Teorías de la Evolución
Del Fixismo al Evolucionismo
Al ser humano siempre le ha interesado saber de dónde viene, porque para saber qué es y a dónde puede ir es importante conocer cuáles son sus orígenes. Una de las formas para responder a esta cuestión ha sido el evolucionismo, que se opuso desde el principio al fixismo. Esta última teoría, propuesta por George Cuvier, considera que todas las especies son independientes y permanecen inalterables a través del tiempo desde su creación.
Se entiende por evolucionismo a la teoría según la cual el universo y la vida en todas sus manifestaciones son el producto de un desarrollo. Se difundió a partir del siglo XIX, pero tuvo un antecedente en el transformismo del siglo XVIII, defendido por Leclerc y por Moreau de Maupertuis. El transformismo sostenía que la aparición de nuevas especies se debe a la transformación de las primitivas. Entre las teorías evolucionistas podemos destacar las siguientes:
Lamarquismo
Primera teoría global de la evolución biológica, que se expone en la Filosofía Zoológica, obra del naturalista francés Jean-Baptiste de Monet, caballero de Lamarck. Define básicamente las siguientes afirmaciones:
- Hay una progresión gradual desde unos organismos más simples a otros más complejos.
- El mecanismo por el que se produce el cambio gradual es la adaptación al ambiente por medio del uso y desuso de determinados órganos.
- El ejercicio de los órganos produce su desarrollo y perfección -la función crea al órgano-.
- Los caracteres así adquiridos se heredan permitiendo una mejor adaptación a las condiciones del entorno.
Las tesis de Lamarck fueron de gran interés y ayudaron a formular la propuesta evolucionista.
Darwinismo
Tras un viaje por las Islas Galápagos y América meridional, Darwin y Wallace presentan en Londres una nueva teoría de la evolución basada en sus observaciones. Según Darwin, se entabla una lucha por la supervivencia porque hay más seres vivos que recursos, lo cual provoca un proceso de selección natural. Los peores adaptados perecen y los más adaptados transmiten sus características a sus descendientes.
Esta teoría darwiniana se opuso a la de Lamarck. Sin embargo, tampoco explicaba suficientemente el mecanismo de la evolución, requiriendo una explicación de la herencia biológica como la elaborada por Gregor Mendel tras sus experimentos con guisantes en el jardín de su monasterio.
Mutacionismo
A partir de Mendel se promovió una nueva teoría, el mutacionismo, según la cual el progreso evolutivo depende de mutaciones. Hugo de Vries distinguió dos tipos de variaciones: las modificaciones, provocadas por cambios medioambientales que no se heredan, y las mutaciones, que son alteraciones que se producen en los genes de los organismos vivos y se heredan a los descendientes. Además, estas últimas se producen al azar.
Teoría Sintética o Neodarwinismo
La pugna entre los defensores de la selección natural y los de la mutación condujo a una teoría sintética de la evolución, que fue desarrollada en años sucesivos con datos de la zoología, la paleontología, la botánica y la biología molecular. En este estudio se intenta armonizar el principio darwinista de la selección natural y los principios genéticos de la mutación como mecanismos explicativos y procesos evolutivos. Según esta teoría, las mutaciones explican las variaciones, perpetuando a los individuos mejor adaptados. La evolución de la especie es un hecho aunque siguen existiendo controversias sobre cuál es el mecanismo por el que se produce.
El Origen del Ser Humano
El ser humano procede evolutivamente de especies animales antropoides. Los más parecidos al ser humano son los clasificados en la familia de los póngidos. Estos y los homínidos pertenecen a la superfamilia de los hominoides o antropoides, y de los homínidos la única especie viviente es la del ser humano: Homo sapiens.
Australopitecinos
Vivían en la selva, tenían una capacidad craneal de 500 cm3 y eran bípedos. De la misma época era el Homo habilis, que se caracterizaba por una frente más ancha y un aumento de la capacidad craneal hasta 700 cm3 y un cambio en el régimen de vida.
Homo Erectus
El paso del Homo habilis al Homo erectus, cuyos fósiles, de hace entre un millón y medio hasta 300.000 años, nos indican que caminaban erguidos, tenían una capacidad craneal de entre 900 y 1200 cm3, usaban el fuego, practicaban ritos asociados al enterramiento y construían instrumentos de piedra. Del Homo erectus evolucionó por un lado el Homo neanderthalensis y por otro el Homo sapiens. Sin embargo, se confirman la existencia de otras ramas y eslabones perdidos.
Homo Sapiens
Apareció hace unos 100.000 años en África y Oriente Medio y hace unos 40.000 años en Europa. Era nómada y vivía de la caza, pero empezó a practicar también la agricultura y la ganadería. Fabricaba armas e instrumentos, usaban ropa cosida y se adornaban, enterraban y trataban a los muertos con reverencia y produjeron diversas obras de arte. Su capacidad craneal era como la del hombre actual o mayor. En un nuevo proceso, que los antropólogos denominan humanización, el hombre se independiza progresivamente de la expresión natural del medio porque se adapta a él no solo biológicamente, sino también a través de un mundo de cultura que él crea y le hace ser como es.