La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista (1931-1933)
Reforma del Ejército:
Se suprimieron los cargos de capitán general y teniente general.
Se redujo a la mitad el número de unidades.
Se aprobó la Ley de Retiro de la Oficialidad: para permanecer en activo, los militares debían manifestar su adhesión al régimen.
Se suprimieron los tribunales de honor, el Consejo Supremo de Justicia Militar y la Academia de Zaragoza.
Reforma Religiosa:
Separación de Iglesia y Estado (artículos 26 y 27 de la Constitución).
Se promulgó la extinción del presupuesto al clero.
Se disolvió la Compañía de Jesús y se prohibió la enseñanza a las demás órdenes religiosas.
Ley de Congregaciones (mayo de 1933): exigía a las órdenes existentes una inscripción en el registro, la limitación de la posesión de sus bienes y establecía la posibilidad de extinción en caso de peligro para el Estado.
Se confiscaron los bienes de la Iglesia.
Se estableció el matrimonio civil y el divorcio.
Se secularizaron los cementerios.
Reforma Agraria:
Azaña presentó un proyecto de reforma agraria que fue aprobado en septiembre de 1932.
Se expropiaron las fincas que no fueran cultivadas directamente por su dueño, las fincas abandonadas y las fincas de regadío no regadas.
La expropiación se haría con indemnización, salvo las tierras nobiliarias.
Las tierras expropiadas pasaban al Instituto de Reforma Agraria, que las entregaba a las juntas provinciales. Estas, a su vez, las cedían a las comunidades de campesinos para llevar a cabo asentamientos.
Cuestión Autonómica:
El nacionalismo catalán vio aprobado su Estatuto en septiembre de 1932.
Cataluña se convertía en una región autónoma regida por la Generalitat, formada por un presidente, un parlamento y un consejo ejecutivo.
El catalán se convirtió en idioma cooficial con el castellano.
Figuras clave: Francesc Macià y Lluís Companys.
Reformas de tipo social:
Ley de Términos Municipales: obligación de los patronos de contratar a obreros de la localidad.
Ley de Jurados Mixtos: se establecieron jurados mixtos (formados por representantes de la patronal y de los trabajadores) para mejorar las condiciones de vida obrera.
Reformas educativas:
Se fomentó la enseñanza pública aumentando el presupuesto en un 50% y aumentando el número de escuelas.
Final del gobierno de Azaña:
Estas medidas ocasionaron el rechazo de algunos sectores, lo que provocó la caída de Azaña.
Golpe de Estado llevado a cabo por el general Sanjurjo el 10 de agosto de 1932.
Los anarquistas llevaron a los campesinos a la revolución: al recibir la noticia de la sublevación, la población se alzaba e intimidaba a la Guardia Civil. Casas Viejas (Cádiz): las fuerzas del orden público fusilaron a varios anarquistas después de sofocar la revuelta.
En abril de 1933 se convocaron elecciones.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)
La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) de José María Gil-Robles ganó las elecciones.
Los grandes ganadores fueron Gil-Robles y Alejandro Lerroux (Partido Radical).
Comienza así la etapa conocida como la”República de derecha”.
Retroceso de las reformas de Azaña.
El presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, encarga a Lerroux que forme gobierno.
Leyes:
Ley de Amnistía para los participantes en el golpe de Estado de Sanjurjo de 1932.
Se paralizó la reforma agraria. Miles de campesinos fueron expulsados de las tierras que ocupaban.
Se derogó la Ley de Congregaciones Religiosas, volviendo a funcionar los colegios religiosos.
En la enseñanza se paralizó la secularización y se construyeron menos escuelas.
La reforma militar se detuvo y se colocó en puestos clave a militares como Emilio Mola, Francisco Franco y Manuel Goded.
Los estatutos de autonomía que no habían sido aprobados fueron paralizados.
Esto generó tensión entre derechas e izquierdas, desembocando en la Revolución de Asturias.
Revolución de Asturias (1934):
La UGT (Unión General de Trabajadores) y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) pactan una alianza para abolir el régimen”burgué”.
Los obreros asturianos se alzaron en armas y sitiaron Oviedo.
Estaban muy bien organizados. En dos días controlaban la provincia.
Fue la revolución social más importante de la Segunda República y la que más se pareció a la Revolución Rusa.
Se entregaron poderes a Franco para mitigar la revolución.
El 10 de octubre, los legionarios desembarcaron en Asturias tomando territorio hasta que el día 19 se pactó una rendición.
Hubo muchos muertos y detenidos.
Crisis gubernamentales (1935):
Se sucedieron varios gobiernos a partir de 1935.
Alcalá-Zamora seguía siendo el presidente de la República, pero su actuación era nefasta.
En octubre de 1935 se desencadenó una crisis a raíz de un escándalo de corrupción que salpicó al Partido Radical.
Se nombró a un nuevo jefe de gobierno: Manuel Portela Valladares.
Las relaciones con la CEDA eran nefastas, ya que Alcalá-Zamora no permitió que Gil-Robles fuera el jefe de gobierno.
Disolución de las Cortes.
Las elecciones de 1936 y el Frente Popular
Por un lado estaba la derecha: la CEDA, el Partido Radical de Lerroux, el Bloque Nacional de José Calvo Sotelo, y Falange Española y de las JONS. Pedían un estado autoritario, unitario y católico.
La izquierda estaba formada por Unión Republicana, Izquierda Republicana, PSOE, UGT, PCE, CNT y POUM. Pedían continuar con la legislación reformista y se reunieron formando el Frente Popular, que ganó las elecciones.
El Frente Popular (febrero de 1936 – julio de 1936):
Azaña es nombrado jefe de gobierno. Su tono fue conciliatorio y la CEDA se mostró dispuesta a colaborar, pero los errores comenzaron a sucederse.
Destitución de Alcalá-Zamora: durante años, la izquierda venía pidiendo la destitución del presidente de la República, y cuando este se decide a ello, le acusan de no haber actuado correctamente. A este error hay que unir el de la elección de Azaña como presidente de la República, lo que le obligó a ceder la jefatura del gobierno a Santiago Casares Quiroga, quien se mostró impotente para controlar la situación.
Medidas del gobierno del Frente Popular:
Decretaron una amplia amnistía.
Repusieron en sus puestos a los funcionarios expulsados después de la Revolución de 1934.
Azaña envió a los generales más sospechosos de conspiración a los puestos más alejados: Franco a Canarias, Goded a Baleares, Mola a Pamplona.
Se devolvieron las tierras a los campesinos que las habían ocupado durante el Bienio Reformista.
Esto generó un gran malestar en la derecha. El enfrentamiento entre la derecha y la izquierda era evidente, y los generales antirrepublicanos como Mola, Franco, Goded, etc. comenzaron a tener contactos para planear un golpe de Estado.
Calvo Sotelo, monárquico de extrema derecha, estaba empezando a sustituir a Gil-Robles como líder de la derecha en las Cortes. En julio pareció evidente la posibilidad de un golpe de Estado debido al asesinato de Calvo Sotelo a manos de guardias de asalto como represalia por la muerte de José Castillo, teniente de la Guardia de Asalto, a manos de pistoleros de derechas.