La Guerra Civil Española (1936-1939)
Sublevación militar y comienzo de la guerra
17 de julio de 1936: Se inició la insurrección militar en Melilla, que se extendió rápidamente al conjunto del Protectorado de Marruecos.
18 y 19 de julio: El golpe se extendió a la península ibérica y los archipiélagos. El golpe triunfó en Galicia, Castilla-León, Navarra, Andalucía Occidental, Baleares (excepto Menorca) y Canarias. También triunfó en Oviedo y Zaragoza.
19 de julio: Franco se puso al frente del Ejército de África. El golpe fracasó en Asturias, Cantabria y parte del País Vasco. Los fracasos más graves tuvieron lugar en Madrid, donde Giral entregó armas a las milicias obreras, y en Barcelona, donde la colaboración de los obreros de la CNT y la Guardia Civil abortó la insurrección.
La sublevación no tuvo apenas respaldo popular y se basó en las fuerzas militares. Factores como la resolución de los sublevados, la capacidad de movilización obrera y el papel de la Guardia Civil fueron claves para entender el resultado final del golpe.
División del país en dos zonas
El fracaso parcial del golpe tuvo como consecuencia la división del territorio en dos zonas al inicio de la guerra:
- Zona nacional: contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia, y las minas de carbón leonesas. Esta zona tenía un ejército mucho más preparado con el Ejército de África, la Legión y los Regulares.
- Zona republicana: contaba con el trigo de La Mancha, los productos de las huertas levantinas y las reservas de oro del Banco de España. Sin embargo, las unidades militares quedaron desarticuladas. La mayoría de los oficiales se sublevaron y el propio gobierno disolvió muchas unidades cuya fidelidad era dudosa. Tanto la Armada como la Aviación continuaron en manos del gobierno republicano.
Desarrollo de la Guerra Civil
Tanto el golpe como el comienzo de la guerra provocaron la destrucción de las estructuras estatales de la II República. En el bando nacional, el poder quedó en manos de un grupo de generales que establecieron un estado autoritario y militarizado. En el bando republicano, el gobierno de la República perdió el control, por lo que el poder quedó en manos de comités obreros.
Represión en ambos bandos
Durante los primeros momentos de la guerra hubo una enorme represión en ambos bandos. La represión en la zona nacional se dirigió contra los militares, obreros y campesinos, aunque intelectuales, como Lorca, también fueron víctimas del horror. La represión estuvo organizada y controlada por los militares, aunque esto no impidió que pistoleros falangistas descontrolados protagonizaran excesos de todo tipo.
En la zona republicana sufrieron los sacerdotes y las clases poderosas. Primo de Rivera fue juzgado y fusilado. Tras el caos inicial, el gobierno fue controlando poco a poco la situación y la represión disminuyó.
La Batalla de Madrid
18 de octubre de 1936: Las fuerzas nacionalistas llegaron a Madrid.
Noviembre de 1936: Se inició la Batalla de Madrid.
4 de noviembre de 1936: Ocuparon Alcorcón, Getafe, Leganés y Cuatro Vientos. La caída de la capital parecía inminente.
Ante la superioridad militar, se alentó la movilización del pueblo madrileño para defender su ciudad. El grito ¡No pasarán! se hizo célebre en todo el mundo. La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de los refuerzos exteriores. Las Brigadas Internacionales, tanques y aviones rusos llegaron para ayudar en la defensa de la capital.
La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junkers alemanes y se produjeron duros combates en la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el Puente de los Franceses. Las tropas republicanas consiguieron resistir y Franco ordenó el fin del asalto frontal a la ciudad.
Del Teruel a la Batalla del Ebro
Diciembre de 1937: Tuvo lugar la ofensiva republicana en Teruel. Las condiciones climáticas marcaron una ofensiva que finalmente fracasó.
Tras asegurar el dominio de Teruel, Franco lanzó un ataque general en Aragón. El éxito fue brillante y el 15 de abril de 1938 las tropas nacionales llegaron a Vinaroz, en el Mediterráneo. La zona republicana quedó partida en dos.
La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del Ebro en julio de 1938. Fue la más brutal de las batallas de la Guerra Civil y agotó la moral y las reservas republicanas.
Fin de la guerra
La antesala del fin fue la ofensiva nacionalista contra Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939. Antes, más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde fueron internadas en campos de concentración.
Las divisiones internas se hicieron aún más profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín proponía la resistencia a ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara integrado en la cercana guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. La República Española encontraría aliados que le permitieran cambiar el signo de la guerra.
El coronel Casado dio un golpe de estado contra Negrín. Franco exigió la rendición incondicional.
28 de marzo: Las tropas franquistas entraron en Madrid.
1 de abril de 1939: Terminó la guerra. La consecuencia fue una larga dictadura que sustituyó al ensayo democrático de la II República.
Evolución política
Zona republicana
El fracaso del golpe desencadenó una revolución social. En el campo tuvo lugar una ocupación masiva de fincas.
Septiembre de 1936: Se estableció un gobierno de unidad presidido por Largo Caballero y con ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes.
Noviembre de 1936: Se incorporaron cuatro dirigentes anarquistas. El gran desafío era recuperar el control de la situación y crear una estructura de poder centralizada.
En la zona republicana se enfrentaron dos modelos: por un lado, la CNT-FAI y el POUM, que empezaron la inmediata colectivización de tierras y fábricas. Por otro lado, el PSOE y el PCE, que intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de decisiones del gobierno.
Mayo de 1937: La crisis de mayo provocó la retirada del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno de Negrín se inclinaba cada vez más hacia las posturas defendidas por el PCE.
Marzo de 1938: Surgieron de nuevo dos posturas enfrentadas. Los acontecimientos internacionales (Pacto de Múnich, retirada de las Brigadas Internacionales y disminución de la ayuda soviética) y los internos (caída de Cataluña) reforzaron la idea de que la guerra estaba perdida.
Marzo de 1939: Comenzó el golpe de estado del coronel Casado.
Zona nacional
20 de julio de 1936: Muerte de Sanjurjo.
24 de julio de 1936: Reunión de los generales insurrectos en Burgos, donde se crea la Junta de Defensa Nacional. Las medidas que adoptó fueron: la instauración del estado de guerra, se suprimieron las libertades y se disolvieron todos los partidos políticos.
Las medidas que se tomaron en el terreno económico fueron: cancelación de todas las reformas, como la devolución a sus propietarios de las tierras repartidas en la reforma agraria, e intervención del Estado.
1937: Se creó el Servicio Nacional del Trigo.
1 de octubre de 1936: Franco fue nombrado Jefe del Gobierno del Estado Español.
Abril de 1937: Se aprobó el Decreto de Unificación.
La Ley de Prensa estableció la censura de publicaciones y el Fuero del Trabajo puso fin a la libertad sindical y estableció el control del Estado sobre las organizaciones patronales y obreras.
Febrero de 1939: Se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba”rebelde” a todos los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional.
La dimensión internacional
En la Guerra Civil Española se entrecruzaron los intereses estratégicos de las potencias y el compromiso ideológico de las grandes corrientes políticas del momento. La actitud de las democracias se enmarca en su ilusoria búsqueda de una política de apaciguamiento con Hitler. El gobierno francés ofreció a las demás potencias un pacto de no intervención en el conflicto. Nació así el Comité de No Intervención.
La ayuda extranjera
La ayuda extranjera recibida por ambos bandos fue uno de los factores que explican la victoria de los nacionales. El bando nacional recibió ayuda de Hitler y Mussolini. Hitler mandó la Legión Cóndor, mientras que Mussolini envió soldados italianos, munición y material de guerra.
Por otro lado, la única ayuda que recibió el bando republicano fueron las escasas armas de Francia. Las presiones del Comité de No Intervención y el desinterés de Stalin hicieron que Negrín aceptase su salida de España. El Comité fracasó en su intento de que las tropas italianas que apoyaban a Franco abandonaran España.