania Romana al Reino Nazarí de Granada

La Hispania Romana y la Monarquía Visigoda

Hispania era el nombre que los romanos dieron a la península ibérica. Tras la Segunda Guerra Púnica (siglo II a. C.), los romanos ocuparon el levante y el sur de la península, que se convirtieron en las provincias Hispania Citerior (costa este) e Hispania Ulterior (sur). Augusto, en el 27 a. C., dividió la Ulterior en Lusitania y a la Citerior la llamó Tarraconensis. La ciudad era la célula base de la administración territorial romana.

Durante el siglo IV, los emperadores Diocleciano y Constantino dividieron Hispania en Baetica, Lusitania, Carthaginensis, Gallaecia, Tarraconensis y Balearica. La población hispana asimiló el modo de vida romano: lengua, derecho, costumbres, urbanismo, religión… La romanización no fue homogénea, se intensificó a partir del siglo I a. C.

Organización económica y social de la Hispania Romana

Roma impuso sus estructuras económicas basadas en el latifundio, la propiedad privada, la moneda, etc. La estructura social la componían:

  • Senadores y caballeros.
  • Burguesía de comerciantes y terratenientes.
  • Mayoría de artesanos y campesinos.
  • Esclavos (sin derechos).

La base económica continuó siendo la agricultura y la ganadería con el barbecho, el regadío y el uso de animales de tiro. La artesanía y el comercio se desarrollaron intensamente en las ciudades. Se comerciaba con todo el Imperio romano.

Las ciudades hispanorromanas

Las ciudades se convirtieron en el centro administrativo, jurídico, político y económico. Estaban gobernadas por la oligarquía local. Una red de calzadas las comunicaba con el resto del Imperio. Aparecieron intelectuales hispanos como Séneca, Quintiliano, Marcial y los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio.

Crisis del siglo III y llegada de los pueblos bárbaros

A partir del siglo III, el Imperio romano recibió menos ingresos por la concesión universal de la ciudadanía y la ausencia de nuevas conquistas. Los saqueos de francos y alamanes en el 260 hundieron la economía y la vida urbana. Hispania se ruralizó. Las ciudades se amurallaron. En el siglo V, los bárbaros depusieron al último emperador en Roma.

A partir del siglo V, diversos pueblos penetraron en la península ibérica. Después del hundimiento del Imperio romano, los visigodos formaron un reino independiente. En el año 409, suevos, vándalos y alanos atacaron Hispania. Para controlar esta situación, el Imperio romano convirtió a los visigodos en federados y los autorizó a asentarse en el sur de la Galia e Hispania.

El Reino Visigodo

Entre el 416 y 476, los visigodos expulsaron a vándalos y alanos de Hispania. A los suevos los relegaron a Galicia. En el 476, con la desaparición del Imperio romano de Occidente, los visigodos se transformaron en un reino independiente entre los ríos Loira y Tajo. En el 507, son derrotados en Vouillé por los francos, que los expulsaron de la Galia. Los visigodos se refugiaron en Hispania, fijando su capital en Toledo.

Los visigodos se fueron romanizando: adoptaron el latín y el cristianismo. La monarquía visigoda fue unificando la Península Ibérica. Leovigildo, de religión cristiana arriana, y su hijo Recaredo, católico, expulsaron a los bizantinos que se habían instalado en el levante. También vencieron a los suevos y conquistaron Galicia. Transformaron una monarquía electiva en otra hereditaria.

Organización del Reino Visigodo

Para gobernar, el rey se apoyaba en un órgano asesor, el Aula Regia, y en unas asambleas eclesiásticas, políticas y jurídicas, los Concilios de Toledo. Leovigildo equiparó a hispanorromanos y visigodos, derogando la ley que prohibía los matrimonios mixtos. Desde 589, Recaredo los igualó en religión, convirtiéndose al catolicismo. Recesvinto, con el Liber Iudiciorum, hizo una ley común para todos.

Economía y sociedad visigoda

Las invasiones hundieron el comercio y la artesanía, que controlaban judíos y sirios. La economía se ruralizó. Los visigodos se quedaron con dos tercios de las tierras, despojando a los colonos que las trabajaban. Con ellas se pagaban los cargos públicos. Los esclavos fueron desapareciendo, equiparándose con los colonos y transformándose ambos en siervos. A mediados del siglo VII, la crisis por la dificultad para cobrar tributos era frecuente y las guerras civiles eran habituales.

Al-Andalus y sus principales etapas

En el año 711, un ejército de bereberes al mando de Tariq cruzó el estrecho de Gibraltar derrotando al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Mezclaron su habilidad política con la destreza militar, donde usaban la caballería, y dominaron la Península a la que llamaron Al-Andalus.

Emirato dependiente de Damasco

Al-Andalus fue gobernado por un valí. La nobleza visigoda conservó parte de sus tierras a cambio de pagar tributos.

Emirato independiente

Abderramán I, superviviente del golpe de estado del 750 en Damasco, proclamó el Emirato independiente en el 756.

Califato de Córdoba

Abderramán III consiguió la independencia religiosa al proclamarse califa en el 929. Destacaron su hijo Al-Hakam II y Almanzor, que ejerció el poder en nombre del califa Hisham II. Almanzor trasladó la administración a un palacio en Medina Azahara y convirtió el califato en una dictadura militar que atacaba a los núcleos cristianos del norte, con un ejército integrado por bereberes y mercenarios cristianos eslavos. Los reinos cristianos utilizaron las rivalidades entre musulmanes para intervenir, exigirles el pago de parias y conquistarlos poco a poco.

Reinos de Taifas

En 1031, el Califato de Córdoba se descompuso en multitud de pequeños reinos independientes llamados Taifas.

Imperio almorávide

En 1085, cayó el reino taifa de Toledo, conquistado por Alfonso VI. Los reyes de Sevilla, Granada y Badajoz pidieron ayuda a los almorávides, musulmanes ultraortodoxos que habían creado un imperio en el norte de África. Los almorávides unificaron los reinos de taifas y los unieron a su imperio. Derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086), frenando el avance cristiano.

Segundos reinos de taifas

Al desaparecer los almorávides, reapareció la división de Al-Andalus en reinos de Taifas.

Imperio almohade

Los almohades procedían del norte de África. Después de unificar las taifas, convirtieron a Sevilla en su capital. Fueron derrotados por los cristianos en las Navas de Tolosa en 1212, lo que supuso su fin.

Terceros reinos de taifas y Reino Nazarí de Granada

Cuando se retiraron los almohades, se formaron otras taifas que los cristianos fueron conquistando. El reino nazarí de Granada fue el último reino taifa. Perduró por su situación geográfica y sus relaciones con los reyes castellanos. Finalmente, fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492.

Organización de Al-Andalus

Al-Andalus era un estado centralizado donde el califa unía el poder espiritual y temporal y se ayudaba para la administración de un hayib (primer ministro). Nombraba a los valíes (gobernadores) y a los cadíes (jueces). Un potente ejército, dirigido por mandos árabes, acampaba a las afueras de Córdoba.

Economía y sociedad andalusí

Se desarrollaron la agricultura, el comercio y las ciudades. En agricultura, recuperaron las técnicas romanas y desarrollaron el regadío. Las ciudades desarrollaron una artesanía de tejido, cuero, cerámica, orfebrería… para el mercado interior y para un importante comercio exterior. Importaban esclavos y materias primas, exportaban productos manufacturados de lujo. La moneda era la base del comercio. Córdoba era la ciudad más importante.

La religión oficial era la islámica, pero convivían con ellos judíos y cristianos que pagaban todos los impuestos, mientras los musulmanes solo pagaban la limosna. Los cristianos eran llamados mozárabes. La mayoría islámica estaba dividida en etnias: los árabes, que se quedaron con las mejores tierras; los bereberes, que recibieron las peores tierras; y los muladíes, que eran los hispanogodos convertidos al islam. Destacaron en medicina, astronomía, matemáticas…

El reino taifa de Toledo

Toledo era la capital de la provincia que constituía la Marca Media durante el califato. Aquí se establecieron grupos de bereberes que recibieron tierras de la Mancha. Se rebelaron en Toledo, Cuenca y Guadalajara mostrando su descontento con el reparto. Los gobernantes de Toledo se rebelaban a veces contra Córdoba pidiendo ayuda a los reinos cristianos. Al-Zahir, visir de origen bereber, proclamó la independencia a la caída del califato. Su hijo Al-Mamún pagó parias a Castilla, que le apoyó contra el reino taifa de Zaragoza. Contuvo al reino taifa de Badajoz y conquistó el de Valencia. Al-Mamún tomó Córdoba en 1075, pero murió asesinado poco después. Su nieto Al-Qadir fue depuesto por el rey de Badajoz. El rey castellano-leonés Alfonso VI le devolvió el trono. Se pactó que Castilla ocuparía Toledo y Al-Qadir, Valencia. Alfonso VI tomó Toledo en 1085.

Los reinos cristianos de la Reconquista

La Reconquista es el proceso de ocupación de la península ibérica por los cristianos entre los siglos VIII y XV.

Reino de Asturias-León

Los musulmanes no llegaron a controlar la cordillera Cantábrica. Don Pelayo derrotó a los musulmanes en Covadonga (722). Sus sucesores, Alfonso I y Alfonso II, crearon el reino de Asturias, con capital en Oviedo. Alfonso III lo extendió hasta el Duero. Con Ordoño II, la capital se trasladó a León y el reino se transformó en el reino de León, abarcando Asturias, Galicia y León. En las tierras del este de la meseta, con castillos, se creó el condado de Castilla. El conde Fernán González se declaró independiente de León en el siglo X.

Los condados pirenaicos

El emperador franco Carlomagno creó una franja fortificada al sur de los Pirineos para protegerse de los musulmanes. Esta estaba dividida en condados: navarros, aragoneses y catalanes. Navarros y aragoneses se independizaron de los francos. En el 817, se creó el condado de Aragón y en el 830, el reino de Pamplona. Wifredo el Velloso reunió los principales condados catalanes, aunque se mantuvo como vasallo del rey de los francos. El conde Borrell II se independizó en el 988.

Reino de Navarra

Sancho III el Mayor (1004-1035) llegó a anexionarse los condados de Castilla, Aragón y Sobrarbe. Tras su muerte, el rey dividió sus posesiones entre sus hijos: Ramiro I se proclamó rey de Aragón, Fernando I rey de Castilla y García Sánchez III rey de Navarra.

Reino de Castilla y León

Fernando I unió Castilla y León en 1037. Posteriormente se dividiría en varias ocasiones hasta que en 1230, con Fernando III el Santo, se llevó a cabo la unificación definitiva.

Reino de Portugal

Portugal se independizó en 1128 de la mano de Alfonso Henriques.

Corona de Aragón

La Corona de Aragón surgió en 1137 con la unión de Aragón con el condado de Barcelona a través del matrimonio de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV de Barcelona.

La expansión territorial hacia el sur

El siglo XI marca el verdadero comienzo de la Reconquista. El califato se desmembró en reinos taifas, mientras que los territorios cristianos tomaban la iniciativa militar. Culmina la conquista del valle del Tajo: Alfonso VI conquista el reino de Toledo en 1085 y el valle del Ebro. La debilidad de los reinos taifas les llevó a buscar la protección de un reino cristiano.

La conquista de Toledo provocó que los musulmanes solicitaran la ayuda de los almorávides, que derrotaron a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas (1086). Durante la segunda mitad del siglo XII, los almohades unificaron los territorios andalusíes, frenando el avance cristiano en Alarcos (1195). Un ejército combinado de castellanos, navarros y aragoneses derrotaron en las Navas de Tolosa (1212) a los almohades.

El avance conquistador más rápido lo protagonizaron catalanes y aragoneses unidos en el reino de Jaime I el Conquistador, que se anexionó Mallorca y terminó la conquista del reino de Valencia. En la zona occidental, los portugueses llegaron a Faro, al sur de Portugal, en 1249. Los castellanos y leoneses conquistaron Extremadura y Sevilla. Alfonso X el Sabio culminó la conquista de Andalucía e incorporó el reino de Murcia. Hasta las campañas contra el reino nazarí de Granada en 1484, la frontera entre cristianos y musulmanes se mantuvo casi intacta. La conquista de este reino se concluyó en 1492.

Repoblación

La expansión militar de los reinos cristianos trajo un movimiento repoblador. En la Marca Hispánica dominó el sistema de la aprisio: la propiedad era para el que la roturase. En el valle del Ebro se constituyeron grandes dominios nobiliarios cultivados por mudéjares y en Valencia y Murcia prevaleció el sistema de repartimiento a los que hubieran participado en su conquista. En Castilla, en el valle del Duero, se hizo por la presura, similar a la aprisio. Entre los valles del Duero y del Tajo, los concejos repartían tierras entre campesinos libres. Entre el Tajo y el Guadiana, la repoblación la realizaron las órdenes militares: los colonos tenían el uso de la tierra, pero no la propiedad. En el valle del Guadalquivir se hizo por repartimientos, dando origen a los grandes patrimonios territoriales de la nobleza.