Romanticismo: características, etapas, autores y obras

La Revolución Romántica, que surge a mediados del siglo XVIII, trajo consigo una nueva perspectiva artística en la que las emociones y la intimidad del autor cobran mayor importancia que el análisis racional de la realidad.

Características generales del Romanticismo

Esta nueva forma de entender la literatura se cristaliza en una serie de rasgos que configuran lo que se entiende por Romanticismo:

  • Individualismo: Se piensa que la realidad auténtica está en el propio espíritu.
  • Nacionalismo: La expansión de las ideas revolucionarias y la reacción ante la invasión napoleónica alientan la independencia y la búsqueda de elementos característicos de cada nación.
  • Búsqueda del absoluto: El artista romántico aspira a alcanzar el absoluto, es decir, lo eterno.
  • Función del artista: El arte se entiende como una forma de conocimiento y el creador es un ser favorecido por un don sobrenatural.
  • Libertad: Para los románticos, el principal valor de la condición humana es la libertad personal. En el terreno político, este sentimiento se identifica con el liberalismo.
  • Rebeldía: La insatisfacción ante una realidad que coarta la libertad engendra la rebeldía.
  • Evasión: El artista huye de la realidad y escapa hacia mundos creados por su imaginación.
  • Estilo: La literatura romántica se caracterizó por una renovación estilística que se resume en el desarrollo de los elementos narrativos.

Etapas y tendencias del Romanticismo

La literatura romántica se extiende desde mediados del siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XIX. En este periodo es conveniente diferenciar tres etapas:

  • Prerromanticismo: Abarca desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la aparición de Goethe y la explosión revolucionaria francesa. La Ilustración se centra en el análisis de la realidad y en la propuesta de mejoras desde posturas racionales.
  • Romanticismo pleno: Movimiento que domina la literatura occidental hasta mediados del siglo XIX. El autor alemán Goethe no es todavía un auténtico romántico, pero muchos elementos de su obra y personalidad se convierten en modelo para los artistas que surgen en el siglo XIX. Los escritores proceden en su mayoría de la burguesía y se manifiestan partidarios de la Revolución Francesa y sus ideas liberales. Sin embargo, el terror de la época de Robespierre siembra el miedo en una parte de estos autores, dando lugar a dos tendencias:
    • Romanticismo conservador: Sigue muchos de los rasgos ya señalados pero no llega a una rebeldía absoluta y limita la defensa de la libertad individual.
    • Romanticismo liberal o progresista: Defiende los principios democráticos y manifiesta su oposición abierta al recorte de las libertades. Es la tendencia que representa la idea de rebeldía e individualismo.
  • Posromanticismo: Un buen número de escritores continuarán la exploración de los sentimientos humanos y la negación del valor de lo real en lo que se ha llamado Posromanticismo. Se trata de una pervivencia que afecta a los aspectos formales y a la actitud conservadora.

La lírica alemana

El desarrollo de la poesía alemana atraviesa tres momentos asociados con tres generaciones románticas:

  • Sturm und Drang: Se sitúa en la segunda mitad del siglo XVIII e inicia el Romanticismo. Se caracteriza por la escenografía tormentosa, nocturna y macabra que quiere reflejar el desajuste espiritual que sufren los poetas.
  • Holderlin y Novalis: La obra lírica de Friedrich Hölderlin pasa por dos etapas: la de juventud, dominada por las odas, escritas en versos cortos y caracterizadas por la serenidad emocional; y la segunda etapa, que corresponde a la reedición de sus largas elegías en verso, llenas de complejidad y recursos retóricos, en las que intenta trasladar las estrofas y versos de la Grecia clásica. Su poesía se ocupa de tres temas principales: la realidad contemporánea que provoca el dolor del poeta, la creación poética y el hombre abandonado por Dios que debe enfrentarse solo a su destino. Novalis es el autor de una única obra lírica, Himnos a la noche, poemario escrito a raíz de la muerte prematura de su amada, en el que solo se desarrolla un tema: la ausencia de la amada y el deseo de reencontrarse con ella.
  • Heinrich Heine: Su obra se caracteriza por la imitación de las formas de la poesía popular. Desde el punto de vista temático, su poesía oscila entre la sátira social y política.

La lírica inglesa

Arranca con el descubrimiento de los poemas de Ossian y la discusión en torno a su significado. Pero es el poeta y grabador William Blake quien representa la llegada de los nuevos tiempos. La poesía de este autor se centra en tres asuntos principales: la exposición de las visiones proféticas y religiosas, que abren la puerta a la exploración del mundo de los sueños y el inconsciente; el ataque al racionalismo y materialismo desmesurado; y la denuncia de la industrialización y sus efectos devastadores que destruyen la naturaleza y al hombre. La obra puramente lírica de Blake se concentra en dos libros escritos en paralelo: Cantos de inocencia, que ofrece una visión positiva del estado primitivo del hombre, y Cantos de experiencia, que muestra la corrupción del ser humano.

Las baladas líricas de Wordsworth se inspiran en situaciones de la vida cotidiana, expresadas con un lenguaje común. En sus textos muestra el rechazo de la herencia del racionalismo.

Los llamados “poetas satánicos”, Lord Byron y Percy B. Shelley, representan más con sus vidas que con sus obras la más clara expresión del Romanticismo. Personifican la rebeldía absoluta. En la poesía de Lord Byron predomina el largo poema narrativo protagonizado por personajes rebeldes que defienden su libertad política y moral por encima de todo. Percy B. Shelley sigue la misma línea de rebeldía y defensa de la libertad en lo social y lo amoroso. Entre sus obras merece destacarse Prometeo desencadenado, con un titán enfrentado a los dioses para favorecer a la humanidad.

John Keats cierra la evolución de la lírica romántica inglesa. Aunque es contemporáneo de Byron y Shelley y está vinculado a ellos por la amistad, su forma de entender la poesía es diferente. Piensa que el autor debe desaparecer del poema y que la poesía debe comunicar sensaciones, no las pasiones.

La Segunda República Española (1931-1939)

14.3 Proclamación de la Segunda República

Tras las elecciones municipales del 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República en España. La situación internacional estaba marcada por la crisis económica de 1929, la crisis de la democracia en varios países europeos y el ascenso de los fascismos y del comunismo. Ante el triunfo de los republicanos, Alfonso XIII se exilió en Italia.

La Segunda República contaba con el apoyo de la mayoría de intelectuales, las clases medias y gran parte del movimiento obrero. Sin embargo, los grupos económicos más poderosos y los pequeños propietarios campesinos desconfiaban de la República. El Comité Revolucionario creado en el Pacto de San Sebastián (1930) se convirtió en el primer gobierno provisional de la República, formado por republicanos conservadores, republicanos de izquierdas, republicanos radicales, socialistas, nacionalistas catalanes y gallegos.

Los primeros decretos aprobados durante la República reconocieron amplios derechos individuales, se proclamó una amnistía y se sentaron las bases de las reformas agraria, militar y educativa. Sin embargo, la crisis económica provocó los primeros problemas de la República. El conflicto que más daño causó a la República fue el enfrentamiento con los sectores más reaccionarios de la Iglesia, encabezados por el Cardenal Segura. La imagen de la República quedó deteriorada. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1931, en las que obtuvieron la mayoría los socialistas y republicanos de izquierdas.

14.4 Elecciones de noviembre de 1933 y gobierno de Lerroux

Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la mayoría a los partidos de centro derecha: la CEDA, de José María Gil Robles, y el Partido Radical de Lerroux. El presidente de la República, Alcalá-Zamora, encargó el gobierno a Lerroux, que contó con el apoyo de la CEDA.

El gobierno de Lerroux llevó a cabo una política de paralización de las reformas del bienio anterior: paralizó la reforma agraria, devolviendo las tierras a los antiguos propietarios y dejando a los campesinos sin nada; volvió a incluir la asignación a la Iglesia en los presupuestos del Estado; aprobó la amnistía para los militares encarcelados por el golpe de Estado de 1932 (Sanjurjada); frenó la construcción de escuelas; y bloqueó los estatutos de autonomía.

Como consecuencia, aumentó la conflictividad social. Por parte de la derecha se creó la Falange Española, que se fusionó con las JONS. Por parte de las izquierdas, los republicanos se unieron en un nuevo partido, Izquierda Republicana. La UGT y el PSOE, por temor al radicalismo, también se radicalizaron. De esta manera, se inició un movimiento revolucionario que fue especialmente grave en Asturias y Cataluña.