La Pintura: Fra Angelico, Masaccio, Piero della Francesca y Botticelli
Como ocurre en el resto de las artes, es también en Italia donde aparece un nuevo concepto de la pintura, ya que en el siglo XV, en el resto de Europa, sigue en el gótico. La Florencia de los Medici es también la cuna de la nueva pintura. En su corte se educan y trabajan los pintores del Quattrocento y algunos del Cinquecento. Existen otros centros de producción pictórica como Venecia, Milán…
Las raíces de las pinturas del Quattrocento hay que buscarlas en el arte del Giotto, pero con claras diferencias respecto a la pintura del Trecento. Como características podemos destacar:
- Cada cuadro es un mundo en sí mismo sin conexión con la arquitectura.
- Los temas religiosos se tratan como temas profanos.
- El paisaje adquiere gran relevancia.
- El desnudo, el volumen de las formas y la creación de espacio del cuadro son ahora las preocupaciones fundamentales del pintor.
Valores Formales
En lo que se refiere a los valores formales:
- El dibujo refleja el personal estilo del pintor; los contornos de las figuras y de los objetos son nítidos.
- Los colores son brillantes y ayudan a crear los volúmenes, pero aún se mezclan poco.
- La luz se maneja cada vez con mejor perfección.
- La representación de la 3ª dimensión en el cuadro es el mayor logro del Quattrocento: nace la perspectiva lineal al aplicar el pintor las leyes de la óptica, según las cuales la distancia empequeñece los objetos que contemplamos. La perspectiva. La 3ª dimensión alcanza también las figuras que ya no son planas.
- La composición aún no es nítida, ya que el pintor introduce diversas escenas.
- En cuanto a los temas son muy variados, se mantiene la temática religiosa.
- Sigue usando el fresco, el temple, pero se generaliza el uso del óleo.
La pintura italiana del siglo XV se mueve en dos direcciones: los artistas interesados por la línea y por el volumen. La primera tendencia está representada por Fra Angelico y Botticelli y de la segunda participan Masaccio y Piero de la Francesca.
Fra Angelico
Fra Angelico ingresó en la orden de predicadores, destacando como iluminador de manuscritos. El preciosismo de esta técnica dominaría su futura pintura sobre tabla y fresco murales. Fue el primer pintor de transición ya que sus obras son herederas del gótico internacional: utiliza colores brillantes y fondos dorados, las imágenes se estilizan y la luz invade por igual toda la composición. Solo el uso de la arquitectura y la perspectiva permiten considerarle un artista del Quattrocento. El retablo de la Anunciación para la iglesia de Santo Domingo de Fiesole, representa sensibilidad. El convento de San Marcos de Florencia, recibe de sus superiores el encargo de pintar la sala capitular, el claustro y las celdas: son frescos donde vuelven a dar muestras de su arte ingenuamente minucioso y detallista a la manera gótica.
Masaccio
Masaccio impresiona por su precocidad; murió con solo 27 años, pero a pesar de su corta carrera, es el fundador de la pintura moderna. Técnicamente es el primer artista que construye con el color preocupándose del volumen y de los efectos tridimensionales. La historia más famosa pintada por Masaccio será el Tributo de la Moneda, que fragmenta en tres escenas yuxtapuestas. La Trinidad, pintada para la iglesia de Santa Maria Novella, de Florencia constituye el primer documento conservado de la perspectiva matemática aplicada a la pintura renacentista. El Calvario, el Padre Eterno y los donantes se recortan sobre un tabernáculo fingido, cubierto con una bóveda casetonada, que crea en el espectador un efecto ilusionista de profundidad; debajo pinta una falsa mesa de altar con un esqueleto y la tétrica inscripción.
Piero della Francesca
La herencia de Masaccio va a ser superada por Piero della Francesca al mezclar la luz y el color en la construcción del volumen. Piero de la Francesca se educa en Florencia donde entabla amistad con Giovanni, miembro de la administración papal; en la capilla familiar de los Bacci, situada en el presbiterio de la capilla de la basílica de San Francisco, decora con la Historia de la Vera Cruz, consta de 10 episodios extraídos de la Leyenda Dorada. Piero divide la composición en dos escenas yuxtapuestas: a la izquierda la excavación arqueológica en la que se desentierra las cruces, y a la derecha, el milagro de la resurrección del joven que permite localizar la Vera Cruz. Al fondo la ciudad de Arezzo y la fachada de la basílica de San Francisco; apareciendo impresas ya las características de su arte, que al final de su vida expondrá con todo lujo de detalles en los tratados de Propectiva Pingendi. Estas peculiaridades son: modelar al hombre, a los objetos y al paisaje mediante la fusión de luz y color; reducir la naturaleza a figuras geométricas; y usar la perspectiva con rigor matemático. Piero es también el retratista de los príncipes y tiranos del Quattrocento. La última corte será su patria adoptiva, aquí entra en contacto con la pintura y con los pintores flamencos, cuya técnica de la veladura al óleo copiará en su Virgen de Senigallia, uno de los primeros testimonios italianos de la virgen representada en el interior de un edificio; los rostros impasibles y la construcción de figuras robustas de aspecto geométrico son claves de su estilo y es también obra fundida por la famosísima palabra.
Sandro Botticelli
Sandro Botticelli se formó en un taller de orfebrería, trabajaba en Florencia como artista independiente, convirtiéndose en el pintor favorito de los Medici, para la villa de Castello realiza dos cuadros: La Primavera y El Nacimiento de Venus que simbolizaba el amor y la belleza; la primavera ante un bosquecillo de naranjos y flores libera por una parte a las Gracias, que bailan a su derecha junto a Mercurio, y Flora situada a la izquierda que es producto de la unión carnal entre el viento y la ninfa. Botticelli ha representado la doble naturaleza del amor. El viento primaveral Céfiro, la ninfa Cloris y la unión de ambos en Flora vuelven a aparecer en El Nacimiento de Venus, Venus saliendo de las aguas llega a la tierra rodeada de amorcillos, a la derecha Céfiro abrazado a la inocente ninfa tras la unión surge flores de su aliento y queda transformado en Flora, el tema está inspirado en Ovidio. El modelo femenino de graciosa postura se repite en Palas Domando al Centauro. Al final de su vida las siluetas flotantes, los vestidos de gasas y los tocados complicados desaparecen, todo se torna con la muerte de Lorenzo y la predicación de Savonarola.
Otros Pintores
son:Andrea Manterna,Pabolo Mucello.