Narrativa Española de Posguerra (1939-1950)
Tras la Guerra Civil Española (1936-1939), el panorama literario se vio profundamente afectado. La censura, el exilio y la represión marcaron el rumbo de la narrativa. Autores como Max Aub, Francisco Ayala, Ramón J. Sender y Rosa Chacel se vieron obligados a exiliarse, mientras que otros como Rafael Sánchez Ferlosio, Gonzalo Torrente Ballester y Camilo José Cela permanecieron en España, defendiendo al bando vencedor.
Tendencias Literarias
Tendencias de la Narrativa de Posguerra
Dentro de este contexto, surgieron diversas tendencias:
- El Tremendismo (1940-1950): Camilo José Cela destacó en esta corriente con obras como “La familia de Pascual Duarte”, “Pabellón de reposo” y “La colmena”. El tremendismo se caracterizó por su crudeza, la descripción de ambientes sórdidos y la violencia explícita, reflejando la dureza de la posguerra.
- Corriente Existencialista: Esta tendencia, presente en la obra de autores como Carmen Laforet (“Nada”), Miguel Delibes (“La sombra del ciprés es alargada”, “El camino”, “Cinco horas con Mario”, “Los santos inocentes”) exploraba temas como la búsqueda del sentido de la vida, la angustia existencial y la crítica social, a menudo envuelta en un tono intimista.
Narrativa Española de los años 50
La narrativa de los años 50, marcada por un trasfondo social de miseria, falta de libertad y censura, se desarrolló en dos vías principales:
- El Objetivismo o “Nouveau Roman”: Esta corriente supuso una ruptura con la narrativa tradicional. Se caracterizó por la desaparición del narrador omnisciente, la importancia de la descripción y la narración en tiempos simultáneos, la condensación del tiempo y el espacio, un orden narrativo no lineal y el uso del diálogo con personajes que representan un problema para una clase social específica. Algunos ejemplos destacados son “Tormenta de verano” de Juan García Hortelano y las obras de Carmen Martín Gaite como “Entre visillos”, “Retahílas” y “Caperucita en Manhattan”. Sin embargo, el ejemplo más representativo del objetivismo es “El Jarama” de Rafael Sánchez Ferlosio. Otros autores que se enmarcan dentro de esta corriente son Jesús Fernández Santos (“Los bravos”) e Ignacio Aldecoa (“El fulgor y la sangre”, “Con el viento solano”).
- El Realismo Crítico: Esta corriente se centró en la denuncia social, presentando a menudo un protagonista colectivo. Al igual que el objetivismo, se caracterizó por la condensación del espacio-tiempo y una clara intención crítica. Las novelas de realismo crítico abordaban temas como el mundo obrero y rural. Algunos ejemplos destacados son “Central eléctrica” de Jesús López Pacheco, “La mina” de Armando López Salinas, “Dos días de septiembre” de José Manuel Caballero Bonald y “Los Abel” de Ana María Matute.
Teatro Español Anterior a 1939
El teatro español de principios del siglo XX estuvo marcado por la crisis social y política del reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. En este contexto, los intelectuales buscaron nuevas formas de expresión, lo que se reflejó en la aparición de distintos estilos teatrales.
Teatro Comercial vs. Teatro Innovador
Se puede hablar de una división entre el teatro comercial y el teatro innovador:
Teatro Comercial
El teatro comercial se caracterizó por su falta de innovación y su apego a fórmulas tradicionales. Destacó la comedia burguesa, representada por autores como Jacinto Benavente (“Los intereses creados”). También tuvo importancia el teatro poético, que combinaba elementos posrománticos con modernistas, como en la obra de los hermanos Machado (“La Lola se va a los puertos”). Dentro del teatro comercial, también se encontraba el teatro cómico, con autores como Carlos Arniches (“La señorita Trevélez”), y el teatro humorístico del género astracán, representado por Pedro Muñoz Seca (“La venganza de Don Mendo”).
Teatro Innovador
El teatro innovador, por otro lado, se caracterizó por la búsqueda de nuevas formas de expresión, con obras cargadas de crítica social y experimentación técnica. Destacó la figura de Unamuno, que abordó temas como el existencialismo y los conflictos humanos en obras como “El otro”. Otros autores importantes fueron Azorín (“Angelita”) y Valle-Inclán, que desarrolló un teatro poético en su ciclo modernista, un teatro mítico en su ciclo gallego (“Divinas palabras”) y un teatro esperpéntico en su ciclo del esperpento, donde deformaba la realidad para mostrar su lado más grotesco (“Luces de bohemia”). El teatro innovador no tuvo un gran éxito comercial en su época, con la excepción de “La sirena varada” de Alejandro Casona. En el teatro innovador del 27, destacaron dos figuras importantes: Rafael Alberti, que reflejó su crisis existencial en “El hombre deshabitado” y publicó la obra surrealista “El adefesio”, y Federico García Lorca, que buscaba difundir su teatro a través de la compañía “La Barraca”. La obra de Lorca se divide en tres etapas: la inicial, con obras como “La zapatera prodigiosa”, la vanguardista, con influencia surrealista (“El público”), y la última etapa de tragedias rurales, con obras maestras como “Bodas de sangre” y “La casa de Bernarda Alba”.
La Generación del 27
La Generación del 27 fue un grupo de poetas españoles que surgió en un contexto histórico marcado por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la Revolución Rusa (1917), la crisis económica de 1929 en Estados Unidos y el auge de los fascismos en Europa. En España, la dictadura de Primo de Rivera dio paso a la Segunda República y, posteriormente, a la Guerra Civil (1936-1939), que supuso la ruptura del grupo.
Antecedentes y Características
La Generación del 27 tuvo como antecedentes la obra de Juan Ramón Jiménez y la influencia de los movimientos vanguardistas, especialmente el surrealismo. Estos poetas buscaron renovar el lenguaje poético, partiendo del ideal de un “arte puro” pero incorporando elementos de la vanguardia. Entre sus características destacan:
- Neopopularismo: Mezcla de tradición y modernidad, recuperando elementos de la poesía popular española.
- Innovación Métrica: Experimentación con versos libres y estrofas tradicionales.
- Uso de la Metáfora: Empleo de imágenes sorprendentes y asociaciones insólitas.
- Temas Variados: Amor, la naturaleza, el arte, la angustia existencial, el compromiso social.
Etapas de la Generación del 27
Se pueden distinguir tres etapas en la evolución de la Generación del 27:
- Etapa de Juventud (hasta 1927): Cercana a la poesía pura, con influencia de Juan Ramón Jiménez.
- Etapa de Rehumanización (1927-1936): Marcada por el compromiso político y social, la influencia del surrealismo y el uso de la metáfora como herramienta de crítica social.
- Etapa del Exilio (después de 1939): La Guerra Civil dispersó al grupo, algunos se exiliaron y otros fueron represaliados. La poesía de esta etapa refleja el dolor del exilio, la pérdida y la nostalgia.
Autores Principales de la Generación del 27
Pedro Salinas
Su obra se divide en tres etapas:
- Inicial: Influenciada por la vanguardia (“Fábula y signo”).
- Plenitud: Poesía amorosa (“La voz a ti debida”).
- Exilio: Reflexión sobre la condición humana (“El contemplado”).
Jorge Guillén
Considerado el máximo exponente de la poesía pura. Su obra se divide en ciclos:
- “Cántico”: Canto a la vida y al mundo.
- “Clamor”: Temática existencial y social.
- “Homenaje”: Tributo a figuras históricas.
Gerardo Diego
Cultivó dos líneas poéticas: la vanguardia y la lírica tradicional. Destacan obras como “El romancero de la novia”, “Manuel de espumas” y “Versos humanos”.
Vicente Aleixandre
Su obra se divide en dos ciclos:
- Poesía vanguardista y surrealista (“Espadas como labios”, “La destrucción o el amor”, “Sombra del paraíso”).
- Poesía más clara y reflexiva (“Historia del corazón”, “Poemas de la consumación”, “Diálogos del conocimiento”).
Luis Cernuda
Su poesía se caracteriza por la exploración de la soledad, la belleza, el amor y el deseo. Destacan obras como “Perfil del aire”, “Placeres prohibidos” y “Donde habite el olvido”.
Dámaso Alonso
Inició su trayectoria en la poesía pura (“El viento y el verso”), pero evolucionó hacia una poesía existencial y realista (“Hijos de la ira”).
Rafael Alberti
Su obra se caracteriza por su variedad temática y estilística. Destacan etapas como la neopopularista (“Marinero en tierra”), la surrealista (“Sobre los ángeles”) y la poesía comprometida (“Viento del pueblo”).
Federico García Lorca
;poeta famoso, en su poesía destacan símbolos como la luna, metales. Temas recurrentes, amor y sexo. Comienza trayectoria “Libro de poemas”. En ella percibimos influencia de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Compone “Poema del Cante Jondo” 1era etapa y “Romancero Gitano” en su 2da etapa. Ultima etapa “Poeta en nueva york”. (homosexualidad).