El intento de la Generación del 98 de regenerar la vida española fue concretado en la generación posterior. España se moderniza y entronca con la cultura y el pensamiento occidentales. Los jóvenes autores se forman de un ideal europeizante sin atender a tradicionalismos y participan en la vida pública revisando el pensamiento anterior.
La Generación del 14, nacida en torno a la 1ª Guerra Mundial y formada por filósofos, críticos y profesores, propician un nuevo clima intelectual. Persiguen el concepto, es decir, la palabra al servicio de la idea eficaz, buscando la abstracción de una literatura difícil, de apariencia sencilla, nacida de una élite y para minoría culta.
Los novecentistas comparten una sólida formación intelectual, por sus estudios universitarios y sus viajes por Europa. Poseen un cosmopolitismo que se traduce en europeísmo. Su optimismo intelectual confía en el progreso social y del pensamiento, y rechazan lo pasional tendiendo a un tono grave intelectual y minoritario. Mantienen una preocupación por la obra bien hecha, con estilo, huyendo de lo fácil, y tienen como guías intelectuales a José Ortega y Gasset y Eugenio D’Ors.
Las grandes inquietudes de la generación se muestran gracias al ensayo. José Ortega y Gasset es su figura más representativa. Según su temática, los ensayos se dividen en filosóficos, ejemplo ¿Qué es la filosofía?, el objetivo de la filosofía es la propia vida humana “yo soy yo y mis circunstancias”. También ensayos políticos y sociológicos, ejemplo La España invertebrada y La rebelión de las masas. Ortega publica las causas de la decadencia española y propone soluciones. La causa principal es la disgregación social, causada por los racionalismos, los particularismos de cada clase social y la indisciplina de las masas. La solución sería sustituir la democracia por un gobierno de minorías cultas preparadas para llevar a cabo esos cambios.
Teoría artística y literaria. La deshumanización del arte. Ortega considera necesario tratar el arte puro que elimine los contenidos sentimentales; lo humano, las herramientas artísticas serán el humor y la metáfora entendida como un juego intelectual.
La novela es un género minoritario que continúa modelos realistas de éxitos o bien renueva en género continuando los intentos indicados por modernismo y 98.
Gabriel Miró es un lírico de prosa muy elaborada, casi como el verso. Tiende a desaparecer la acción por la elaboración formal. La base es la descripción. Al autor le interesa la emoción que producen los objetos. Las cerezas del cementerio, El obispo leproso, Años y lenguas.
Ramón Pérez de Ayala es un intelectual con el que la acción pierde importancia y los personajes son símbolos. Abundan las reflexiones y el cooperativismo y la simultaneidad. AMDG, Belarmino y Apolonio.
Wenceslao Fernández Flores emplea técnicas realistas en una narrativa de humor negro utilizando como crítica social El bosque animado.
Benjamín Jarnés presenta una novela completa y deshumanizada, de argumento mínimo y meditación en la que abunda el perspectivo y la estructura circular.
Juan Ramón Jiménez fue un poeta preocupado por los aspectos teóricos de la poesía. Su evolución lírica supone un intento de aprehensión de la esencia del mundo. Su creación es una búsqueda de la palabra, de la expresión poética perfecta; continuos cambios de tono, de temática y de estilo. Así va desde la juventud modernista becqueriana en Arias tristes, Jardines lejanos de su etapa sensitiva, pasa por la depuración intelectual que elimina lo superficial en Diario de un poeta recién casado, y culmina con la suficiencia de la poesía desnuda y esencial de contenidos concentrados y símbolos difíciles en Espacio y dios deseado y deseante. La poesía desnuda es la tercera y última etapa en la que se rompen las fronteras entre los géneros literarios. Predomina el verso sin rima. El poeta se funde amorosamente con la naturaleza y su conocimiento profundo con un lenguaje escueto y aparentemente simple. Juan Ramón ha de emprender un viaje desde mover hasta América para casarse con Zenobia.
El fenómeno vanguardista coincide con el novecentismo en el contexto cultural y social, aunque estas se inclinan hacia lo creativo. El vanguardismo designa movimientos que se oponen a la estética anterior con nuevas concepciones del arte que se suceden a ritmo rápido.
El futurismo supone un manifiesto vital que exalta la civilización mecánica y las conquistas de la técnica. La literatura cogerá nuevos temas y mitos (coche, avión), el lenguaje suprimirá categorías y sintaxis, en áreas del dinamismo y la rapidez verbal.
El cubismo literario procede a deshacer la realidad, para comprenderla libremente, mezclando conceptos, imágenes… A ello se añade disposiciones topográficas de los versos, formando “imágenes visuales”. Este y otros artificios como el collage.
El dadaísmo es la rebeldía pura, contra la lógica, las convenciones estéticas y sociales, el sentido común. Proponen liberar la fantasía del dadaísmo, separando sus inhibiciones y la creación de un lenguaje incoherente. Preparó el camino para la revolución surrealista. El surrealismo pretende superar la realidad creando otra superior, recreando nuestra auténtica naturaleza, de ahí la importancia del subconsciente y los sueños como parte oculta de gran capacidad creadora, destaca en pintura, ya que lo irreal es más visceral en la imagen.
La vanguardia en España está representada por dos movimientos, el ultraísmo que nace como voluntad de ir más allá mezclando elementos del futurismo y del cubismo, cuyo máximo difusor es Guillermo de la Torre. Y el creacionismo que intenta superar la realidad, haciendo de cada poema una creación única y cuya máxima figura es el chileno Vicente Huidobro.
Ramón Gómez de la Serna participó en las vanguardias en su rechazo a lo tradicional, eliminando cualquier sentimentalismo del arte e incorporando el humor.
El resultado será una inusual observación de la realidad con nuevas asociaciones. Para ello crea las greguerías.