El proceso de hominización
Los primeros restos humanos encontrados en la península ibérica son de hace 1.200.000 años en Atapuerca. Pertenecen a la especie Homo antecessor. El Paleolítico comenzó en el 1.500.000 a.C. En este periodo eran cazadores, recolectores y nómadas. Respecto a las pinturas rupestres, encontramos en arte franco-cantábrico representado en las cuevas de Altamira y el arte levantino, en la cueva de la araña.
El Mesolítico es el paso previo al Neolítico, en el que los hombres eran sedentarios y poseían propiedad privada. Surge la Revolución Agraria. Aparece la cerámica cardial y las minas de Gavà. Se da el megalitismo: menhir, dolmen, crómlech, talayot, taula y naveta. Con la Edad de los Metales aparece la metalurgia. Destaca la cultura de Los Millares, la cultura de El Argar, vaso campaniforme y la cultura de los castros.
Conquista romana y romanización
La conquista comienza con la Segunda Guerra Púnica en el 218 a.C. La primera etapa comienza con el dominio del sureste peninsular peleando contra los íberos. Algunas tribus se rinden, otras pactan con los romanos y otras se opusieron. Se producen las guerras lusitanas en las que Galba lucha contra Viriato y le vence. En las guerras celtibéricas el emperador Escipión rodea a los iberos hasta su rendición por falta de abastecimientos. Ocupan las Baleares. En la segunda etapa (s. I a.C.) surgen conflictos internos en Roma, entre César y Pompeyo. En la tercera etapa (29-19 a.C.) se producen las guerras cántabras donde tendrá que intervenir Augusto dejando legiones permanentes para controlar a la resistencia.
La división administrativa fue evolucionando: primero se dividió en Ulterior y Citerior de Hispania, luego en Lusitania, Bética y Tarraconensis y dentro de esta, Tarraconensis, Gallaecia y Cartaginensis. La romanización consistió en convertir a los habitantes de la península en ciudadanos romanos. En el edicto de Vespasiano (72 d.C.), se consigue que las poblaciones en la península tengan los mismos derechos que una provincia de Roma. Las ciudades se convirtieron en unidades político-administrativas, unas eran estipendiarias que pagaban impuestos por su resistencia y las otras eran colonias, con una serie de privilegios. Desaparecen las creencias hispanas y se implanta el politeísmo, pero con el edicto de Milán en 313 Constantino admite el cristianismo. En el 380, con el edicto de Tesalónica, Teodosio I el Grande hace religión oficial el cristianismo. La lengua oficial será el latín y respecto a la cultura, destaca el filósofo Séneca. Se implantará el derecho romano y se conservarán vestigios romanos (acueducto de Segovia). Los emperadores romanos nacidos en Hispania más destacados fueron Adriano, Trajano y Teodosio.
Al-Andalus: Evolución política – Conquista, Emirato y Califato de Córdoba
Witiza, rey visigodo, muere en el 710 y hay dos candidatos al trono, su hijo Agila y Don Rodrigo. Se elige a Rodrigo pero Agila no lo admite y empieza una guerra civil que termina ganando Don Rodrigo. Agila no se da por vencido y acude a Tariq (musulmán) y este le presta la ayuda que pide. Entra en la península conquistándola en su gran mayoría. Don Rodrigo muere en la batalla de Guadalete en 711 y en 4 años Tariq se hace con la península, excepto las montañas del norte. Tras esto, Musa, árabe, entra en España y se coloca por encima de Tariq conquistando y sometiendo a los visigodos. El emirato pasa a Al-Ándalus.
En la batalla de Covadonga en 722 se enfrenta Don Pelayo a un pequeño grupo musulmán y al vencer, esto sirve para subir la moral de la gente. Los musulmanes siguen avanzando hasta llegar a Poitiers donde Carlos Martel les frena y les hace retroceder hasta los Pirineos. En el 756 se produce la Revolución Abbasí donde asesinan a la familia del califato Omeya en Damasco excepto al nieto Abderramán I que huye a Al-Ándalus donde consigue ser nombrado emir independiente en Córdoba. Durante este emirato surgen revueltas internas y mientras tanto los cristianos ocupan el Duero. En el 912 Abderramán III era el emir, y en 929 se autoproclama califa independiente. Este acaba con las luchas internas, hace retroceder a los cristianos en la batalla de Valdejunquera en 920 y se hace con Ceuta y el norte de África colocándose por encima del califato de Bagdad. Construye la ciudad palacio de Medina Azahara. Con Al-Hakam II hubo un periodo de paz pero con cuando Hixam II delega su poder a Almanzor, este empieza a conquistar toda la península hasta morir en la batalla de Calatañazor en el 1002, donde se frenan las conquistas. Surgen conflictos internos de nuevo y el califato de Córdoba desaparece en el 1031 comenzando el reino de Taifas.
La mezquita y el palacio
Entre los siglos VIII y XV el arte hispano-musulmán vive una interesante evolución y una serie de acontecimientos históricos. Destaca la ausencia de obras figurativas en el islam ya que estaba prohibido. El edificio más representativo es la mezquita de Córdoba. Su construcción comenzó en el siglo VIII con Abderramán I y fue ampliándose posteriormente. La parte más importante era el mihrab, lugar de oración orientado a la Meca. En la arquitectura civil sobresale la ciudad palacio de Medina Azahara construida con Abderramán III. Durante la guerra civil, fue destruida. El palacio de la Alhambra tiene como aspectos más destacado la conjunción entre el entorno natural y la arquitectura. A parte de las ruinas de otros palacios y palacetes, quedan en pie dos fundamentales: el de los Leones y el de Comares.
Los reinos cristianos en la Edad Media: Primeros núcleos de resistencia
El reino astur empieza con la victoria de Don Pelayo en la batalla de Covadonga. En el año 739 Oviedo pasa a ser la capital, Cangas de Onís, y comienza el reino de Asturias con Alfonso I. Intentó ampliar el reino hacia este y oeste. Alfonso II en el siglo VIII encuentra los restos del apóstol Santiago y esto motiva a la gente a la Reconquista. En el siglo X, reino astur-leonés, el reino de León se convierte en la capital con García I. Ramiro II vence a los musulmanes en la batalla de Simancas. Hay escisiones del reino en Galicia (Ordoño I), el condado de Castilla (Rodrigo) y Fernán González pidió la independencia.
El reino de Pamplona se crea en el 905 con Sancho Garcés I. Se unirá con Navarra debido al matrimonio de García Sánchez I y Andregoto Galíndez en 943. Sancho Garcés III, en el 1035 divide el reino entre sus hijos García Sánchez II, Fernando I, Gonzalo y Ramiro. El reino de Aragón con el conde Aznar Galíndez, estará bajo tutela de los reyes francos. Gobernará Ramiro I y se produce la unión de Sobrarbe y Ribagorza. Los condados catalanes serán considerados la Marca Hispánica por Carlomagno. Wifredo, conde de Barcelona, unificará todos los condados bajo la dependencia carolingia. Borrell II se independizará de la Marca Hispánica y Ramón Berenguer IV, rey en Barcelona, se casará con Petronila, sucesora de Aragón en 1127.