Conquista y Romanización
Al tiempo de la conquista, los romanos iniciaron un proceso lento y sistemático de implantación de su sistema político.
Para controlar esta nueva provincia (Hispania), se inició un amplio proceso de urbanización y de construcción de calzadas (la Vía Augusta, la Vía de la Plata). La explotación económica de los recursos, destacando la producción ganadera, impuso el modelo social romano y con ello se extendió el latín, se adoptó el derecho romano y la religión, y se apreció el arte y la arquitectura romana.
Los Invasores Bárbaros
A partir del siglo III se inicia la decadencia del Imperio Romano debido a las invasiones bárbaras, que aumentan en el siglo V con la llegada de vándalos y suevos.
Roma pidió ayuda a los visigodos y, con el tiempo, estos se establecieron en la península, tras haber sido expulsados de la Galia por los francos (siglo VI), formando un reino con capital en Toledo.
Los visigodos dominaban políticamente mediante una monarquía electiva.
Con el rey Leovigildo (siglo VI) se controla casi todo el territorio peninsular y con su hijo Recaredo se logra la unificación religiosa y se establece un código legal: el “Liber Iudiciorum”.
En el reino visigodo destacan una serie de instituciones, como el Aula Regia, el Officium Palatium y los Concilios de Toledo.
Los visigodos adoptan el latín como lengua propia, la Iglesia predomina en su cultura y destacan en la orfebrería (piezas del Tesoro de Guarrazar).
Al-Ándalus
Evolución Política: Conquista
La conquista de la península se debe a la rápida expansión del Islam y a la crisis interna del reino visigodo.
Un ejército bereber dirigido por Tariq cruzó el Estrecho de Gibraltar (711) y derrotó a Don Rodrigo, el rey visigodo.
Tariq formó un nuevo ejército junto con Musa y se dirigió a Toledo y después a Zaragoza.
Entre los años 711 y 718 los musulmanes lograron el control de todo el territorio peninsular, excepto el norte de la franja cantábrica.
Su avance se frenó en la batalla de Poitiers (732) frente a los francos.
Se establece el Emirato dependiente (714-756) en Córdoba como capital, dirigido por un emir que dependía del califa de Damasco.
En el año 756, Abd al-Rahman I, descendiente omeya, huyó de la matanza en Oriente Próximo, atravesó el norte de África y llegó a Al-Ándalus proclamándose emir en el 756, formando el Emirato independiente de Córdoba (756-929).
En el siglo X el emirato sufre una crisis hasta la llegada de Abd al-Rahman III, quien se proclamó califa y creó el Califato de Córdoba (siglo X).
Tras su muerte le sucede su hijo Al-Hakam II, época de paz con los cristianos. Al morir este, el poder pasa a Almanzor, que logró un gran poder político y militar en forma de dictadura, dando lugar a la inestabilidad y descomposición política que dio fin al califato en 1031.
La Crisis del Siglo XI: Reinos Taifas
Tras morir Almanzor, el califato entra en un periodo de decadencia y guerra civil hasta su desaparición.
Surgieron unas 30 taifas enfrentadas entre sí, por lo que eran bastante débiles y los cristianos lo aprovecharon para avanzar en su conquista.
Algunas de estas taifas pagaban tributos o parias a los cristianos para seguir siendo independientes.
Cuando el rey Alfonso VI conquistó Toledo, las taifas pidieron ayuda a los almorávides, quienes unificaron Al-Ándalus y acabaron con las parias.
Su dominio se desintegró hacia 1140 con el ataque de los almohades y surgieron nuevas taifas.
A mediados del siglo XII los almohades cruzaron la península derrotando a los cristianos en Alarcos, pero fueron derrotados en las Navas de Tolosa por Alfonso VIII.
Tras la toma de Sevilla por los cristianos, solo quedó el reino nazarí de Granada, que perviviría hasta 1492, terminando la conquista de todo el territorio peninsular.
Organización Económica y Social
El mundo islámico tiene un alto grado de urbanización y una agricultura orientada al mercado.
La agricultura desempeñó un papel destacado. Los procedimientos de explotación se basaban en grandes propiedades. Los principales productos fueron la trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo) y, para las zonas más fértiles, se desarrolló el regadío. La ganadería estable era la ovina y la cría caballar.
En las minas continuaron las explotaciones iniciadas por los romanos. En la artesanía destacan los productos de lujo (oro, plata y piedras preciosas) y la fabricación de vidrio y armas.
El comercio alcanza una notable importancia en Al-Ándalus, y las principales zonas comerciales eran los mercados.
Se utilizaban el dinar de oro y el dirhem de plata. Se exportaban productos de lujo y agrarios, y se importaban materias primas, armas y esclavos.
La organización social era muy heterogénea. Estaban los musulmanes, formados por árabes, bereberes, sirios, etc.; los mozárabes, que eran cristianos que habitaban en territorio musulmán conservando su religión y costumbres; y los judíos, que eran cultos, conocían las lenguas árabes, eran una minoría muy importante en Al-Ándalus y vivían en juderías.
El Legado Cultural
Al-Ándalus adopta la lengua árabe como vínculo de comunicación, ya que se impuso desde el principio como lengua oficial y de uso general. Mozárabes y muladíes continuaron usando el latín, que evolucionaría en las lenguas romances.
Las influencias de la religión afectaban a todas las actividades, a los pensamientos y a la moral de los creyentes.
Desde mediados del siglo IX, el califato conoció un esplendor cultural y Córdoba se convirtió en un centro cultural de primer orden, donde se desarrollaron diversas disciplinas científicas.
Al-Ándalus fue vía de transmisión a Occidente de la ciencia griega y parte de la hindú.
Con la caída del califato se produce un declive político.
Con los almorávides y los almohades se impone un mayor rigor e intolerancia religiosa. Sin embargo, cabe destacar figuras como los musulmanes Averroes y Abentofail.
El reino nazarí de Granada recuperó una gran actividad cultural, como Ibn Zamrak, cuyos poemas decoran los muros de la Alhambra.
Los Primeros Núcleos de Resistencia
Tras la rápida conquista musulmana (711), solo quedaron libres las zonas montañosas del norte peninsular, pobladas por astures y vascones. Con la llegada de los visigodos a esta tierra comienzan los primeros núcleos de resistencia de los cristianos.
Algunos visigodos se unen a los astures y, dirigidos por Pelayo, vencieron en Covadonga a un pequeño ejército musulmán (722), surgiendo el Reino de Asturias (heredero legítimo de la monarquía visigoda) con capital en Oviedo. Con Alfonso III se extenderán por Galicia y el valle del Duero.
En el 910 el reino pasa a denominarse Reino de León y la zona fronteriza oriental dará origen al Condado de Castilla, que en el siglo X será independiente, pasando a ser el Reino de Castilla.
En los Pirineos occidentales, tras diversos acontecimientos (batalla de Roncesvalles contra los francos, 778), surgió en el siglo IX el Reino de Pamplona.
En el siglo XI extendió su poder a Aragón y Castilla, y fue el monarca más poderoso.
En el Pirineo oriental, los pequeños condados cántabros formaron la Marca Hispánica de los francos, y destacó el Condado de Barcelona con Wifredo el Velloso, que los unificó y los independizó en el siglo X.
Principales Etapas de la Reconquista
La ocupación militar de los territorios de Al-Ándalus por los cristianos sigue varias fases:
1ª Etapa: Inferioridad de los Reinos Cristianos (siglos VIII al X)
En este periodo la hegemonía de Al-Ándalus fue clara. Aun así, hubo algunos avances cristianos como el de Alfonso III al trasladar la capital a León, o Sancho Garcés I, que amplió su territorio hasta el Ebro, quedando así establecida la frontera en el valle del Duero.
2ª Etapa: Avance sobre los Valles del Tajo y Ebro (siglos XI a XII)
El Reino de Castilla avanza conquistando Toledo con Alfonso VI (1085), llegando a controlar el valle del Tajo.
El Reino de Aragón conquista Zaragoza (1118), dominando el valle del Ebro.
La invasión almorávide frenó el avance cristiano con una serie de derrotas.
3ª Etapa: Gran Expansión de los Reinos Cristianos (siglos XII a XIII)
A partir de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) se produjo el avance de Castilla, Portugal y Aragón.
Castilla (siglo XIII) consiguió tomar el valle del Guadalquivir, Murcia y Cádiz.
Aragón (siglo XIII) con Jaime I el Conquistador toma Baleares y Valencia.
A partir de este momento, y hasta el siglo XV, subsistirá el reino nazarí de Granada como último reino musulmán, pagando parias al rey de Castilla.
Las Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia
Hasta el siglo XII la repoblación fue de forma espontánea y la tierra se ocupaba mediante la presura o aprisio.
Durante este tiempo la sociedad va a sufrir un proceso de feudalización que culminará en los siglos XII-XIII.
El rey o noble concedía a otro noble (vasallo) un feudo y establecía relaciones de dependencia (el vasallo juraba fidelidad al señor y se comprometía a prestarle ayuda, sobre todo militar). El feudo pasó a llamarse señorío y se distinguen señoríos territoriales y jurisdiccionales.
También algunos campesinos entregaban sus tierras al señor a cambio de protección (encomienda).
A partir del siglo XI se produce un desarrollo demográfico y social.
Los reyes establecieron privilegios y fueros locales (la carta puebla), denominados repoblación concejil.
Desde la batalla de las Navas de Tolosa, los reyes recurrieron a un grupo de nobles armados que se constituyeron en órdenes militares y, como pago a su colaboración, se les entregaron grandes lotes de tierra o latifundios, y se repobló el sur del Tajo, Extremadura y la Meseta.
A partir del siglo XIII se repobló Levante, Baleares y el valle del Guadalquivir. Se empleó el sistema de repartimientos hechos por el rey.
En el norte se crearon comunidades pequeñas de campesinos libres, mientras que en el sur se consolidan grandes propiedades o señoríos, sometidos a una gran población musulmana.
Diversidad Cultural
Desde el siglo XIII al XV coexistieron dos espacios: al sur, el dominio islámico, y al norte, los reinos cristianos, formando un puente cultural en la península.
Con el dominio cristiano, la producción literaria se encontraba en manos de los clérigos.
- El latín siguió dominando los textos oficiales y, a partir del siglo XI, se difunden las lenguas romances.
En plena Edad Media (siglos XI-XII), a través del Camino de Santiago llegaron los cantares de gesta. La ruta se dirigía hacia Santiago de Compostela desde diferentes puntos de Europa y se convirtió en uno de los puntos de peregrinación más importantes. Esta ruta fue importante para el progreso cultural, el desarrollo socioeconómico y como vía de comunicación cultural y religiosa en Europa.
- El puente cultural más importante del mundo cristiano fue la Escuela de Traductores de Toledo, impulsada y organizada por Alfonso X el Sabio. Se transcriben textos del árabe al latín y a las lenguas romances. Colaboran cristianos, musulmanes y judíos. Se convirtió en centro de difusión al mundo cristiano de la ciencia, filosofía y literatura.
En el siglo XIII se crearon las primeras universidades, dominadas por la Iglesia, el latín y el método escolástico. En la Baja Edad Media la influencia musulmana decayó. El castellano desplaza a otras lenguas romances.