La Narrativa y el Teatro Español de la Transición a la Actualidad

La Narrativa Española: De la Transición a la Actualidad

A. La Novela en los Años de Transición

La llamada generación del 98 se inició dentro de la corriente experimental, pero pronto evolucionó hacia formas más tradicionales del relato. Algunos escritores siguieron experimentando; en la denominada metanovela trabajan escritores como Luis Goytisolo o Álvaro Pombo. Sin embargo, pronto se regresa a una novela más amena que cuenta una historia más atractiva para el lector, con “La verdad sobre el caso Savolta” de Mendoza. La vuelta a la narratividad tiene algunas características comunes:

  • La trama argumental debe despertar el interés y mantener la atención mediante recursos de intriga o suspense, y los hechos deben ser realistas y desarrollados en la ciudad actual; deben predominar los diálogos.
  • La novela se desvincula de lo social y político.

Son autores representativos: Manuel Vázquez Montalbán y José María Guelbenzu.

B. Tendencias Narrativas de los Años Ochenta y Noventa

En 1981 apareció “Belver Yin” de Jesús Ferrero, que marca el inicio de la novela de la democracia y dio la pauta a las novelas de este periodo, caracterizadas por la importancia del argumento, por la amplitud y variedad temáticas. Principales tendencias:

  • Narraciones que exploran la relación entre ficción y realidad, que permite confundir al narrador o personaje con el autor.
  • Éxito del género histórico, como las novelas ambientadas en Egipto o las situadas en la Guerra Civil.
  • Continuidad del género policiaco, en autores como Antonio Muñoz Molina o Rafael Chirbes.
  • La novela testimonial con base autobiográfica.
  • La novela erótica de gran auge.

C. Los Últimos Años

En los inicios del siglo XXI se trata de dar gusto al lector con gran variedad de temas y mezcla de géneros. Son tendencias recientes la novela de ambientación histórica, intriga policíaca, metanovela, novela lírica, diarios, memorias y testimonios. De gran interés y muy cultivado ha sido el “realismo abierto” que mezcla lo inventado con la vida del autor.

D. Eduardo Mendoza

(Barcelona, 1943), abogado y traductor de profesión, comenzó con gran éxito a mediados de los 70. Estilo sencillo y directo, lenguaje popular, gusta de personajes marginales que miran la sociedad con extrañeza. Ha cultivado dos líneas paralelas en su narrativa: una seria y otra burlesca.

Se estrenó en 1975 con “La verdad sobre el caso Savolta” que es considerada la precursora del cambio en la transición democrática y como superación del realismo social.

En 1979 publicó “El misterio de la cripta embrujada” inaugurando una serie paródica de cinco novelas hasta hoy.

En los ochenta publica dos de sus mejores novelas. En 1986 “La ciudad de los prodigios” considerada su obra maestra ambientada en Barcelona, mientras que en “La isla inaudita” traslada la acción a Venecia.

También ha publicado en dos ocasiones para El País, que luego se publicaron como libro.

Ya en los noventa, publicó dos novelas ambientadas en la posguerra española: “El año del diluvio” y “Una comedia ligera”.

Avanzada la primera década del nuevo milenio siguió cosechando éxitos hasta que en 2016 corona su carrera con el Premio Cervantes.

El Teatro Español en la Democracia

A. Características

La llegada de la democracia levantó muchas expectativas en el teatro, pero con la desaparición de la censura comenzó una crisis que dura hasta hoy. El teatro sufrió profundas transformaciones en esos años y las razones fueron varias:

  • La competencia del cine y la televisión, que son fórmulas más atractivas para el tiempo de ocio.
  • El fracaso de montajes teatrales vanguardistas aplicados a clásicos no fueron aceptados por el público.
  • La pérdida de impacto social de la escena para educar al público se va diluyendo poco a poco.
  • La intervención institucional mantiene algunas compañías y festivales.

B. Tendencias Teatrales Dominantes en los 80 y 90

En los primeros años de la transición se creó un teatro reaccionario que se burlaba de los cambios sociales y políticos y realizaba una apología del franquismo. También continuó con gran presencia la comedia burguesa y por supuesto el teatro más comercial. Al mismo tiempo, se mantuvo un teatro simbólico o fársesco, que expresaba un descontento social y político; y paralelamente se abrió paso a un teatro primitivista.

En estos años el teatro ha recibido un considerable respaldo institucional. Finalmente, los intentos de síntesis entre lo convencional y lo renovador son lo más destacado del periodo.

C. Los Últimos Años

El panorama es variado y cambiante, entre lo comercial y lo institucional, pero también surgen nuevas propuestas escénicas, sus características:

  • Las compañías institucionales contribuyen a difundir el patrimonio teatral histórico.
  • El teatro de humor innova con monólogos.
  • Destacan nuevos autores como Paloma Pedrero.
  • Abunda el teatro en circuitos no comerciales con fórmulas como el microteatro.
  • Prolifera el teatro musical.

D. José Luis Alonso de Santos

Nació en Valladolid en 1942, se trasladó a Madrid en 1959, donde se licenció en Filosofía y Letras. En 1960 se empezó a interesar por las tablas. Fue uno de los fundadores del grupo Tábano y fundó y lideró durante 10 años el Teatro Libre. Procede del teatro independiente. Es un maestro de la comedia costumbrista, con lo que hurga en los problemas sociales más acuciantes. Utiliza el habla popular, su propensión a la parodia es un rasgo común en muchas de sus obras.

En 1975 estrenó su primera obra “¡Viva el Duque, nuestro dueño!” en la que se advertía alguna influencia del esperpento. Obtuvo un gran éxito con “La estanquera de Vallecas”; de esta obra, de “Bajarse al moro” y “Salvajes” se han realizado versiones cinematográficas.

Todavía en 2015 ha publicado dos nuevas obras: “En el oscuro corazón” y “Nuestra cocina”. De su fertilidad como escritor nos hablan sus 50 obras dramáticas escritas, estrenadas la mayoría con éxito. Solo en los años 80 estrenó 12 obras, en los 90 otras diez y en el nuevo siglo otra docena más. Se le concedió el Premio Tirso de Molina y el Nacional de Teatro.